La temporada final de El Marginal se encuentra disponible en Netflix, y tras unas cuantas temporadas, la serie argentina que fue furor, se despide definitivamente de los espectadores.
Es por ello que la cuenta oficial de Netflix en Argentina, llamada @CheNetflix, decidió compartir a través de Instagram el video de la escena final de la serie, para aquellos que se la perdieron y para quienes todavía se quedaron nostálgicos. “Confirmen si van a extrañar a estos dos tanto como yo. Hasta siempre, El Marginal”, escribieron para acompañar el clip.
Allí se lo puede observar a Nicolás Furtado en el rol de Diosito, junto a Mario Borges (Claudio Rissi), los dos protagonistas principales de la serie, bailando al ritmo de “Pinta”, la canción interpretada por L-Gante, Bizarrap y Pablito Lescano que fue elegida como la cortina musical de las dos últimas temporadas de la ficción argentina.
¿Por qué “El Marginal” fue una de las series más exitosas?
El Marginal fue todo el suceso que marcó el comienzo del nuevo año. Desde su lanzamiento, la serie producida por Sebastián Ortega no ha bajado del Top 10 de la plataforma, indicando que se encuentra entre las más elegidas por los usuarios.
La violencia se coloca como el ingrediente principal de la serie que relata las vivencias de los carcelarios, aunque llevado al extremo. Y si bien es producto de la ficción, las malas lenguas relatan que tiene más de la realidad de lo que pensamos.
Con este punto de partida surge la duda: ¿por qué los usuarios consumen este tipo de contenidos con altos niveles de violencia y sexualidad? ¿Viene de la mano del morbo, la personalidad o se trata de esa puerta que la ficción nos permite atravesar a un costado de la realidad que no vemos?
Ya lo dijo Claudio Rissi en la entrevista promocional de la producción. El fanatismo por la serie, según el actor, “tiene que ver con esa parte oscura que todos tenemos y no queremos ver, y podemos verlo a través de la pantalla. Me parece que la gente quiere espiar lugares que no se ven normalmente, que no están expuestos”.
Y si bien puede entenderse como una cuestión de curiosidad o esta idea de espiar a aquellos lugares ocultos, desde la psicología y la sociedad, Laura explica que tiene que ver, más bien, con una cuestión cultural de mostrar sin dejar a la imaginación.