Del rock al folclore, de un gato cuyano a una cumbia colombiana, Ricardo Dimaría no piensa en la frontera de los géneros, percibe la música como una unidad y a lo largo del camino fue explorando distintos estilos sin pensar en las diferencia.
Con el tango coqueteo en sus viajes por Latinoamérica y “Buenos Aires en un suspiro”, fue el primer tema que compuso del género que lo incluyó en su álbum debut solista “Argentina, reflejo y sol”. Los primeros meses de cuarentena le pegaron por el lado de la nostalgia y de a poco fue escribiendo poesías y melodías arrabaleras, como siembra de una nueva etapa.
De ahí nació “Categóricos diamantes”, la canción de su autoría que acaba de estrenar junto a un videoclip e interpreta con el músico Daniel Melingo.
De Mendoza a París con la voz de Melingo
La quietud de la rutina le permitió a Dimaria poner la energía en componer y jugar con nuevas melodías. En marzo, mientras se adaptaba a la docencia online, se volcó de lleno a cranear lo que será su tercer trabajo discográfico.
“Siempre metí repertorio tanguero en los show. Y sobre todo en los viajes, al argentino le pide un tango. Y en el primer disco compuse un tango “Buenos Aires en un suspiro”. Se ve que la pandemia me pegó para el lado de la nostalgia”, aclara el músico mendocino que en octubre pasado estrenó el clip de “El Parche Colombiano”, una cumbia de raíz cafetera de su segundo disco.
Con la colaboración de Víctor Silione en violín y producción musical, Laureano Busse en guitarra, Gonzalo Tohmé en bandoneón, Nicolás Diez y Roxana Palomo en piano le dieron forma al tema, que estrenó el jueves pasado, junto con el videoclip filmado en el teatro Independencia.
En medio del proceso y como quien tira una botella al mar, Dimaria le escribió por redes sociales al ex Abuelos de la Nada Daniel Melingo. Compartió la composición y finalmente el músico se unió al proyecto, interpretando a dúo la canción.
“Lo contacté a Melingo por las redes, le escribí. Lo sigo desde siempre, en los ’80 con el rock de Los Abuelos, pero también seguí su faceta tanguera. Me contestó un par de mensajes por Facebook y le envié la canción. Le gustó la letra de entrada, la temática y a la semana me pasó la grabación de su voz que grabó en su casa en París”.
El sonido del tango clásico, bien arrabalero, “Categóricos diamantes” transita por una historia de hermandad y amistad del hombre, que reconstruye sus vínculos más cercanos.
“Somos una familia numerosa. Somos cuatro hermanos y mi viejo 9 hermanos. Hay una relación muy fuerte entre nosotros. Y surgió de ese amor entrañable, que con la pandemia no nos podíamos juntar y se extrañaba. También están los hermanos de la vida y la música, como los chicos de Barbazul. De ahí el tema que me motivó a escribir. Y a Melingo le gustó el tema de la amistad y los lazos de amistad”, cuenta sobre la motivación que lo llevó a escribir lo que Dimaria define como un tango clásico, bien criollo como lo será el disco que planea grabar en 2021.
En el proceso de grabación, Daniel Melingo aportó su mirada y le dio el punto final que la canción necesitaba.
“Hubo un ida y vuelta con Melingo. Le enviamos la grabación y nos dio el visto bueno. Fue muy valioso para nosotros porque se involucró mucho en el proyecto. El solo hecho de devolver su visión del tema, el sonido, la melodía, ese intercambio estuvo buenísimo. Él nos pidió que le enviemos la grabación antes y finalmente quedó la versión con su mirada”.
-El estreno de este tema ¿marca un quiebre en tu carrera?
-Es otra etapa. Estuve todo el año con la cabeza en este nuevo proyecto, pero marca un quiebre en el camino y también esta posibilidad de compartir un tema con Melingo es una caricia para culminar un tiempo diferente.
-Como músico, ¿tenés temor de ir de un género a otro?
-Soy de jugar con las palabras, con la música. Cuando era adolescente jugaba con las canciones y lo veía como algo natural. La música y las canciones las veo como una sola, independiente del género. Quizá cuando compuse folclore tuve cierto temor de pasar del rock al folclore. Ahora lo manejo de otra manera, porque de a poco fui metiéndome en el tango. Y dentro de mí lo siento natural. Sé que juego al límite y tal puede salir mal. Pero siempre rayo con las raíces de cada lugar y juego con eso.