Con Astor Piazzolla empezó y con él también terminó ayer, en Finca Decero, una nueva y muy especial edición de Música Clásica por los Caminos del Vino. Fue Escalandrum, sexteto liderado por el nieto del compositor, Daniel “Pipi” Piazzolla, la agrupación que tuvo el honor de dar cierre a un evento que se realizó con éxito, agotando las localidades (de por sí reducidas por el protocolo).
“Mendoza sigue trabajando para cuidar el equilibrio entre la salud y la economía y, de este modo, nuestra provincia pudo tener un fin de semana con actividades artísticas y recreativas y preservar los puestos de trabajo del sector del turismo y la cultura”, rezaba un comunicado del Ministerio de Turismo y Cultura difundido el sábado, dejando en relevancia la importancia de que el emblemático festival pudiera realizarse.
Y así lo confirmó la propia ministra, Mariana Juri, en conversación telefónica con Los Andes el día de ayer, minutos antes de que la clausura tuviera lugar. Destacó que, además de mantener la excelente calidad artística, “se ha hecho un trabajo de control con resultados muy satisfactorios”.
Así evaluó el gran desafío que tuvo la producción del festival este año “pandémico”: la activación de los protocolos en cada uno de los más de 55 conciertos, llevados a cabo en lugares abiertos y cerrados, públicos y privados, en cada rincón de la provincia. Para ello, el Gobierno de Mendoza trabajó en conjunto con Cruz Roja Argentina sede Mendoza, los 18 municipios y las bodegas anfitrionas.
Este año, la mayoría de los conciertos (que empezaron el domingo 28 de marzo) fueron al aire libre, con cupo reducido y estrictos controles sanitarios. El promedio de localidades por concierto fue, de hecho, de 150 personas.
Este formato permitió preservar el trabajo de nuestros artistas y ofrecer una atractiva propuesta turística en Semana Santa, en la que la cultura hace un gran aporte al bienestar de los mendocinos y mendocinas. Al respecto, ha habido buena afluencia, alcanzando un 90% de la ocupación, informó Juri. Y el Festival, como todos los años, fue el principal atractivo de Semana Santa.
Los turistas se encontraron, de hecho, con una novedad en el evento: por primera vez, las bodegas aprovecharon la convocatoria que anualmente significan estos conciertos para sumar otras experiencias más, como una oferta gastronómica y visitas guiadas. Era algo que el propio público demandaba, comentó Juri.