“Muerte en Buenos Aires” (2014) tiene cosas en común con “El Ángel” (2018): hechos policiales; tensión homoerótica; el regodeo de ambientar una época de la historia argentina con estampas preciosistas y una bella banda sonora; y, por supuesto, el Chino Darín. Sin embargo, allí donde la segunda tiene su fuerte (una idea sólida de qué se quiere decir), la primera desbarranca.
Opera prima de Natalia Meta, “Muerte en Buenos Aires” parte con todo para ser una película memorable, pero terminando caminando en un sinuoso borde que da al precipicio de la inverosimilitud. ¿La razón? Un guion endeble, sin norte. Más que chato, es un guion abundante: lleno de puertas, de planos, de caminos posibles por tomar, de puntas desde las cuales se podría profundizar y narrar. Y es a causa de esa pretensión que la película fracasa, pues divaga demasiado y no resuelve nada de forma convincente. Ni siquiera la historia principal, supuestamente inspirada en “Secreto en la montaña”.
El crimen de un enigmático homosexual de la aristocracia porteña es el pie inicial de la historia, ambientada en los ochenta de la posdictadura. En seguida, ingresamos en las andanzas detectivescas de un amargado y testarudo inspector, interpretado por el mexicano Demián Bichir (de gran carrera, que incluye una nominación al Oscar) y un joven policía interpretado por el Chino. Alrededor de ellos, se extiende toda una fauna de personajes que rozan la caricatura: el principal sospechoso, que es un cantante gay de synth pop; la oficial que interpreta Mónica Antonópulos, cuyo vestuario hará reír a más de uno, y hasta un entrañable Hugo Arana en el papel de un comisario bonachón.
Cuesta creer que con tantos buenos recursos a su favor se haya obtenido un resultado tan irregular: quienes vean la película pensando que es un policial clásico, o un thriller, o incluso un drama sentimental, se quedarán bastante decepcionados. Es que la película se pasea por todos estos tonos, sin decidirse en uno. Para colmo, los episodios de humor no contribuyen en nada a darle coherencia a la película, ni el acento supuestamente porteño de Bichir, para nada logrado (otra caricatura más).
Donde sí tiene su fuerte esta película es en el plano visual: una fotografía impecable, con composiciones que quedan sin dudas en la memoria, como el contraluz del final. Además, el diseño de producción es impecable. Y nadie podría negar la sensibilidad de Meta para plasmar bellas imágenes (como la escena de los caballos galopando en plena ciudad) y armar climas desde lo musical (punto a favor: las canciones, muy inspiradas en Virus, son del genial Daniel Melero).
Quizás haya que sobrevalorar un poco estos elementos para entender la clave y apreciar la película. Por momentos, si miramos con un ojo un poco condescendiente, y a veces kitsch, llegamos a disfrutarla realmente.
La ficha
“Muerte en Buenos Aires”. Argentina. 2014. 94′. Para mayores de 13 años. Dirige Natalia Meta. Actúan Demián Bichir, Chino Darín, Mónica Antonópulos, Carlos Casella, Hugo Arana, Emilio Disi, Luisa Kuliok. Disponible en Netflix. Nuestra opinión: Regular.