Por qué el rejuvenecimiento vaginal es una necesidad de salud y no de estética

Si bien en principio era considerado un capricho de quienes pretendían no dejar pasar los años, ahora cada vez más mujeres eligen este tipo de tratamiento para mejorar sus relaciones íntimas y cuestiones de salud vinculadas a la edad

Por qué el rejuvenecimiento vaginal es una necesidad de salud y no de estética
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A medida que pasan los años, hombre y mujeres comienzan a tener dificultades distintas en cuanto a la autopercepción y los modos de vincularse en el plano sexoafectivo. En el caso de las mujeres, los cambios físicos y hormonales a lo largo de la vida dejan rastros que son bastante notorios: embarazo, lactancia y menopausia, son algunos de los tránsitos naturales que, pese a ser mayoritariamente bienvenidos, no dejan de mostrar sus marcas.

Algunas mujeres invierten tiempo y no escasos recursos en ralentizar el paso de los años, con excelentes resultados en la mayoría de los casos. Entre los más solicitados se encuentran los tratamientos faciales, tanto de piel como endodérmicos, aparatología para mantener a raya la flaccidez y la celulitis, y por qué no, los cuidados básicos como dieta y actividad física.

Sin embargo una de las cuestiones de las que se habla poco, y se expone menos, es el paso de los años en la zona genital femenina. Si bien no se consideraría “de rigor” en términos estéticos, sí lo es en cuanto a calidad de vida, ya que a partir de la menopausia esa zona, que además ha pasado por valientes momentos como el alumbramiento de los hijos, comienza también a vivir cambios que obstaculizan el disfrute sexual.

Desde la molestia al utilizar ropa ajustada, practicar deportes y la pérdida de sensaciones durante las relaciones íntimas, se suman en muchos casos problemas de prolapso de vejiga, picazón, resequedad, dolor e incontinencia.

Por este motivo, en los últimos años ha cobrado relevancia el rejuvenecimiento vaginal, no como un método estético sino preventivo, ya que si bien los resultados a la vista son una apariencia más juvenil de los labios internos y externos de la vulva, el resultado final está enfocado en solucionar otro tipo de problemas.

Se recomienda en mujeres de edad madura, o que hayan pasado por un tratamiento médico agresivo
Se recomienda en mujeres de edad madura, o que hayan pasado por un tratamiento médico agresivo

Según un artículo del doctor Luis Rodríguez Terry, cirujano plástico certificado por la American Board of Plastic Surgery y director del Plastic Surgery Institute en Puerto Rico, el término “rejuvenecimiento vaginal” se refiere a un conjunto de procedimientos, entre los que se encuentra, en primer lugar, la Labioplastia (para la parte externa), que consiste en una cirugía menor en la cual se elimina el exceso de piel de la labia interna o externa. Se pueden colocar injertos de grasa en los labios mayores para mejorar el volumen de los mismos y la estética. El procedimiento es ambulatorio, por lo que no se requiere internación.

En segundo término, está la Vaginoplastia (para la parte interna), que se le conoce también como “reparación anterior y posterior”. Se colocan suturas dentro del canal de la vagina para crear un especie de corsé y reducir el diámetro del canal vaginal. Debe ser realizado en un centro de cirugía, requiere anestesia y se recomiendan varios días de descanso. La paciente no debe realizar actividades físicas o tener intimidad por un lapso de tres a cuatro semanas y está especialmente indicada para pacientes que sufren prolapso de vejiga, recto o incontinencia urinaria. Las técnicas suelen realizarse con anestesia local y el postoperatorio suele ser poco doloroso.

El Lipofilling, es un tratamiento intra vaginal para estrechar el canal interno, en casos de laxitud vaginal moderada. Es una cirugía de mínima invasión, que se hace con anestesia local, donde el cirujano extrae grasa de una zona donante con liposucción para después inyectarla en la vagina. Es una técnica también válida para restaurar la mucosa vaginal y el punto G.

Pero también existen otro tipo de tratamientos, sin cirugía y mínimamente invasivos, que ayudan a mejorar la apariencia, musculatura y textura de la zona vaginal. Entre ellos se encuentran los procedimientos con radiofrecuencia: son ondas electromagnéticas que generan calor con el fin de remodelar las fibras de colágeno y mejorar la elasticidad del área vaginal. Es ambulatorio, no requiere el uso de anestesia y el paciente puede retomar sus actividades cotidianas casi de inmediato, incluyendo deportes y relaciones íntimas. Cada sesión dura unos 30 minutos. Se recomiendan de cinco a seis tratamientos con un período de tres a cuatro semanas de por medio. Se recomienda un mantenimiento tras dos años de realizado el primer tratamiento.

En la misma línea están los tratamientos con tecnología láser. Si bien es un poco más agresivos que el anterior, se localiza en el área específica de tratamiento y así se promueve la restauración de colágeno y elastina. Ayuda a mejorar la lubricación del área y a corregir el problema de incontinencia urinaria. Se puede utilizar en la parte externa de la vaginal y no dura más de 40 minutos. No requiere anestesia y aunque el paciente puede retomar su rutina diaria, es recomendable abstenerse de intimidad los primeros tres días. Lo ideal son de cuatro a cinco tratamientos, con una sesión cada cuatro semanas.

Por último, el Láser Yag es otro tratamiento de láser, pero menos agresivo, con pocos efectos adversos que mejora la elasticidad del cuello de la vagina y la vejiga, así como la lubricación. Cada tratamiento dura entre 30 a 40 minutos y se recomiendan de cuatro a cinco tratamientos, con una sesión cada cuatro semanas. No se requiere de anestesia ni tiene período de recuperación extendido, aunque debe evitarse la intimidad durante los primeros tres días.

Para lograr que los resultados sean óptimos es importante seleccionar un especialista que pueda proveer más de una alternativa al problema.

Ya en materia netamente estética, existen tratamientos “cosméticos” -en el sentido de que no son definitivos como una cirugía- que colaboran con la apariencia de los labios de la vulva. Entre los más elegidos está el Ácido hialurónico, que se utiliza en casos moderados, donde el médico inyecta la sustancia a lo largo del canal vaginal para estrecharlo, con una aguja muy fina, con una técnica de multipuntos. Es una técnica que permite dar volumen a los labios superiores y mejorar la mucosa vaginal, así como tratar la sequedad vaginal y aumentar el punto G.

El Plasma Rico en Plaquetas, al igual que el que se coloca en la cara para rejuvenecer la piel, es un procedimiento muy útil para tratar la sequedad vaginal. Y para terminar de agraciar la apariencia, la liposucción del monte Venus y/o lifting de pubis, es una técnica que permite recuperar la tonicidad de la piel o bien eliminar un exceso de grasa localizada en esta zona.

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