Martin Ron: “Siempre fui el loco que pintaba paredes”

El joven muralista argentino es reconocido en distintos lugares del mundo por su trabajo, sin embargo en nuestro país aún no ha trascendido la frontera de Buenos Aires hacia el interior. Solo Córdoba tiene un mural suyo.

Martin Ron: “Siempre fui el loco que pintaba paredes”
Martín Ron está realizando un gran mural en barrio Observatorio, en Córdoba (Foto: Javier Ferreyra)

Martín Ron es un artista plástico que comenzó a hacerse conocido en gracias a sus trabajos de muralismo hiperrealista en edificios de Capital Federal y barrios del conurbano. Este joven, sin embargo, ya había recibido reconocimiento por sus trabajos en distintos festivales internacionales en los que participó mucho antes de que los medios de comunicación nacionales le dieran espacio. Fue así como empezó a hacerse conocido en el interior, gracias también a la innumerable cantidad de réplicas que pueden verse en redes sociales.

Obra Old Truman, de Ron, en Corbet Place, Londres, Reino Unido
Obra Old Truman, de Ron, en Corbet Place, Londres, Reino Unido

Nacido en la provincia de Buenos Aires, los muros de las calles de Tres de Febrero fueron el punto de partida para pensar y desarrollar su arte. “Desde muy chico incursioné porque tenía afinidad e interés por el dibujo y la pintura. A los 7 años le pedí a mi mamá que me lleve aprender dibujo y fui a un taller hasta los 15 años″, cuenta Martín. Eso fue determinante porque allí aprendió la técnica de la pintura clásica y el trabajo en óleo. “Era una profesora muy exigente”, recuerda.

Su adolescencia transcurrió como la de cualquier chico, con una salvedad: “Era el que pintaba las paredes de mi casa y las de mis amigos. Eso derivó en que también pintara un mural en el colegio”.

Este mural es el más alto del país, y se encuentra en Bernal, provincia de Buenos Aires
Este mural es el más alto del país, y se encuentra en Bernal, provincia de Buenos Aires

Pero a esta pasión le faltaba un elemento: “Salir a buscar las paredes, estar en contacto con gente, jugar con el factor sorpresa, la exposición de pintar en la calle y que el público participe del proceso, del resultado final y que los toma por sorpresa”, explica, era lo que aún no había descubierto en aquellos años y que sería lo que finalmente lo decidiera a convertir esa pasión en un trabajo.

En esa época, promediando el año 2004, encontrar paredes para pintar no era tarea fácil. “Fui buscando en programas culturales que organizaba la municipalidad de Tres de Febrero, también había murales solidarios que se pintaban a organizaciones o se recuperaban paredes y paredones para que los artistas los devolvieran con una obra”, relata. En esos años se fue forjando su identidad como muralista, ya que hasta ese momento, no tenía intenciones de dedicarse profesionalmente al arte.

Tumby Bay, Australia.
Tumby Bay, Australia.

“Era pintor por pintar, dando pasos a ciegas, sin ninguna especulación económica y además porque no sabía que iba a vivir de esto, para mí era un hobby, una pasión. Esperaba las horas para salir a pintar y en la semana trabajaba y estudiaba Ciencias Económicas, Diseño Industrial, después Gestión de Arte y Cultura porque pensé que me gustaban, que me iban a abrir caminos”, recuerda, y agrega “pero nunca deje dormir mi pasión, de hecho la fui acrecentando hasta que después vinieron los trabajos y proyectos”, junto con el reconocimiento internacional, y también los viajes. Ron ha pintado murales en Inglaterra, España, Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Turquía, Qatar, Rusia y Bélgica, entre otros.

En cuanto al reconocimiento local, recuerda que en su barrio siempre lo tuvo y hace referencia a la frase “Pinta tu aldea y pintarás el mundo”, de León Tolstoi. “En Caseros era muy conocido por pintar murales, pese a que no buscaba el reconocimiento. Pero no podes escapar de eso porque estás pintando en la vía pública”, explica. “Gracias a eso vinieron algunos trabajitos. Algo que fue muy importante es que el municipio de Tres de Febrero me dio una encomienda para pintar murales durante 2 años seguidos y ser el director artístico”, con el objetivo de consolidar un programa local de enriquecimiento urbano “que consistía en buscar paredes deterioradas y dejarlas lindas”, recuerda Ron.

Machaco II. Lugar: Caseros, Buenos Aires,
Machaco II. Lugar: Caseros, Buenos Aires,

El hiperrealismo como arte

“El hiperrealismo está un poco negado en los que son las corrientes artísticas y no me voy a poner en ese debate, lo que sí te digo es que fui pionero en utilizar fotos y después pintarlas hiperrealistas en la vía pública, sin pasar por el proceso del dibujo”, explica.

En esta obra, Ron busca nuevos horizontes artísticos . Municipalidad de Tres de Febrero
En esta obra, Ron busca nuevos horizontes artísticos . Municipalidad de Tres de Febrero

El hiperrealismo tuvo su precursor en el Fotorrealismo, un estilo que surgió en 1920, pero que no llegó a constituirse como una corriente estética. Los pintores del precisionismo ya trabajaron con la ayuda de fotografías fielmente reproducidas, pero el arte pop sigue siendo el precursor inmediato del hiperrealismo, pues toma la iconografía de lo cotidiano, se mantiene fiel a la distancia de su enfoque y produce las mismas imágenes neutras y estáticas. En las décadas del 60 y 70, la abstracción era la tendencia dominante y el realismo estaba mal visto; se consideraba un arte que copiaba de fotografías o de la realidad y sin ningún interés.

Pedro Luján y su perro. Lugar: Barracas, Ciudad de Buenos Aires,
Pedro Luján y su perro. Lugar: Barracas, Ciudad de Buenos Aires,

El pintor estadounidense Denis Peterson, cuyas obras pioneras son universalmente vistas como una rama del fotorrealismo, utilizó por primera vez el término “hiperrealismo” para aplicar al nuevo movimiento y su grupo disidente de artistas. El hiperrealismo, aunque fotográfico en esencia, a menudo implica un enfoque más suave, mucho más complejo en el tema representado, presentándose como un objeto vivo, tangible. Estos objetos y escenas en las pinturas y esculturas del hiperrealismo se detallan meticulosamente para crear la ilusión de una realidad no vista en la foto original.

“Lo que yo hago es un collage de una selección de fotos, como una especie de digital art, basado en fotografía que después se trasladaban a las paredes con la técnica hiperrealista”, explica el artista.

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La historia del “Hola Mamá”

La obra de Ron tiene, en los preliminares, la frase “Hola Mamá” que lo caracteriza . Todo comenzó cuando olvidó decirle a su madre que estaba de viaje. “Me permito hacer unos garabatos al inicio que después los voy a tapar, son unas marcas que reemplazan la cuadrícula” describe. “Un día le puse un saludo a mi mamá porque estaba en Moscú y me había olvidado de avisarle que me había ido. Fue muy divertido porque era un festival y parecía que lo mío iba a quedar así, entonces se creyeron que era muy volado, muy contemporáneo”, recuerda. “Además ‘Hola’ y ‘Mamá' son dos palabras que se reconocen en todos los idiomas Así que los rusos entendían lo que decía y fue tan divertido que lo empecé a usar en todos lados como una cábala y como un sello personal”.

Este mural es una evocación a la obra de Bansky "Niña con globo"
Este mural es una evocación a la obra de Bansky "Niña con globo"

Una de sus obras, tiene una clara referencia al artista anónimo Bansky: “Lo que hice fue una evocación, me inspiré una nena que tiene un globo en la mano y para terminar el juego, le hice un tatuaje de la ‘Niña con globo’ pero sin el globo, que es un stencil archiconocido de Bansky. En los muralistas, como en los músicos, siempre hay una referencia a otro artista”, cierra.

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