Con localidades agotadas en todas sus funciones a lo largo y ancho del país, coronan esta gira que comenzó en enero del 2021 en su Mendoza natal. Haciendo un recorrido por sus temas más significativos y presentando su último EP Nuestro Mundo, la banda indie vuelve a sus raíces exponiendo un trabajo que refleja lo vivido en la pandemia.
“Estamos cerrando una gira que nos movilizó mucho desde lo artístico y lo emocional. Nos encanta la idea de compartir la experiencia de tocar este repertorio en un teatro, por las versiones de temas “viejos” y por cómo se desarrollaron las canciones nuevas en la gira. En este claro entre cuarentena y nuevas restricciones, cada concierto nos refrescó la visión de la música y el disfrute de tocar en vivo”, expresa Pablo Di Nardo.
Santa Fe, Rosario, Córdoba, La Plata, Mar del Plata, San Juan y Ciudad de Buenos Aires son los principales espacios en donde la banda mendocina radicada en Ciudad Autónoma se presentó, coronado el cierre en el escenario de su provincia.
Con un gesto simbólico que da por cerrada esta etapa, estarán esta noche en el Teatro Mendoza a partir de las 21 presentando su último trabajo y concluyendo esta etapa.
“Mendoza es donde viven nuestras familias y donde crecimos. Todo lo que pasa cuando volvemos a casa está atravesado por los vínculos y la memoria, y al ser viajes tan fugaces, la cabeza y el corazón pueden estar en todos lados y en ninguno. Pero esta vez es especial supongo, porque una vez más vamos camino al cese de actividades y necesitamos darlo todo, dar y recibir, en un entorno donde nos sentimos cómodos. Entre el público estarán amigues y familias por lo que se nos activa algo dentro que solo podes entregarte y gozar”, afirma el baterista Arturo Martin.
Liderada por Mariano Di Cesare, Nicolas Voloschin en guitarras y sintetizadores, Arturo Martín en batería, Lucila Pivetta en bajo, Leonardo Gudiño en percusiones y Pablo Dinardo en sintetizadores, la banda comenzó sus pasos en 2009 en Mendoza y se radicó años después en la capital del país.
Su público los sigue a donde sea que vayan, sembrando seguidores de este “Manso indie” como deciden llamarlo los medios, los integrantes de Mi amigo invencible continúan expresando a través de sus canciones sentimientos comunes, esta vez, llevando a un lugar desconocido y nuevo que está fuertemente ligado a lo vivido en cuarentena.
Lucila, bajista del grupo, cuenta la experiencia de haber emprendido una gira en un momento tan particular de la historia mundial. “Es un desafío gigante con un montón de matices. Por un lado la emoción y agradecimiento de poder seguir haciendo y compartiendo música en un momento en que las actividades culturales quedaron completamente relegadas y subestimadas frente a otras actividades. Girar es la trinchera desde donde defendemos el valor de la música y el arte como refugio frente a la incertidumbre total.”
Y agrega: “También, enfrentar obstáculos nos fortaleció y nos ayudó a enfocar la energía. En los vivos, salir a tocar como si fuera la última y no guardarse nada. Y en cuanto a logística todo tiene que funcionar como un reloj, cada decisión se piensa mucho y son muchas las variables que hay que encastrar.”
Sobre Nuestro Mundo, su último disco
Concluyendo su 2020 nominado a los Premios Gardel por su último disco Dutsiland y en medio de un año caótico y lleno de incertidumbres, canalizaron cada uno de sus sentimientos en 3 canciones originales sumado a una versión íntima de “Jardín Secreto”, sencillo con el que comenzó esta nueva etapa del grupo.
“La idea nace como siempre, por necesidad, solo que esta vez el juego más grande fue en las letras. Por suerte la música es un lenguaje en sí mismo, y se construye a base de la intuición y eso fluyó como siempre. A la hora de escribir fue muy difícil separarse del mundo y crear uno nuevo, la insistente sobreinformación y la angustia de todos hablando a la vez sobre el mismo tema era tremendamente invasivo. Imposible desafectarse para escribir, costó, pero creo que lo logramos”, cuenta Mariano Di Césare.
El aislamiento inculcó una nueva forma de llevar el arte, una modalidad virtual que se instauró y que permanecerá en la cultura a partir de ahora, a través de la cual muchos artistas encontraron una posibilidad de continuar incluso en medio del caos.
Y aunque se trata de una salida positiva, Nicolás asegura que fue uno de los mayores desafíos. “Encarar la producción de un EP sin poder tocarlo entre todes, mucho zoom en el armado de las canciones, dónde por ahí no era todo tan fluido fue el desafío más grande. Por suerte se contó con el apoyo de un sello como DITW que fue un faro de esperanza en la tormenta pandémica, lo que nos posibilitó no solo grabar y difundir Nuestro Mundo, si no también salir con una película suavemente entusiasmada. Después de entregar todas esas canciones al mundo fue muy grato recibir las hermosas devoluciones de amigos, colegas y el público.”
El EP y sus videoclips son el puntapié inicial del vínculo de la banda mendocina con el sello nacido en California y con base en Ciudad de México Devil in the Woods, con quienes preparan nuevas acciones globales para este año.
Y aunque el contexto no permite planificar a largo plazo respecto a lo que tiene que ver con presentaciones en vivo, giras o shows, depositarán todas sus energías en seguir sumando música a sus proyectos y llenando el corazón de sus seguidores.
“Luego de estos conciertos en Cuyo, pensamos encerrarnos en nuestra sala a mimarla y que ella nos mime a nosotros, atornillar nuestros instrumentos al piso sabiendo que no se van a mover de ahí durante un rato y buscarnos entre nosotres dentro de la nube de humo que allí habrá, usando la música como linterna. Lo que salga de ahí te lo contaremos en la próxima primavera”, concluyó Leonardo Gudiño.