Es uno de los periodistas más conocidos de la televisión argentina. Se lo ve en tres señales y programas diferentes, a los que le imprime su estilo y chispa inconfundible. Y aunque para los que miran de afuera parece cansador, a Robertito Funes Ugarte el trabajo no lo estresa. Al contrario, se siente agradecido por el reconocimiento y la oportunidad de mostrar su ductilidad como conductor y periodista.
Su casa en Vicente López y sus cinco perros son el refugio del que disfruta en medio de una rutina entre noticias y pantalla. A fines del año pasado y tras meses de trabajo sin descanso, el mendocino decidió dejar “Sobredosis de TV” el programa de C5N que era un clásico de los sábados. Pero entre la controversia que generó su salida del ciclo que condujo cuatro años, palpitaba el éxito de “Quien sabe más de Argentina”, el programa de preguntas y respuestas que lo llevó a trabajar por primera vez en la Televisión Pública, que se emite de lunes a viernes a las 21 horas.
“La gente está sorprendida y agradecida. Y yo también, porque es un formato que me propuso Diego Guebel y hacía mucho tiempo quería trabajar con él. Llevo más de cien programas y este trabajo como conductor de un programa de entretenimientos es la sumatoria de muchos años de trabajo, como periodista, conductor, movilero, se da todo en un mismo formato.
-¿Te calza justo este formato?
-Sí. Soy como la Cenicienta, encontré mi zapato de cristal. Lo estuve buscando hace muchos años, porque quería hacer un programa en horario central y todo llega en la vida. Hay que esperarlo y se da. Tengo 22 años de carrera y siempre ha sido paso a paso, nadie me regaló nada y nunca busqué fama de la noche a la mañana. Hoy los pibes buscan fama inmediata y así los ves. No saben ni hablar, no saben pronunciar el nombre de un Presidente en una cobertura, es todo muy feo y es lo que se ve en la televisión.
-¿No has tenido concesiones en todos estos años de trabajo?
-Por suerte nunca hice algo que no me gustara. Siempre me dieron absoluta libertad en todos mis trabajos. Al contrario, me dejan ser en todos los canales que trabajo.
-Justo este programa viene a dar un respiro en el horario central, donde abundan las noticias y el análisis.
-Sí, la propuesta es muy atractiva. Cuando me lo propusieron Diego y Agustín Panno estuvimos trabajando tres meses, porque para mí era un formato nuevo, no estaba acostumbrado a esto. Y no sabes la cantidad de gente que me lo dice en la calle que le encanta, porque a las nueve de la noche acompañamos la cena de la gente en su casa. Es un programa que abarca todo tipo de edades, jóvenes, adultos, gente mayor. En este momento de pandemia “Quien sabe más…” acompaña a la gente en su casa, hartos de la política, la coyuntura, el análisis. Y le meto una magia con humor y todo funciona.
Además de ser uno de los conductores con mayor audiencia en la TV Pública, Robertito Funes siguen en el noticiero dominical de C5N “Minuto a minuto” con María Belén Aramburu y “TaxiChef” (Telefe), el programa en el que viaja en taxi con el participante eliminado de “MasterChef Celebrity”.
-¿Cuál es la cualidad que te distingue como conductor?
-Tengo un carisma y humor que manejo desde la cuna, heredado de mi madre que es muy graciosa. Pero además soy periodista y trabajé en el show bussines haciendo de todo, y ahora lo uno en un formato dinámico. Y la calle me dio esa experiencia, yo amo hacer los móviles y posta que nadie hace esas notas de color.
-Con la experiencia que tenes como periodista cubriendo las noticias, ¿crees que le falta a la televisión salir a la calle y mostrar la realidad?
-Siento que la televisión perdió espontaneidad. A mí salir a la calle me ayudó muchísimo. El “Contratado por un día”, fue genial porque te pones en el lugar del otro. Hoy siento que eso lo puedo transmitir en la conducción, porque siento que hago un programa en vivo para la gente en la casa. La esencia es la misma.
-¿Le dirías a algún canal que no?
-No. Yo trabajaría para todos los canales que me llamen. No creo en la exclusividad ni en las ideologías. Yo trabajo para el que me llame, si me gusta la propuesta lo hago, no tengo ningún problema.
-¿Crees que tanto los noticieros como magazine en la televisión le dan más lugar a la política que a la información como servicio?
-La política te atraviesa. Lo bueno sería que la política no sea el tema del día, sino que fuera un tema más. Cualquier canal internacional tiene un bloque político, pero es transversal a la información diaria. Creo que tiene que haber un poco de todo.
-¿Cómo ves la actualidad de Argentina?
-Ha sido un año muy difícil para todos, la pandemia marcó todo. Y en la política quiero que le vaya bien al Presidente y al que venga. Mi pensamiento es bastante amplio, quiero que nos vaya bien a todos, esté quien esté. A mí me importa que estemos bien los argentinos. Desde que soy chico siempre tuve el anhelo de que Argentina estuviera mejor, pero la responsabilidad es de todos, tenemos que replantearnos un montón de cosas los argentinos. Salir adelante depende de los argentinos, más allá de quien nos gobierne.
La Pandemia y el dolor de no ver a su madre
Fresco y sin pelos en la lengua, Robertito se caracteriza por ir de frente y decir lo que piensa, delante o detrás de cámara. Disciplinado y austero, disfruta del jet set de Punta del Este y de sus viajes por Europa, pero en su vida cotidiana el orden y su mundo interno son sus pilares.
Uno de los capítulos más duros de su vida fue el reencuentro con su padre minutos antes de morir, después de doce años sin verlo y sin tener ningún tipo de contacto. Pese a que hace más de dos décadas que no vive en Mendoza, aquí vive su madre y hermanos, con quien mantiene un vínculo muy estrecho.
-¿Cómo es un día de Robertito Funes?
-Me doy tiempo para todo. En la mañana paseo a mis perros, si tengo que tomar mi clase de yoga o entrenamiento lo hago. Después voy a trabajar en mi bici eléctrica. Me voy a la Tv Pública a grabar el programa, después me voy a Telefé a grabar el “Taxi Chef”. Y los domingos estoy con el noticiero en C5N y eventualmente hago un móvil si lo requiere. Pero estoy en mi casa y también mucho afuera.
-¿No te estresas?
-No, al contrario. No tengo derecho a quejarme si tengo trabajo. Sería un ingrato si me quejo.
-¿Te afectó en algo la pandemia?
-Me acomode. Siempre salgo protegido a trabajar, tengo una mascarilla tipo casco. Lo único que me afectó mucho es no ver a mi madre, que viene todos los años a mi casa y se queda un tiempo acá. La última semana de febrero, una semana antes que comenzara la pandemia nos reunimos con mis hermanos y mi mamá. Y desde ese entonces no la veo, siempre vienen tres veces por año y ahora no viajó. Yo no voy a Mendoza porque no puedo con mi ritmo de trabajo. Otra cosa que me cambió fue no poder viajar, porque siempre hago un viaje a Europa para visitar a mis amigos.
Pero lo que más me ha dolido es no ver a mi madre. Y es un riesgo que ella viaje. Este verano cambie las coberturas de Punta del Este por Bariloche, y cuando volví en el avión lo sufrí, casi me ahogo, entonces no puede viajar así, es riesgoso.
-Contaste la historia que tuviste con tu papá y la despedida en el hospital, ¿guardas rencor?
-No, no tengo nada de rencor. Todo lo que tengo me lo he ganado y estoy muy agradecido por lo que viví y lo que vivo. Si tengo que elegir una vida diferente, me quedo con esta.
-¿Disfrutas de tu soledad?
-Sí, disfruto de mi soledad, de mis perros y mi casa. Pero no hablo de mi vida privada. Soy una persona que tiene mucho mundo interior y no me aburro solo, me gusta estar en mi casa y además siempre tengo algún arreglo que hacer, nunca termino (rie). Sigo sumando cuartos, un día abrí un placar y había un cuarto adentro, descubrí un cuarto que no sabía que existía ¡Anda a saber quien durmió ahí!