Pablo Granados: “Las redes no son como la tele donde competís con el de al lado”

El humorista y músico hizo un cambio de vida y se mudó al campo. Su perfil de Instagram se convirtió en la plataforma de trabajo, donde comparte videos y contenidos en el que combina sus distintas facetas como artista y se muestra tal cual es. El humor en la virtualidad.

Pablo Granados: “Las redes no son como la tele donde competís con el de al lado”
El humorista y músico Pablo Granados dio un vuelco a su vida, se alejó de la ciudad y las redes sociales son su canal de trabajo.

La Pandemia lo llevó a tomar la decisión de mudarse a su casa en el campo. Pablo Granados tiene su quinta a más de 150 kilómetros de la capital, que en el 2020 se convirtió en su bunker para cambiar su estilo de vida y darle rienda a su trabajo como “influencers”. Una palabra que no le cabe al humorista, pero que lo encierra en el mundillo de figuras que monetizan y encuentran un canal de expresión en su perfil de Instagram.

Con más de treinta años de experiencia en televisión, el actor y músico decidió dar un giro a su trabajo y volcó todo su capital artístico en sus redes sociales. Por ahora no piensa volver a la pantalla y se adaptó a la era virtual de una manera diferente, en el que no pierde su perfil como humorista, pero encuentra libertad para hablar y mostrarse tal cual es.

Videos sobre la pandemia, la problemática de los humedales, las pascuas, una parodia sobre consejos de belleza y hasta cortos desopilantes que comparte con su mamá Delia son algunos de los contenidos y producciones que Granados comparte a diario con sus más de un millón y medio de seguidores.

-Te mudaste al campo, cambiaste la televisión por las redes, ¿vivís una etapa con mayor libertad?

-La verdad que sí. Primero hay que sembrar y después cosechar. Comencé cuando nació mi nieta con las redes. Siempre me gustó producir contenidos, grabar, ser autosuficiente, me gusta filmar, grabar situaciones, musicalizarme. Y me cayó como anillo al dedo esta plataforma por las cosas que podes hacer. Y cuando comencé no lo conocía mucho, pero pude de alguna manera adaptarme y disfrutarlos desde otro lado, haciendo lo que me gusta, sin censuras. Ser uno mismo realmente.

Entiendo que hay varios canales, pero uno no tiene el tiempo para hacerlo. Youtube también es un gran canal, monetiza y lo podes aprovechar. Pero ocupa mucho tiempo, y lo que yo quiero hacer es laburar menos, no más a esta altura. O no laburar de más, sino laburar para vivir tranquilo acá. No tengo muchos sueños que me queden por cumplir en lo económico. No tomo champagne caro (ríe). Soy tranquilo, prefiero si me queda una o dos horas de tiempo libre, salir a caminar por el campo con los perros y no subir algo a Youtube.

-¿Haces todo solo?

-A veces me ayuda mi novia, o un amigo, pero normalmente sí. De hecho cuando estoy completamente solo, quizá me da menos vergüenza todo y trabajo muy cómodo. Lo que pasa es que tenes que grabarte, chequear cómo salió y volver a hacerlo. Pero acá no necesitas un director de fotografía, la gente quiere ver como sos. Si te levantaste con ojeras no tenes que taparlas. Acá vale eso, no necesitas disfrazarte para poder grabar.

-Sos el caso opuesto de muchos colegas de televisión, que recién ahora se volcaron a las redes.

-Hace como tres años que vivo de mis redes con mucha tranquilidad. Pero tiene que ver la visión de para que uno trabaja y donde se siente más cómodo. Tengo colegas y amigos que les resulta más cómodo ser contratados. Y a mí a esta altura me resulta al revés, me siento atado. Hay un pensamiento que tiene que ver con que laburar contratado te quita la posibilidad de crear o de explorar una parte creativa que tenes guardada. Y por el contrario, si estás libre tenes tiempo para buscarla. Podes estar dos o tres días buscando y armando una idea hasta que aparezca. Cada uno trabaja desde su comodidad, hay gente que necesita un guión para laburar y hay gente que produce.

-¿Te pones alguna exigencia de cuanto o que queres compartir?

-Al principio sí tenía un cronograma y no sentía que era una exigencia. Pero ahora me gusta hacerlo más espaciado, no siento esa presión. Porque si la red social no es un canal que te contrata todos los días para estar en un lugar, hay que aprovechar eso. Si no queres estar atado, para que te atas a otra cosa. Al principio lo hacía, pero era el momento que estaba creciendo, y ahora me doy cuenta que está bueno subir algo cuando lo sentís o cuando se te ocurre una idea. Y no con el apuro de tener que hacerlo. Por ejemplo, ahora viene el Día de la Tierra y estoy preparando un videazo del que estoy muy orgulloso. Y ya comencé a grabarlo con tiempo y sé que esos videos llegan mucho, se viralizan y me hacen crecer. Más que todos los días hacer una payasada. Y también gusta, está bueno desfilar y joder con mi vieja. Pero me gusta cortar y sorprender con otra producción.

-Pero hoy mostras desde el humor un costado comprometido y reflexivo

-Es que a mí eso siempre me gustó y adoro comunicar de otra manera. Y encontré mi lugar para poder hacerlo. Me gusta contar cosas, informar y al mismo tiempo meterle un chiste para que no aburra. Si vos aprovechas eso para dejar un mensaje pero también para que se rían, está bueno. Porque cuando uno tiene tantos seguidores tiene cierta responsabilidad. Y hasta podes ayudar, concientizar o cambiar de a poco algo del mundo que está mal. Y eso me hace muy feliz.

El otros días hice un video sobre las Pascuas y sé que muchos curas o párrocos lo viralizaron y mandaron a su comunidad. Entonces cuando te llega desde otro lado, es una satisfacción diferente, más allá de la gente que lo haya visto.

-¿Te ofrecieron volver a la televisión?

-La verdad que tuve muchos ofrecimientos de televisión. De proyectos muy grosos, de todo un poco. No me gustan los títulos de: “Le dijo que no a…” porque parece que buscas prensa. Pero aceptar un trabajo en televisión te ata y no es lo que busco.

-Es un momento te da la oportunidad de explorar al máximo tu faceta de músico.

-Sí. Gran parte de esa veta musical tiene que ver con la carrera de mi hija Mery, porque soy el productor y autor de sus canciones. Los dos discos de canciones propias están compuestos por mí, y armé la banda y las producciones de shows. Es algo que me gusta porque es mi hija, pero me gusta hacerlo. Toda la parte musical la tengo por ese lado y a veces lo subo en las redes, aunque la música tenga menos reproducciones, pero muestro lo que realmente soy.

-Muchos reclaman la vuelta de Pablo y Pachu, ¿no se les ocurrió hacer un micro en Youtube?

-No es que no, pero ahora nos cuidamos por el Covid. Imaginate que laburamos más de 30 años y no es que uno no quiera, pero vivo a 150 kilómetros de la casa de él. Y él también se cuida, no somos tipos jóvenes. Tengo dos o tres ideas para hacer con él, pero ahora no puedo hacerlo. No es que lo quiera, estoy seguro que sale de taco si lo hacemos.

-Pero es llamativo que la gente los reclama.

-Todavía se siguen viralizando los videos de VideoMatch de Los Conocidos. Y es maravilloso, porque te descubren chicos. Pero la gente habla porque es gratis, porque después hacés un programa con 2 puntos de rating y al final no te siguen. Si vos haces lo que te dice la gente, no es garantía de que sea un éxito. Te llaman cuando te ven por la calle (ríe).

-Con los comentarios en las redes, ¿has tenido rechazos o siempre hay buena onda?

-No, muy poco. En general tengo muchos comentarios, sobre todo con los videos donde se sienten sensibilizados. Y cuando hago los desfiles hay uno que siempre me pone: “Es hora de salir del closet”. Y me ponen siempre lo mismo, pero lo único que quieren es que vos reacciones.

-¿Sos Pablo Granados Influencers?

-Sí lo es, aunque la palabra no la comparto. La nueva era que se abrió en las redes te pone esa palabra o mote que al marketing le sirve. Pero para mí no es una palabra muy linda, porque hay muchos que les dicen influencers porque tienen 3 millones de seguidores y no saben hacer nada.

Pero uno está pendiente de los seguidores para poder crecer y que te vean más. Porque representa que cuando viene un auspiciante, quiera pagar más por la publicidad. Siempre está bueno tener más público que menos. Por ahí se van 500 por día y entraron 1200. Hay como un balance, pero siempre hay gente que sale y entra de tu Instagram, es muy loco.

-Trabajas en las redes pero sobre todo generas comunidad

-Exactamente. Y también se habla de redes porque de alguna manera te enredas con otros. Grabé mucho con Dani La Chepi, actores que tienen redes y crecen a la par. Y yo crecí mucho grabando con ella. Las redes no son como la tele donde competís con el de al lado. Acá estar con el de al lado te hace crecer. Y podes compartir cosas, aprendes a autoproducirte, no tenes exigencias técnicas. Pero la gente no quiere ver lo perfecto, lo que ve en la tele. Porque la realidad no es la perfección.

-¿Cómo es un día de Pablo Granados Influencer en el campo?

-Lindo, voy poco a la ciudad, cada diez días. Ahora estoy editando un video para Youtube de un cliente. Después hay días que me los puedo tomar y arreglar el jardín. Y hay días que son enfermizos de laburo, porque estás agarrado del teléfono y la compu, y te deja el ciático hecho bolsa editando videos, y aparte subir un posteo que se te ocurrió para la noche. Hay meses que son muy intensos, de octubre a diciembre son estresantes.

-¿El año pasado se resintió el trabajo para vos?

-Por suerte el trabajo no se resintió. Es más, no sé si no fue el mejor de todos. Tuve mucho laburo y venir acá me motivó otro tipo de contenidos, porque la ciudad es un recurso increíble para grabar, siempre encontrás algo. Pero el campo te cambia el panorama y yo no hubiese hecho ninguno de estos videos, sino me vengo a vivir acá.

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