Locales vs. Foráneos: Qué consumen los mendocinos

Funcionarios y productores brindan un paneo sobre qué sucede con el consumo cultural en la provincia y cuáles son sus particularidades.

Locales vs. Foráneos: Qué consumen los mendocinos
El Teatro Independencia re abre sus puertas luego de la pandemia

A la hora de plantear este debate sobre las políticas culturales en Mendoza hay una cuestión que data de tiempos inmemoriales. Lo local frente a “lo de afuera”. ¿Hay más obras de afuera en las salas de Mendoza? ¿Se le da más difusión a lo foránea que a lo local? ¿El Estado apoya a las producciones locales, que en su gran mayoría son autogestivas?¿Cuál es el rol de lo privado?

Son muchas las preguntas y no son pocas las respuestas. Las miradas son variadas, pero todos coinciden en algo: la industria cultural de Mendoza está creciendo a pasos agigantados y eso se refleja en el consumo.

Local ¿versus? foráneo

Marcelo Lacerna es actor, productor y además, director de Gestión Artística del Ministerio de Cultura y Turismo del Gobierno de Mendoza, y para él este “diálogo entre lo foráneo y lo local” es un fenómeno que ha existido siempre y que es hasta necesario.

Por su parte, Diego Gareca, Director de Cultura e Industrias Creativas de la Municipalidad de Godoy Cruz y actual Director del Teatro Plaza, no cree que haya un versus en este debate. Para él se trata de “un viejo discurso que queda en algún sector de la cultura de Mendoza” y plantea un fenómeno que tal vez estemos pasando por alto y es que “hay artistas mendocinos que forman parte de propuestas nacionales y hay propuestas de Mendoza que se convirtieron en propuestas nacionales” y agrega que la presencia de obras de afuera forma parte del desarrollo cultural que tiene la provincia. Mendoza no es una provincia más y los productores lo saben. El turismo juega un papel clave.

En este sentido, Salvador Búcolo, dueño de la productora Grupo Tres, cuenta que “casi todas las compañías de teatro están queriendo Ingresar a Mendoza”, pero el fenómeno no se queda ahí y abarca a músicos de todos los estilos que cada vez ven a Mendoza con mejores ojos como plaza para presentarse. ¿A qué se debe esto? Según Búcolo, al atractivo de la provincia y a que para ellos es más redituable presentarse por el país que tal vez quedarse fijos en Buenos Aires. Aunque muchos elencos ya le encontraron la vuelta y tienen varios elencos, uno de gira y otro que se queda en Capital.

Francisco Carrasco es actor y productor teatral. Él tiene una mirada más crítica y en este debate pone el foco en la calidad de lo que viene de afuera. “Hay algunos que están buenísimos, otros que no tanto y otros que son un choreo”. Para él hay gusto para todo y la gente va eligiendo, pero en ese ir eligiendo, el público se ha vuelto más crítico: “la gente no va a pagar una entrada alta y ver algo con dos tachos”. Y este consumo crítico, de alguna manera, obliga a los artistas locales a preocuparse por la calidad artística de sus productos.

Ernesto Suárez, en una de sus obras en el Teatro Independencia.
Ernesto Suárez, en una de sus obras en el Teatro Independencia.

¿Hay más mendocinos consumiendo lo local?

La mirada de Carrasco nos da pie para entrar en este terreno y la respuesta positiva es unánime. Todos los consultados afirman que el público mendocino consume cada vez más propuestas culturales locales. De todo. El actor, que está al frente de la exitosa obra Trasandino, no puede esconder cierta alegría sobre este panorama: “La verdad es que me agrada porque hay muchas producciones locales qué son buenas. Veo que va mucha gente. He visto teatros llenos, el Mendoza, el Independencia y el Selectro lleno. Creo que en eso la pandemia nos favoreció, subieron las entradas, la gente está más ávida de ir al teatro y de consumir cosas.” Y reflexiona sobre la responsabilidad que esto trae: “Hay que cuidar este momento porque es bueno generar cosas copadas y mantener el público”.

Lacerna apela al recuerdo y a sus años en el circuito artístico. “A lo largo de la historia se ha incrementado muchísimo la oferta local y con buena respuesta del público”. Este incremento, para Lacerna tiene mucho que ver con el boca en boca. La gente va, le gusta lo que ve y recomienda, pero hay un detalle que no se puede dejar afuera y es la cantidad de gente que consume productos de la industria cultural. “No sé cuánto dio el censo en Mendoza, pero tenemos una gran diferencia en cantidad de población con Buenos Aires, por ejemplo, y de toda esa población, según los estudios de consumo cultural, la gente que consume cultura es un porcentaje muy chico, es casi el 2%”. Y en esta línea se mete con un tema común con todos los entrevistados: el marketing y la comunicación de las propuestas teatrales o culturales en general.

Búcolo, por su parte, afirma que “el mendocino pese al costo o la situación del país sigue apostando por consumir lo de afuera”. Y en sintonía con lo expresado por Lacerna, el empresario cree que “muchas veces tiene que ver con el marketing o cómo venden sus productos la obra de teatro de Buenos Aires o la banda de música” que viene a Mendoza.

El tema del marketing, la comunicación abre un camino que nos lleva a hablar de lo económico, tanto en el financiamiento como en las políticas públicas del sector.

Una noche en el hotel
Una noche en el hotel

La plata, el ser o no ser de la cuestión

Que la gente consuma un producto por sobre otro, en esto que es industria cultural, mucho tiene que ver con la difusión que se haga de ese producto. Acá el tema de la plata es insoslayable y sobre esto el más crítico es Francisco Carrasco, que como productor autogestivo ve muy complicado el tema de la difusión por el alto costo de las pautas.

“Si una producción independiente tiene que pagar todo lo que es una pauta, la verdad es que es complejo. Una vía pública es carísima” afirma el actor y productor. Las redes sociales pueden ser un gran aliado para este tipo de producciones independientes porque no demandan inversión de dinero, pero como dice el propio Carrasco, no tienen el mismo poder de convocatoria.

Y en esto, el actor y productor de Trasandino se mete con un fenómeno casi nulo en las producciones artísticas locales: la inversión privada. “Yo tengo la suerte de trabajar con un par de sponsor que los conseguí a fuerza de trabajo y tienen la cabeza abierta para poner guita, pero el privado es muy difícil de tentar” reconocer el actor y agrega que “tenemos bodegas, macroempresas que no les cuesta nada poner plata para una obra”.

Para Carrasco, los que ponen la plata son muy pocos y hay un negocio que no están viendo y ahí está el desafío, en que las grandes marcas privadas de la provincia se unan con producciones artísticas y hacer rentable esa unión.

Lacerna, por su parte, afirma que “los espectáculos (de afuera) ya vienen trabajados comunicacionalmente y con una apoyatura en difusión que no tienen los locales”. Además, remarca un hecho innegable:”los artistas locales no somos mediáticos porque mientras la gente que viene de afuera aparece en los medios o aparecen en las redes, nosotros no somos mediáticos, no aparecemos en la tele haciendo ficción ni tenemos escándalos en las redes.” reconoce Lacerna y añade: “cada vez que tuitea un famoso en Buenos Aires, los medios lo replican 50 veces y para nosotros es muy difícil de revertir”. Y de nuevo aparece lo privado, la necesidad de lo privado. “Es muy difícil que alguien ponga el capital acá, para recuperarlo tiene que ser un bombazo que lo pasen a durante mucho tiempo” señala el funcionario.

Bien. Ya el juego está planteado. Se habló de lo privado, pero ¿y el Estado? Surge la necesidad de profundizar sobre este tema habiendo planteado que la mayoría (o todas) las producciones son autogestivas. ¿Hay políticas públicas que ayuden o fomenten la producción local?

Lo local, la vendimia y la polémica del Estado

Ante esta pregunta, Francisco Carrasco se ataja y dice que no va a hablar del gobierno, “hace rato que no hablo del gobierno”. Sin embargo, detrás de esa máxima se esconde una molestia. Se nota. Lo que sigue es casi una proclama: “No sé que hay. No he visto nada y no vi nada durante la pandemia”. Carrasco hace un esfuerzo por recordar y habla de los bolsos de comida que se le dio a algunos artistas, pero como política cultural, él pone el foco en la vendimia. Para el actor y productor, “la vendimia se chupa todo, y el laburo de los artistas está condensado en ese mes y después desconozco cómo funciona realmente” reconoce un poco ofuscado.

Acto central de la Fiesta de la Vendimia 2022 en el teatro griego Frank Romero Day.
Foto: Marcelo Rolland / Los Andes
Acto central de la Fiesta de la Vendimia 2022 en el teatro griego Frank Romero Day. Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

Ante esto, Diego Gareca sale a defender la vendimia y se para, no solo desde la vereda de lo cultural sino de lo económico. “Yo tengo un análisis económico desde la cultura hacia eso y es que el año cultural de Mendoza comienza con la vendimia, que es el hecho de mayor inversión (...) recordemos que la vendimia es casi un hecho inédito porque, de verdad, es única en su especie y no existe en otra ciudad del mundo una fiesta que financia 100% el Estado” detalla el funcionario.

Y no se queda solo ahí, hace una especie de calendario cultural en que expone los festivales según la época del año y remarca que “como existe la temporada alta en cultura, existe la temporada alta cultural en Mendoza. En diciembre comienzan las vendimias distritales de los 18 departamentos y ahí comienza la rueda, “un movimiento económico” que va atado a los festivales. “Los festivales de verano empiezan con la fiesta de la cerveza, qué significa la agenda de verano para la economía cultural. Significa que hay trabajo para músicos de rock, de folklore, cumbia y bailarines (...) después viene fin de semana santa y ahí trabajan los músicos que están vinculados a la música clásica y después tenés vacaciones de invierno, que trabaja todo el sector teatral destinado a las infancias” enumera Gareca.

El funcionario, que estuvo a la cabeza de la cartera de Cultura, también habla de lo que pasa en los departamentos y no deja de sentirse parte de ese hacer cultural, aunque hoy su cargo se limita a Godoy Cruz. En este sentido, Gareca asegura que “nosotros tenemos un movimiento cultural importante. Hay cosas que no replican en las redes sociales de los departamentos y sin embargo suceden y convocan multitudes”. Él pone el ejemplo de las Peñas en el Valle de Uco y los festivales del sur. Actividades que, según Gareca, “uno no las va a registrar nunca” y tal vez “por eso algunos dicen que no existen y sí, existen”. “Hay un movimiento importante. Es mi opinión y me hago cargo. Todo eso es como que no se ve de manera, en un cuerpo, pero todo eso sucede en la provincia de Mendoza” sentencia el funcionario.

Gareca cree que es fundamental tener datos y números para poder dar información real y clara de la industria cultural en la provincia porque “muchas veces cuando no hay diagnósticos económicos es muy fácil tribunear el discurso de que no se hace nada, de que no hay nada y la verdad es que Mendoza, en términos generales, es una provincia qué está muy bien en cuanto infraestructura cultural”.

“La cultura es un movimiento también económico. Es importante que un actor de teatro sepa cuál es el movimiento económico de la actividad que desarrolla, que aquel bailarín o bailarina sepa cuál es el movimiento económico de la actividad que desarrollan. Eso nos permite incluso tener otra mirada sobre lo que nosotros muchas veces creemos. La cultura es dinámica, no es algo estático, lo único estático son los espacios.”

Estos datos son fundamentales para las producciones locales porque a partir de ellos es que se van a seguir desarrollando políticas públicas, sobre todo en un contexto económico tan desfavorable, según explica Gareca.

Para Lacerna, hay políticas públicas que se reflejan en la cantidad de espacios culturales copados con obras locales: “En la mayoría de los espacios de cultura de la provincia, la mayoría de los espectáculos que se programan son independientes, autogestivos”.

Y en este punto es que hay que hablar de la comunicación. Difusión y plata, dos caras de la misma moneda que todos los hacedores culturales padecen. Los entrevistados coincidieron en distintos puntos de la entrevista en el factor comunicacional como fundamental a la hora del consumo de productos locales, frente a los que vienen de afuera.

El común denominador es que las obras que vienen de afuera vienen más armadas en cuanto a marketing y comunicación. Acá, ya quedó claro que la mayoría de las obras son autogestivas y plata para pauta no hay.

En este sentido Marcelo Lacerna es el más crítico y el más autocrítico. “Tenemos que trabajar mucho lo comunicacional. Es un desafío muy grande porque ha cambiado mucho la relación de cómo comunicar, qué comunicar, la estética, los tiempos y los medios han cambiado mucho” reconoce.

¿Cuál es la responsabilidad de los medios en el consumo de lo local?

Para el funcionario provincial, actor y productor, “los medios están teniendo muy poco espacio a la oferta local y la oferta local es muy numerosa”. Lacerna afirma que se achica el espacio para la cultura en los medios: “Se han reducido mucho los espacios, los puestos de trabajo de este sector. Para “el periodista que va a cubrir un espectáculo implicaría también un espaldarazo del medio decir ‘bueno salí y mirá las obras’ y que lo paguen. Consumí cultura para poder difundirla”.

Para Búcolo es una cuestión de responsabilidades compartidas. Los medios sí difunden lo local, pero el artista no sabe cómo llegar a ese medio. Para él, el artista local tiene que comunicar mejor su espectáculo.

Casi con la misma anécdota, Lacerna y Gareca recuerdan las épocas de cuando se salía con gacetilla en mano para dejarla en la recepción de los pocos medios que había, pero hoy la realidad es otra. Los medios se multiplican y las plataformas también. Esto ayuda, indudablemente, a la difusión, pero la responsabilidad está en cómo se gestiona el contenido.

El futuro

Carrasco, aún con su mirada crítica, es optimista sobre lo que se viene. “La gente está eligiendo las propuestas locales y eso me pone re contento. Es el momento para seguir generando, para seguir apostando, para hacer cosas grandes porque ahí hay ganas, hay gente” reconoce el artista y agrega que esto “puede ser un puntapié para empezar a abrir un poco el juego, para pelear desde los sectores, no solamente los sindicatos exigiendo un aumento en vendimia, sino exigiendo políticas para todos durante el año”.

“Tenemos todo, escuela de cine, escuela de teatro, tenemos la mejor luz del mundo, tenemos locaciones. Tenemos todo”, concluye.

Lacerna ve un auspicioso futuro para la producción local, pero siempre de la mano de mayor inversión en el sector. “Cuando empecé a hacer teatro éramos cinco grupos acá en Mendoza y ahora son un montón. Los espacios locales no dan para contener a los elencos”. El funcionar cree que “trabajando mucho en comunicación y en producción”  va a haber un futuro mejor, sin embargo no deja de poner la mirada sobre el consumo cultural y asegura que “no creció exponencialmente como todos quisiéramos” y “eso es una cuestión general, no es algo que depende de una política cultural. Es complejo”.

Es complejo. Esta frase se repite en los entrevistados que coinciden en ver a la cultura como un fenómeno dinámico y en el que influyen muchas variables. Hoy los consumos son diferentes y la cultura mendocina ha copado tanto la escena nacional e internacional que muchos de los que vienen a Mendoza convocan a un artista local. Ese versus de lo otro frente a lo nuestro se transforma en una unión, en una comunión de talentos.

Talento hay de sobra y la gente ha empezado a priorizar eso sin importarle el origen de las obras. Sí, el famoso de turno es un plus, pero Mendoza tiene mucho para dar.

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