“No hay canción si no es con todos”: el tributo mendocino a Tejada Gómez que cumple una década

“Todas las voces todas, todas las manos todas. Toda la sangre puede ser canción en el viento”, dice uno de los himnos de América Latina, escrito por Armando Tejada Gómez.

En los tiempos que corren, ese atemporal llamado a la unidad y a la fraternidad se infla de muchos otros significados.

Es que encontrarnos cantándola en un show en vivo, en un momento en el que la distancia es la norma para cuidarnos los unos y los otros, puede de repente unirnos y llenarnos de esperanzas.

Tal es la invitación de “No hay canción si no es con todos”, el espectáculo de Ricardo Riquero y Andrés Iacopini que ya es un clásico en nuestra provincia y que cumple, este 2021, su década de vida.

Pero también es indispensable hoy volver a esta canción, para cantar (para rendir homenaje) en nombre de César Isella, fallecido en Buenos Aires el pasado 28 de enero, a los 82 años.

Fue él quien le dio las melodías y los acordes precisos a las eternas palabras de Tejada Gómez (1929 - 1992).

“Nos sigue dando alegría como el primer día que hicimos esta puesta”, nos dice Andrés Iacopini sobre el sentimiento que anticipa la presentación en el Teatro Mendoza.

El espectáculo “es un sentido homenaje a quien nosotros consideramos el poeta de américa, Tejada Gómez”, dice, y se muestra entusiasmado por una noche destinada “a compartir y a celebrar”.

El guion recorre distintas etapas de su vasta obra. Comenzando por su lugar, en su querida Mendoza, y concretamente la Media Luna de Guaymallén, donde transcurrió su infancia y primera juventud. Pasando por su niñez, marcada por la muerte de su padre, la pobreza y la enorme valentía de su madre para criar a más de veinte hijos.

Su compromiso social, cuando comprende que su vida es “ese oficio de fábula y guitarra” y la inquebrantable militancia por la defensa de los más débiles: los niños y los obreros.

También un capítulo duro como el exilio, por alzar su voz ante la desigualdad. Y el amor a sus hijos, a su pueblo, a sus amigos y, por qué no, a aquellas mujeres que le brindaron la inspiración con la que tiñó absolutamente toda su vida.

El espectáculo incluye aquellas poesías inolvidables como “La vida dos veces”, con la que pinta la amistad en su infancia; o “Furia”, de “Ahí va Lucas Romero” (libro publicado en 1973). Y, por supuesto, la “Canción por un niño en la calle” y el himno “Canción con todos”.

“Se trata de una síntesis de gran parte de su extensa obra”, amplía. “Una obra que a veces está en el inconsciente colectivo, por lo que la idea es refrescar, o mostrarle a la gente, que muchas de las canciones que tienen en su inconsciente o tararean por ahí, y de la que saben sus letras y melodías, fueron escritas por tamañazo artista”.

Replicando el sentimiento de unidad, el grupo que interpretará esta noche la selección de piezas viene de distintos puntos cardinales.

Iacopini y Riquero están acompañados por los músicos Walter Sabbatini (guitarra y dirección musical), el pianista peruano Quique Nomberto, el guitarrista oriundo de Uruguay Diego Ferreira y la percusionista de General Alvear Erika Golvas, a cargo de la batería.

“Va a ser una noche maravillosa no solamente por la emoción que es reponer una obra durante diez años, sino también por la presencia de todos estos músicos, sumados a un artista invitado: Pepe Cazorla, quien va a interpretar unos textos centrales de esta obra, como es ‘Hay un niño en la calle’”, anticipa.

“Es una obra muy conocida”, reconoce, “y que gran parte de la gente que tal vez no la conocía lo hizo a través de la interpretación que hizo René Pérez de Calle 13, y que fue grabada con Mercedes Sosa en ‘Cantora 2’”.

“Esta obra tiene el propósito de contarle a la gente el ideal de una persona, quien es, a su vez, el representante del ideal de todo un pueblo. Un pueblo solidario, cooperativo. Ese pueblo era su Guaymallén natal, concretamente en la zona de la Media Luna, pero logró que ese ideal se extendiera a Mendoza, a la Argentina, a América Latina y al mundo”, explica.

Unión, solidaridad, compromiso, cooperativismo. Ese es el mensaje, además de esa máxima: “Que nadie pueda dormir esta noche si hay un niño en la calle”, cierra Iacopini.

Una canción con historia

“No hay canción si no es con todos” toma en sí su nombre de esa famosa canción de Tejada Gómez e Isella, estrenada en Chile en 1969, durante una tertulia con el entonces presidente Eduardo Frei. Al día de hoy es una piedra fundamental del Nuevo Cancionero, surgido en Mendoza seis años antes.

Lo que es menos claro es dónde y cuándo fue grabada por primera vez. Hay versiones encontradas.

Muchas veces se dijo que el primer registro es de 1970, por el Quinteto Vocal Tiempo. Fue durante la gira de “América joven”, un espectáculo en el que también participaban Tejada Gómez e Isella.

Por otro lado, hay estudiosos que sostienen que fue la voz de Mercedes Sosa la que tiene el honor de haber registrado por primera vez el himno, el 28 de agosto de 1970. Es el caso del historiador y periodista Juan Carlos Fiorillo.

Lo cierto es que, cierto o no, la voz inmoral de la Negra quedó asociada para siempre con el estribillo de la canción. Ese registro formó parte del disco “El grito de la tierra”.

La invitación

Homenaje a Armando Tejada Gómez

Músicos: Ricardo Riquero, Andrés Iacopini, Walter Sabbatini, Quique Nomberto, Diego Ferreira y Erika Golvas.

Día y hora: Hoy, a las 21.30.

Lugar: Teatro Mendoza (San Juan 1427, Ciudad).

Entrada: $300 (capacidad limitada). En www.entradaweb.com.ar