Peteco Carabajal y Santiago Trío: “Hace 47 años que no tocamos juntos”

El gran folklorista Peteco Carabajal cierra el Festival de la Tonada junto a los músicos con los que inició su carrera. Tiene previsto hacer un repaso de los mejores temas de su repertorio y presentar algunos de los que saldrán en abril, con el nuevo disco

Peteco Carabajal y Santiago Trío: “Hace 47 años que no tocamos juntos”
Peteco Carabajal

Peteco Carabajal llega al Festival Nacional de la Tonada para cerrar el último de tres días intensos de música y folklore en Tunuyán, que además está celebrando su aniversario número 40. El músico, que había visitado nuestra provincia hace un año junto a su agrupación Riendas Libres, esta vez se presenta con Santiago Trío para interpretar temas clásicos de su repertorio junto a canciones nuevas de su próximo disco.

Peteco viene de presentarse en la mayoría de los festivales nacionales que tienen lugar durante la temporada de verano, reactivando una agenda que había quedado suspendida durante la pandemia.

Con profunda raigambre musical, corre por sus venas una historia familiar vinculada al folklore, siendo hijo de Carlos Carabajal -conocido como el padre de la chacarera- y nieto de María Luisa Paz, que en su momento fue considerada la madre de la chacarera, Peteco hace honor a su estirpe y deja en Homero, su hijo, el legado familiar.

A Peteco se lo considera como el mixturador de la música instrumental folklórica de percusión argentina, gracias a su trabajo con “Chacarera Proyección’'. Su repertorio fue interpretado por muchos artistas populares argentinos: Mercedes Sosa, Jacinto Piedra, Verónica Condomí, Los Chalchaleros, Los Fronterizos, Los Cantores de Quilla Huasi, Horacio Guarany, Soledad, Los Tucu Tucu y Teresa Parodi, entre otros.

A los 18 años, grabó su primer disco con su primo Roberto Carabajal y Shalo Leguizamón, con quienes formó Santiago Trío. Al poco tiempo, en 1975 se sumó al grupo musical de la familia, Los Carabajal, con quienes hizo presentaciones tanto en festivales nacionales como en el resto de Latinoamérica, Europa y África. En 1988 formó el grupo Santiagueños, junto a Jacinto Piedra y el bailarín Juan Coqui Saavedra. En 1990, con Santiagueños, logró el premio Consagración en el Festival de folklore de Cosquín.

Cuando su compañero Jacinto Piedra murió, en 1991, Peteco comenzó su etapa solista y editó su primer disco editado por EMI, Encuentros.

En 1995 obtuvo el Premio Konex de Platino como el Mejor Compositor de Folklore de la década en Argentina. En 2005 ganó el Premio Konex-Diploma al Mérito, como uno de los cinco mejores compositores de la década, galardón que volvió a obtener en 2015.

Entre sus momentos memorables están la participación en dos discos de Mercedes Sosa, con quien realizó giras como invitado por Alemania, Austria, Bélgica, Holanda y Suiza.

Es autor de temas clásicos, entre ellos “Como pájaros en el aire”, dedicado a su madre; “Viejas promesas”; “Perfume de carnaval” y “La estrella azul”, su obra más emblemática. El 25 de mayo de 2014 -día de su cumpleaños- formó parte de los festejos por el aniversario de la Revolución de Mayo, en el marco del show “Somos Cultura” del Ministerio de Cultura de la Nación, solo por mencionar algunos de los hitos de su carrera.

Quizá una de las actividades menos conocidas de Peteco es la pintura, arte al que se dedica en su tiempo libre. En esta charla con Los Andes, habla de su presentación en el Festival de la Tonada, recuerda con humor algunos momentos de sus inicios con Santiago Trío y canta una tonada que presentará el domingo, al cierre del festival.

- Van a estar cerrando uno de los festivales más importantes del calendario vendimial ¿Con qué vienen esta vez?

Para mi un agradecimiento porque es un festival muy importante en el calendario festivalero del país en verano, visitar nuevamente la provincia y encontrarnos con compañeras y compañeros de años, y disfrutar una nueva posibilidad de tener un encuentro con la gente.

En esta oportunidad voy a ir con algo que está siendo increíble para mí y que es estar nuevamente con compañeros con los que hemos comenzado hace 47 años: Santiago Trio, Roberto Carabajal y Chalo Leguizamón. Esto nos permite, y nos da la alegría, de juntarnos sin ningún tipo de apetencia ni de carga alguna sobre nuestros hombros, ya que estamos viviendo momentos importantes cada uno en lo que ha hecho: Roberto cantando con Cuti, Chalo haciendo sus cosas y yo con Riendas Libres, el trio con Homero Carabajal y Martina Ulrich

Esta vez Homero ya había comprometido su presencia en Tecnópolis, así que cuando salió lo de Tunuyán y dije que sí, se me ocurrió invitar a Santiago Trío con quienes ya hemos hecho presentaciones esporádicas de dos o tres temas, pero aquí vamos solos.

Creo que no ha habido un grupo que se haya vuelto a juntar después de 47 años.

- Hace un año estuvieron tocando en Mendoza, ¿cómo fue este año para ustedes?

Hemos podido empezar a tocar de a poquito todo el grupo de trabajo. Inclusive los últimos dos fines de semana hemos vuelto con un micro de gira, los choferes Ariel y Adrián eran parte del grupo, incluso por iniciativa de ellos habían ploteado el micro con el nombre Riendas Libres. Y recién ahora hemos podido hacer algo para poner en funcionamiento esa estructura de trabajo que nos hace falta. Ya aguantamos la pandemia, hicimos presentaciones por 50 mil pesos, pero ahora estamos tratando de poner al grupo donde estaba. Porque hubo un momento en que salíamos los tres nomás, dos guitarras y un bombo… ni siquiera un violín llevábamos. Lo hacíamos para poder trabajar, así que ahora la alegría de haber normalizado eso e ir como realmente es la propuesta.

- Retomando lo que era el grupo antes de la pandemia

Sí, casi que lo perdimos porque nos costó muchísimo volver a remontar el precio que teníamos antes de la pandemia. Y ocurre una cosa que no llamaría desleal pero sí bastante injusta, en el sentido de que los que tuvieron espalda para aguantar la pandemia sin salir, quedándose tranquilos porque tenían reservas, hoy están cobrando el doble de lo que cobraban antes de la pandemia.

- Están ensayando con los músicos para el Festival de la Tonada o no les hace falta?

Hemos ensayado ya… hace 47 años (se ríe). Abrimos la boca y se produce el sonido. Pero el repertorio va a ser de alta calidad.

Yo tenía 18 años, en el ‘74, cuando nos juntamos y grabamos un solo disco que salió en aquel momento. No valía de nada ser joven si no cantabas medianamente bien y sobre todo si no cantabas buenas canciones de autor. Entonces, a ninguno de nosotros se nos hubiera ocurrido en ese momento querer hacer una canción. Así que en ese disco grabamos a Jaime Dávalos, Falú, Carlos y Agustín Carabajal, Miguel Simón, Hermanos Díaz, Daniel Toro, entonces el repertorio de ese disco es inalterable, resiste los tiempos. Y ahora, con 65 años estamos grabando también, pero esta vez cinco temas nuevos míos. Y como tenemos cosas nuevas, optamos por cantar sin hablar, solamente “Buenas noches” y largamos. Encima son cosas nuevas entonces la gente queda medio en babia.

- ¿Tienen disco nuevo?

Ya falta poco, va a salir ahora en abril el disco de Riendas Libres con todo lo nuevo, aunque ya lo venimos cantando. Y con Santiago Trio no la pegamos porque los temas viejos no los conocen, y los nuevos tampoco (se ríe). Más allá de las bromas estamos agradecidos de ir con ellos. Tenemos diez canciones mezclando los dos repertorios: el del ‘74 y el del 2022. Después están todos los temas míos que son conocidos: Las manos de mi madre; La estrella azul; Desde el puente carretero; Entre a mi pago sin golpear; Andando; Embrujo de mi tierra; El bailarín de los montes, y tengo un par de tonadas nuevas que voy a ir a cantar allí. Una se llama “A veces una sonrisa” y está dedicado a una mendocina. (Comienza a cantar) “A veces una sonrisa / deja sin voz las palabras / la flecha llega en silencio / libre en el pecho se clava / el tiempo se abre para el corazón / dando paso al amor / que ya estuvo otra vez en las almas / es como un amanecer / tu boca fresca y dorada”, y ahí arrancan las violas. Ahora va la segunda copla “A veces una sonrisa / te vuela hacia el horizonte / un surco de golondrinas / hoy han escrito tu nombre / No hace falta ninguna razón / ni futura ilusión / porque todo está aquí entre los dos / A veces una sonrisa / es manantial de pasiones / tu sueño llega en la tarde / se esfumará en la alborada / conjuro de soledades / que como el agua se escapan / Ay, quien pudiera la luz detener / y a tu boca volver / hecho himno y canción del ayer / A veces una sonrisa / de la memoria se escapa”.

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