El director, guionista y productor Joel Schumacher falleció este lunes a los 80 años en Nueva York tras una batalla de un año contra el cáncer. Era reconocido por películas como “Batman Forever”, “8mm” y “Un día de furia”.
Originario de Nueva York, Schumacher fue primero una sensación en el mundo de la moda tras estudiar en la Escuela de Diseño Parsons y de decorar los aparadores de la tienda de lujo Henri Bendel. Como director se estableció como un cineasta de gran resplandor, y usualmente buenas reseñas, en una serie de películas taquilleras en las décadas de 1980 y 1990.
El éxito de su debut, “St. Elmo’s Fire”, con Rob Lowe, Demi Moore, Emilio Estevez y Ally Sheedy, no sólo le ayudó a crear un hombre para los actores del Brat Pack sino que convirtió a Schumacher en un director solicitado de Hollywood. Tras esta cinta llegó la comedia de vampiros “The Lost Boys” de 1987.
Tras películas como “Flatliners” (“Línea mortal”) y “A Time to Kill” (“Tiempo de matar”) Schumacher heredó la dirección de las cintas del universo DC de Tim Burton. Su versión estridente de Batman resultó en dos de las películas más caricaturescas de la franquicia en “Batman Forever” de 1995 y “Batman & Robin” de 1997.
Schumacher también dirigió los thrillers “Tigerland” (“Camino de guerra”) y “Phone Booth” (“Enlace mortal”) así como “The Phantom of the Opera” (“El fantasma de la ópera”).
Entre su trabajo más reciente, dirigió dos episodios de “House of Cards” de Netflix en 2013.
Schumacher creció en Queens con su madre después de que su padre falleció cuando tenía cuatro años. Cuando era adolescente rápidamente entró en la vida nocturna de la ciudad.
“La calle fue mi educación”, dijo Schumacher a la revista New York este año. “En ese entonces podías andar en bicicleta por el Puente de Queensboro, así que iba en bicicleta a todas partes. Estaba en Manhattan todo el tiempo y en todas partes en Queens. Si eres un chico en bicicleta todo puede pasar, y los depredadores salen de todas partes, por Dios. Yo me veía muy inocente, pero no era”.