“¿¡Cómo están esta noche!?”. Llegó el día tan esperado por los fanáticos -y no tan fanáticos- del icónico músico mexicano Luis Miguel. Y es que este domingo, a las 21 (hora argentina), la segunda temporada de la serie biográfica que repasa la escandalosa vida del Sol de México tuvo su ansiado estreno. Y no fue con un solo episodio, sino que Netflix -conociendo la ansiedad que manejan (manejamos) quienes nos desvivimos con la primera temporada- tuvo un maravilloso gesto: puso a disposición los primeros dos episodios de la segunda parte de “Luis Miguel: la serie”. El detalle es que, más allá de la reanudación; luego de estos primeros dos episodios de la segunda parte; la ansiedad encontró un nuevo pico máximo. Y ahora habrá que esperar hasta el próximo domingo -y al siguiente, y así sucesivamente- para ir viendo nuevas entregas.
Sin embargo, en los primeros dos episodios (ALERTA SPOILER) encontramos una trama dividida en dos líneas temporales; por supuesto centradas en la vida (siempre escandalosa de Luis Miguel). Por un lado, una que retoma la historia en el punto en que quedó al final de la primera temporada de “Luis Miguel: la serie”, centrada en 1992 y en un joven Luismi a quien todavía lo desvela el paradero de su madre, Marcela Basteri. Y, por el otro -y en simultáneo- encontramos a un Luis Miguel ya adulto, en el 2005 y quien sigue brillando en los escenarios con sus memorables shows en vivo.
Precisamente en esta segunda línea (la del 2005) es que tiene lugar un episodio por demás curioso, que la serie lo refleja a la perfección y que -efectivamente- dejó secuelas de por vida en la vida del músico. Se trata de un accidente que sufrió mientras brindaba un show en Perú, en condiciones que -según reconstruye “Luis Miguel: la serie” no eran las que acostumbraban a rodear al músico y su círculo artístico más íntimo.
En un determinado momento del show, se observa como una descarga accidental -que tiene su origen en la consola de sonidos- genera una fuerte descarga y una explosión sonora; que tiene su correlato en el auricular que el músico portaba en su oído mientras brillaba en el escenario. Y aunque para el público este desperfecto se vio reflejado en un mini y pasajero apagón en el lugar, el verdadero padecimiento para Luis Miguel fue -y va- por dentro; y desde ese día nada volvió a ser lo mismo. Porque este desperfecto le dio origen a una incurable enfermedad que padece desde aquella noche. Se trata de Tinnitus, y consta de la sensación de escuchar permanentemente un zumbido por demás molesto y que, por momentos, es tan alto que bloquea la audición de cualquier otro sonido; generando sordera.
Como todo lo que podemos ver en la serie sensación de Netflix, este episodio está inspirado en un hecho real que vivió el músico (la serie cuenta con el “Ok” de Luis Miguel, por lo que muchos de los conflictos son mostrados desde la óptica subjetiva del artista). Y así fue el concierto real en que la audición del músico quedó afectada de por vida; situación que -probablemente- ha tenido que ver en el alejamiento definitivo de Luis Miguel de los escenarios y de la vida y exposición pública desde 2019.
El recital “maldito”
En los primeros dos episodios de la temporada 2 de “Luis Miguel: la serie”, encontramos una vez más a Diego Boneta (el actor mexicano que ya se ha mimetizado con luis miguel, prácticamente) personificando al músico. Incluso, las canciones del Sol de México que oímos en la producción son interpretadas por el propio Boneta. Y en su etapa adulta, en el ya mencionado 2005 (y con 35 años), lo vemos rodeado de sus dos representantes; quienes se encargan de manejarle la agenda y confirmar o bajar fechas.
En este contexto es que se ve como uno de ellos arregla, casi de un día para el otro, una presentación en Lima (Perú). Y, más allá de la exorbitante cifra que acuerda uno de los representantes (en la serie, incluso, se muestra que el joven acuerda por una cifra aún mayor que la que le blanquea a su compañero y a Luis Miguel); hay un detalle que fue clave: el “foro” en el que se presentó Luis Miguel esa noche no contaba con la calidad y excelencia a la que estaba acostumbrado el artista para sus shows.
Además de lo que podemos ver en “Luis Miguel: la serie” sobre este hecho, en el libro biográfico del músico -Oro de Rey- se reconstruye este mismo incidente. Fue precisamente en el momento en que el cantante interpretaba uno de sus grandes éxitos, “Qué nivel de mujer” en el escenario de la capital peruana, cuando el desperfecto -que se evidenciaba desde el principio- tuvo su falla máxima y derivó en la explosión (sonora) del auricular dentro de su oído. Este fue el desencadenante del Tinnitus, que lo queja incluso hasta el día de hoy.
“Es una situación complicada, pero tienen que pensar que yo empecé a los 9 años con esta carrera, con la música, los conciertos, los decibeles…Entonces son más de 30 años expuesto a sonidos muy fuertes. Tuve que pasar por un tratamiento y afortunadamente ya estoy mejor”, expresó Luis Miguel en declaraciones a Clarín.
¿Qué es Tinnitus y cómo le afectó?
El Tinnitus es una enfermedad que consiste en oír un zumbido -como una chicharra muy aguda- de forma constante. De acuerdo a la forma en que afecte a quien la padece, este sonido puede ser de forma permanente, o bien intermitentemente. Y más allá de la tolerancia de cada persona, llega un momento en que -por su persistencia- se convierte en una situación realmente molesta y que llega a desbordar a la persona. Y a abstraerla de cualquier otra situación o ambiente que la rodea.
A partir de ese momento, y a la cantidad de exigencias correspondientes a un divo; Luis Miguel agregó un detalle infaltable para sus shows: que la calibración del sonido sea meticulosa y milimétrica. Claro que, más allá de los detallados cuidados que puedan tomarse, el Sol de México debió padecer más de una vez las consecuencias en público.
En Buenos Aires, por ejemplo, en 2014 y durante una presentación en el estadio GEBA; el artista debió quitarse de forma brusca -quedando en evidencia- su auricular; luego de que uno de los técnicos de audio regulara mal el volumen del auricular.
Sin embargo, el conflicto más resonante vinculado a este padecimiento se vivió en 2019, durante la gira “México por Siempre” en Panamá. El músico también mantuvo una pelea con el ingeniero de sonido de la puesta (a quien golpeó), lo que lo llevó a abandonar el escenario y cancelar el show. A raíz de este episodio, Luismi fue demandado y debió pagar una cifra millonaria.
Un detalle importante sobre este show (el último que dio en vivo) es que el artista no accedió a que este escándalo sea reflejado en “Luis Miguel: la serie”, por lo que en la producción de Netflix brillará por su ausencia.
