Tocar fondo. Ese puede que sea el acto más impulsor que existe. Llegar a lo más bajo, allí donde no queremos regresar.
Cecilia Díaz, Guadalupe Carnero, Alicia Casares y Paqui Llompart darán vida a cuatro mujeres diferentes en edades y formas, pero que comparten algo en común: la soledad.
Una pensión era el escenario que unirá a estos cuatro personajes que están en la búsqueda de su reivindicación.
“Son cuatro mujeres que viven en un hostel o pensión, y no se sabe cómo estas mujeres desde la soledad han caído en ese lugar, no tiene parentesco ni nada. Cada una está sobreviviendo con lo que lidia, por eso la soledad es lo que las une”, explica su directora Diana Moyano.
La multipremiada actriz y directora estrena Petit Hotel Chernobyl, una obra del porteño Andrés Binetti. Esta comedia negra recorre las más grandes miserias humanas, siempre desde un lado humorístico y, a la vez, reflexivo.
“En la obra no se dice de dónde vienen, nosotras lo inventamos para darle un contexto. En el guion esos personajes caen ahí y deben estar sobreviviendo, y mientras sobreviven, caen en la miseria más pura. Por eso los personajes están hechos desde el grotesco, es una comedia negra.”
Siendo ya fiel a las temáticas del autor de la obra, Diana cuenta la afición que siente por sus trabajos y la comodidad que siente al llevar sus proyectos a las tablas.
“Personalmente me encantan sus temáticas, y ese humor negro que él utiliza de estarte, riendo y después reflexionando sobre ello. Y me gusta como se trata el grotesco, mezclado con un realismo mágico y me parece muy interesante cómo lo emplea y desarrolla en los conflictos.”
La obra llega en el marco del ciclo Yendo y estrena esta noche a las 21 en el Espacio Le Parc. Las entradas se encuentran disponibles en entradaweb.com.
Petit Hotel Chernobyl
Como primicia, la soledad será el punto principal de unión entre las cuatro mujeres. Aunque claro está, las temáticas de género también empaparán a la obra.
“La temática de género se aborda desde cada una de ellas”, explica Diana. “Desde su propia miseria se trabaja. Tenemos una maestra tipo Tronchatoro que tiene un conflicto de género, hay una tenista que quiere seguir sus sueños y siempre está pensando en cómo salir adelante, hay una profesora que quiere manipularla para ella cumplir sus sueños; y una joven que sólo sale a la esquina de la casa y vuelve.”
Sin embargo, admite que el personaje más joven es el que desarrollará la parte más interesante y el punto de inflexión de la trama. “Ese es el personaje más oscuro, como directora imagino que algo delicado le ha pasado porque esto de ir a la esquina y volver es extraño. Este es el personaje en el cual se desarrolla el final catastrófico de la obra.”
- En principio ibas a participar de la actuación, aunque finalmente dirigiste. ¿Te gusta más actuar o dirigir?
En esta obra me gusta estar en la dirección por un desafío que me puse. Más allá de la dirección, soy actriz, y me encanta estar en el escenario. Y desde las necesidades de actriz traté de llevar la obra a las chicas, cómo se puede desarrollar la puesta, el desarrollo de los personajes y demás. Es complejo definir porque desde los dos lados uno lo lleva bien.
- Suele pasar que como actor uno tiene menos responsabilidades…
Es cierto que como actor te preocupas por tu personaje y sentir la escena, el director es una especie de mamá, tenés que estar en todos lados. Es interesante igualmente tener ese punto de vista porque las necesidades que tenés como actriz, desde la dirección las podés llevar a cabo. Lo que está bueno de ser director es que uno pone su punto de vista, es una especie de pintura en donde uno muestra lo que quiere mostrar.
- ¿Cuál es el mayor desafío de llevar a escena una obra ya conocida?
Esta obra todavía se está haciendo, por lo que el desafío es ver cómo se aprecia otro punto de vista en teatro, si gusta o no esta nueva propuesta que queremos mostrar.
- ¿Planteaste algunas diferencias con la obra original?
Yo propuse tener mucho dinamismo en la puesta en escena. Hay dos cuchetas que se van transformando en el espacio, no decidí hacerla realista, sino que tiene esa magia que se va transformando en diferentes cosas. Es una puesta en escena cargada porque la idea es que ellas se sientan encerradas. Hasta hay un techo que las presiona.
- ¿Cuáles son las expectativas del estreno?
Las expectativas son que el público se divierta y que sobre todo disfrute de esta pequeña historia y se lleve una reflexión.
Un cambio de paradigma en escena
Algo que resultó súper interesante de esta propuesta es la composición de su equipo. 100% integrado por mujeres, Diana explica que el cambio de paradigma en los equipos de trabajo teatrales cada vez está más presente y notorio.
“En el proceso todas somos mujeres, eso es interesantísimo y es algo que está pasando en el teatro. Nos estamos haciendo cargo y tomando esos roles, y está buenísimo vivir esta época de cambios y creo que es un regalo que debemos disfrutar. Antes no pasaba y una se lo tenía que bancar”, admite.
“Antes sólo se pensaba en hombres, ahora en el inconsciente uno primero piensa qué mujeres pueden ocupar ese lugar. Esto se dio naturalmente y está bueno que ocurra así.”
Desde que el movimiento femenino ha tomado mayor partido, la situación laboral en general, y en especial en el teatro, ha generado un gran cambio en su composición.
Haciendo un análisis de ello, Diana admite que el hecho de que nuevas generaciones estén en escena junto a ellas ha generado que se naturalice esta inclusión.
“Ahora se está dando naturalmente esto, nos están enseñando las nuevas generaciones de que esto va más allá del género, uno lo piensa más en el talento que en ello. Y es muy loco que se de en muy poco tiempo.”
Aunque los cambios no sólo han venido ligados a la composición de sus equipos de trabajo, sino también a la concurrencia de los públicos a las obras.
El teatro se ha convertido en una de las actividades más frecuentadas post-pandemia, algo que benefició al sector luego de ser uno de los más golpeados en medio de la crisis.
“Nos taparon a todos, fue muy difícil al principio, pero lo interesante es que ahora están saliendo muchas propuestas. Todo el mundo quiere actuar y hacer obras, y me parece que está buenísimo.”
Y con respecto al público, agregó que “están interesados en ir a ver obras. Antes de la pandemia costaba, pero ahora el público quiere salir y divertirse, distenderse un poco. Fue un efecto contrario, la gente quiere ir a ver a gente en vivo, no por una pantalla.”