El plasma rico en plaquetas (PRP) es un tratamiento que se utiliza en dermatología para mejorar la apariencia de la piel y su rejuvenecimiento.
Primero se realiza la extracción de sangre del paciente, luego se centrifuga, es decir que se procesa para separar el componente plasmático del resto de los componentes sanguíneos. Esto resulta en un concentrado de plasma con una mayor cantidad de plaquetas.
El plasma rico en plaquetas se aplica sobre la piel o se combina con otros tratamientos estéticos, como microagujas (microneedling) o mesoterapia, para mejorar los resultados.
¿Qué efectos tiene en la piel?
Las plaquetas tienen abundantes factores de crecimiento que estimulan la producción de colágeno, esencial para mantener la elasticidad y firmeza de la piel.
Su principal indicación en dermatología es el rejuvenecimiento facial. Reduce líneas finas y mejora la textura de la piel. Además, el PRP puede ayudar a mejorar la luminosidad y la hidratación de la piel, dándole un aspecto más saludable.
También se puede utilizar para acelerar la cicatrización de heridas, ya que los factores de crecimiento en el PRP pueden promover la regeneración celular y la reparación de los tejidos.
¿Qué otros usos se le puede dar?
En los últimos años ha tenido gran repercusión en el tratamiento de algunas alopecias. Recordemos que las plaquetas tienen abundantes factores de crecimiento que estimulan la regeneración del folículo piloso. Sin embargo, no es útil en todas las alopecias. Por este motivo, te recomiendo tener una consulta previa con tu dermatólogo.
Es un procedimiento con resultados naturales y prácticamente indoloro. Se aconseja realizar 3 sesiones al año, una por mes. Siempre es recomendable que lo realice un profesional con experiencia.
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