Han pasado once años desde que el rey del pop, Michael Jackson, dejó la vida. Fue en el 2009 cuando el cantante pensaba regresar a los escenarios con su gira This Is It y cuando una combinación de calmantes le generó un paro cardiorespiratorio. Ahora, a 11 años del procedimiento, se conocieron perturbadores detalles sobre el estado de la estrella del pop antes de morir.
En febrero pasado se conocieron los primeros datos. En aquel entonces, The Sun reveló que el cantante tenía pastillas parcialmente disueltas en el estómago y sobrevivía con solo una pequeña comida al día. Su cadera, muslos y hombros estaban cubiertos de marcas de pinchazos de las inyecciones de analgésicos que recibía a diario de su médico personal, Conrad Murray, quien fue declarado culpable de homicidio involuntario por administrar incorrectamente la droga que condujo a la muerte del artista.
Ahora The Mirror, reveló que la autopsia también confirmó la verdad sobre el cambio de color de la piel de Jackson. Siempre insistió en que el cambio en su apariencia a lo largo de los años se debía a la condición de la piel vitilago, que causa parches de pérdida de pigmentación.
Christopher Rogers, el médico que supervisó la autopsia, señaló que Jackson efectivamente sufría de vitiligo, añadiendo: "Por lo tanto, algunas áreas de la piel parecen claras y otras oscuras."
La autopsia también mostró que había habido una lucha desesperada por salvar a Jackson después de que fuera encontrado inconsciente en su casa. Los hematomas en el pecho y las costillas rotas se debieron a los intentos de resucitación por parte de los paramédicos que trataron de revivirlo antes de que fuera declarado muerto.
The Mirror también detalló uno de los más perturbadores hallazgos en el cuerpo del cantante: el deplorable estado de sus pies. Estaban llenos de hongos, callos y lastimaduras. “Parecían podridos”, aseguró el periódico.