Probablemente, el perreo de Glenn Close sea lo que más recordaremos de la última ceremonia de los Oscar. Fue la menos vista de su historia y no precisamente a causa de la pandemia: año tras año, los hunde el descrédito de la audiencia, que ve - por ejemplo- cómo le niegan insistentemente a esta actriz legendaria una estatuilla.
Pero Close es resiliente. O, mejor dicho, no le importan los premios: “¿Quién es un perdedor en esa categoría?”, reflexionó después de la gala. “Estás ahí, eres una de cinco personas reconocidas por sus colegas por el trabajo que has hecho. ¿Qué puede ser mejor que eso? Y honestamente siento que a la prensa le gusta tener ganadores y perdedores. Y dicen ‘¿quién fue el peor vestido?’ y ‘¿quién dio el peor discurso?’. Olvídense, no se trata de eso. Yo digo: ¡que se ****!” (incluya aquí su insulto favorito).
Close, de 74 años, no solo no se siente una perdedora ilustre, que es la idea que han difundido incansablemente los medios durante las últimas semanas, sino que defiende su talento con trabajo. Poco importa más que eso.
Solo cinco días después de los Oscar, ya estaba dando conferencias de prensa promocionando el estreno en Estados Unidos de una película nueva, “Cuatro días” (“Four Good Days”), que seguramente llegará a Argentina antes por streaming que a las salas.
Los que siguen su carrera, festejarán esta nueva colaboración con el cineasta colombiano Rodrigo García (hijo de Gabriel García Márquez). Tres filmes ya los habían unido: “Things You Can Tell Just by Looking at Her” (“Con tan solo mirarla”) del 2000, “Nine Lives” (“Nueve vidas”) de 2005 y “Albert Nobbs” de 2011, que significó también uno de los grandes papeles de Close (quien también fue productora).
“Cuatro días”, que debutó el año pasado en el Festival de Cine de Sundance, es un relato durísimo sobre la adicción a opiáceos en Estados Unidos. Basada en un reportaje publicado por Eli Saslow en The Washington Post, relata la relación entre una hija adicta (Mila Kunis) y una madre (Close), quien deberá sostenerla en un nuevo intento de rehabilitación, que impone dejar de consumir al menos cuatro días antes del inicio del tratamiento.
Esos cuatro días de abstinencia son el nudo de la película, que muestra el encierro insoportable y la dificultad de poder cumplirlos.
García, quien por estos días se encuentra en nuestro país filmando la miniserie “Santa Evita”, sabe de las interesantes particularidades del filme: primero, toma la adicción en un estado muy avanzado, tras largas y fallidas rehabilitaciones, lo que le da oportunidad de focalizarse en aspectos de las adicciones que otras películas, generalmente enfocadas en mostrar un largo proceso, sencillamente no pueden retratar. Lo que prima en las emociones de las protagonistas es la frustración y la decepción.
El segundo punto es que le da a su actriz fetiche la oportunidad de volver a interpretar a la madre de una mujer adicta, tal como hizo en “Hillbilly, una elegía rural” con Amy Adams y que le valió su última nominación al Oscar. Pero en lugar de reincidir en una caracterización, es la prueba de fuego para mostrar el poder de la actuación de Close, puesto que, aunque las situaciones sean similares, son personajes de historias diferentes y de diferentes épocas. La obligará a entrar en la piel de una madre de los ’90 y una del 2010. ¿Esta doble y contrastante caracterización será suficiente para una nueva y definitiva nominación a los premios de la Academia? Habrá que esperar un año.
Más proyectos
Pero Glenn Close tiene otra película más en la cola de estrenos: “Swan Song” (o “La canción del cisne”, como título tentativo), rodada el año pasado en Canadá en plena pandemia junto al oscarizado Mahershala Ali (“Moonlight”, “Green Book”). “Si es la mitad de bella de lo que fue la experiencia de hacerla será una película fantástica para que la gente la vea’', dijo ella sobre el filme, que estrenará (aún no se sabe cuándo) en AppleTV+.
Mucho más no se sabe de esta producción, más que el reparto (donde también están Awkwafina y Naomie Harris), el director (el debutante Benjamin Cleary) y que se ambienta en “un futuro cercano”, en donde se indaga en “cuán lejos puede llegar alguien y cuánto puede sacrificar para hacer más feliz la vida de aquéllos que ama”.
Habrá que esperar más tiempo para conocer detalles, pero en el mientras tanto podemos ir poniendo play al disco “Transformation: Personal Stories of Change, Acceptance, and Evolution” (disponible en plataformas digitales como Spotify). Se trata de una nueva incursión de Close en la música, en este caso al lado del saxofonista y compositor de jazz ganador del Grammy Ted Nash.
Lanzado el viernes de la semana pasada, se trata de un álbum de jazz con 11 piezas que abordan temas serios como raza, política, identidad y más.
Nash, un miembro de la Jazz at Lincoln Center Orchestra, tuvo la labor de componer música para acompañar las palabras, que incluyen versos nuevos con fragmentos seleccionados por Close de los poetas Ted Hughes y Conrad Aiken, el biólogo E.O. Wilson y el dramaturgo Tony Kushner.
Entre una lista que incluye también otros invitados, Close canta tres canciones. Y no es su primera incursión en la música: uno de sus tres Tony fue por el musical “Sunset Boulevard’' y también fue nominada por su actuación en “Barnum’'. Incluso recibió una nominación al Globo de Oro a la mejor canción original como coautora del tema “Lay Your Head Down’' de “Albert Nobbs’'.
Close fantasea con aprender a tocar el bajo, el único instrumento que le interesa (de hecho tiene uno Gibson con el que empezó a tomar clases), pero admite que le resulta difícil...
En los ’80, llegó a estar nominada tres veces al Grammy. Pero son tantas las galas y reconocimientos que ha tenido en su vida que confesó, en una conferencia de prensa reciente, que se había olvidado de ellos. “Estoy muy orgullosa de haber perdido ante Robin Williams”, aseguró cuando le recordaron esa vez que llegó a competir con John Lennon, Yoko Ono, Jack Nicholson, Ben Kingsley y el actor, fallecido en 2014.
A Nash, por otra parte, le hace ilusión que este disco la acerque a ser una estrella EGOT (ese acrónimo que se usa para para artistas que han ganado premios Emmy, Grammy, Oscar y Tony).