Fue a través de una recomendación que llegué a Vulca. Una propuesta interesante, que proponía darle una segunda vida a materiales reciclados. ¿Quién alguna vez no quiso intervenir un pantalón? Hacerle tajos, teñirlo, pintarlo, bordarlo.
Un poco querer darle otra oportunidad de que nos guste, de querer usarlo y así ahorrar, no desechar, aportar mi granito de arena. Bueno, ella lo llevó adelante.
Pía tiene 28 años, baila danza afro y estudio diseño de indumentaria en la Universidad de Mendoza. Ella fue quien creó Vulca, una marca de ropa circular de nuestra provincia que sigue esta premisa de dar un nuevo uso, totalmente renovado, a la basura.
Bolsas de tela y plastillera, ropa vintage, bolsas de verduras, alguna que otra prenda que no usa, todo eso lo interviene para darle una vuelta de rosca. Mochilas, billeteras, sombreros, tabaqueras, bolsos, tops, una extensa galería de productos que podemos elegir entre su variedad, totalmente renovados.
¿Cuál es su esencia? Ella misma la describe, principalmente, en relación directa a su nombre: “Viene de volcán porque a mí me interpelan un montón. Y también averigüe que, para las culturas nativas de Latinoamérica y también culturas ancestrales de todo el mundo, el volcán tiene una simbología muy interesante sobre la sagrada destrucción”, explica la diseñadora.
“El volcán destruye lo que está obsoleto para construir con esos deshechos nuevos paradigmas. Creo que la simbología de volcán es la esencia de Vulca, esto de reinventar cosas, esa metamorfosis de lo que es basura, convertirlo en otra cosa”.
En esa línea, remarca que no sólo el reciclaje es fundamental para este tipo de moda, que cada vez suma más marcas que se comprometen con esta movida ambiental. Pía resalta que el diseño es la otra pata de este proyecto, “para que deje de ser basura y empiece a ser un producto atractivo y funcional”.
“Me gusta que se siga notando que hay algo de basura detrás, me gusta esa estética trash que tienen las cosas, que no abandonan al 100% su origen”, resalta.
Así nace Vulca
Tiene su página web, desde diferentes provincias e incluso países ya tienen su accesorio Vulca en sus manos. Porque así fue principalmente, en primera instancia, como comenzó a tomar forma esta nueva marca.
Vulca nació en 2018, después de que Pía trabajara en dos empresas chilenas de diseño. Una de ellas upcycling, la otra, todo lo contrario. “Era una empresa de ropa deportiva. No había nada de reciclaje y pude ver realmente los desastres de la industria”, relata sobre esta última.
Y se dio cuenta que, aunque los números, las notas y los videos estuviesen ahí, vivirlo en primera persona fue lo que realmente realizó el click. “Pude palpar los desechos que produce la industria, lo mal que les pagan a los trabajadores, las condiciones paupérrimas en las que trabajaban y la aceleración de la producción”.
Poco tiempo después, renunció y regresó a su Mendoza natal con una idea en la cabeza: producir sus propias prendas. “Si bien en Chile trabajaba con empaques muy hermosos, ya conocía más o menos cómo funcionaba el comportamiento de esos materiales, cuando me abrí el taller una amiga me trajo unas bolsas de azúcar industrial y empecé a utilizarlas”.
Pero esta afición, ¿viene de antes? “Sí, a mi familia siempre llegaba la “herencia” de mis tías y mis primos. Y para mí eso era Disney, entonces de adolescente me empecé a vestir con esa ropa, reformarla, flashear. Por ahí una bermuda la usaba de enterito, siempre me divirtió mucho la ropa y jugaba”, admite convencida en su relato.
“Y estando en la facultad me empezó a hacer ruido el sistema de la moda en sí, me molestaba mucho comprarme algo y que a los dos meses estuviese apelotonada. Me visto con ropa vintage por la estética, pero también su durabilidad y porque la tenía muy a la mano”.
Fue un proyecto el que la impulsó a instalar esta idea en su cabeza: “Estudiando me hicieron un pedido para un bar de delantales con camisas antiguas y fue un trabajo que me re gustó. Y comencé a proponer eso en la facultad”.
Desde el núcleo, los materiales que utiliza
A partir de la labor de Pía en Vulca, muchos quieren sumarse a esta movida y aportar su granito de arena. Por lo que los materiales, en varios de los casos, llegan a través de donaciones. Aunque también hay una especie de búsqueda de lo vintage que resulta muy atractivo para la marca.
“Es espontáneo como llegan las cosas, las busco según mi necesidad”, explica Pía. “En cuanto a prendas, las casas están llenas de cosas que ya no usan por lo que lo primero es escribirle a familia o amigos que me pueden hacer llegar”.
La parte más divertida, según admite, es cuando sale a ferias a “buscar cositas más interesantes”. “Al principio me costaba un montón romper esa ropa, pero después entendí que el resultado y esa metamorfosis es mucho mejor. Producir algo nuevo y diferente con algo que ya está, lo enriquece una banda”.
En cuanto a materiales 100% reciclables, actualmente utiliza algunos como bolsas de plastillera, bolsas de verduras y ahora ha implementado bolsas utilizadas en cervecerías para productos como cebada y demás.
“Están buenas porque las de azúcar es más difícil lavarlas, y con estos otros empaques es más fácil y no gasto tanta agua”, dice sobre estas últimas.
Si bien aún hay cuestiones destinadas a pulir en esta moda uncycling, como el uso excesivo pero inevitable de algunos recursos como es el agua, va realmente encaminada a generar un cambio en la moda del futuro.
- ¿Todo lo que te llega lo utilizas?
Siempre que me llega ropa de amigos y gente, las cosas de abrigo las dono porque sé que se necesitan más, o lo que yo no voy a usar también. Pero trato de donarlo a personas particulares porque muchas veces en las instituciones quedan estancadas por años. Hay muchas cosas que las personas prefieren donar por hacer un bien, pero que al final no se usan. Creo que lo más funcional de todo es que la materia prima siga teniendo una vida.
- Además de accesorios, he visto que también estás haciendo prendas…
Sí, hago prendas, pero son más cápsulas. Los tops que suelo hacer no son reciclados, sino que son telas nuevas. Lo hago porque me gusta jugar y cambiar constantemente, sentarme en la máquina y estar haciendo billeteras y de pronto ponerme a hacer tops y así.
- Si alguien quiere adquirir su propio producto Vulca, ¿siempre tenés stock en la página web?
Siempre me gusta tener stock de algunas cosas. Los bolsos materos y mochilas, que me llevan mucho más trabajo, los hago a pedido. También porque yo les paso opciones y los eligen, y me parece súper interesante formar un diseño conjunto y que las personas puedan elegir las combinaciones. El resto, tengo stock de todo.
- Estás en esta movida hace ya algunos años, ¿cómo ves el presente de la moda circular acá en Mendoza?
Creo que ha crecido un montón en estos últimos años, lo veo también en las ventas de Vulca, mucha más gente se acerca y les parece interesante. La gente se anima y quiere usar cosas recicladas, es un valor al que se le está dando más importancia. Y no sólo han surgido más marcas, sino que también marcas que ya estaban están yendo para ese lado.
- ¿Cómo se ha trasladado esto a las grandes empresas?
Reciclar materiales es bastante complejo y se vuelve un trabajo muy artesanal, pero hay un montón de marcas que de repente usan telas orgánicas, o que tienen trabajando a personas en buenas condiciones. En ese sentido, las marcas están yendo a eso y es el camino que la moda está tomando. Me parece que, a nivel mundial, se está yendo a ese lado y en Mendoza se re nota.
- Algunas marcas de moda upcycling que debemos conocer…
Algunas que se me ocurren ahora son Modesta con su termo fundido de bolsas, en Mendoza está Chamama donde reciclan cámaras de bicicletas y blackout para hacer accesorios, Capote utiliza telas orgánicas certificadas y Verna que hace accesorios con desechos electrónicos.