“La emancipación de una hija de su padre y de un hombre que, desesperadamente, solo busca amar y ser amado.”
Así describe HBO Max esta nueva cinta protagonizada por Leonardo Sbaraglia y Miranda de la Serna. Un drama donde el tema principal radica en la búsqueda del amor propio y el error de depositar necesidades y expectativas en los demás cuando estamos vacíos por dentro.
A la dupla se suman Eva Llorach, Alberto Ajaka, Beatriz Rajland e Iván González, bajo la dirección y guión de Leonardo Brzezicki.
Un tema universal que engloba a la humanidad entera, HBO Max presenta hoy esta cinta que llega como uno de los tanques argentinos de la plataforma.
“El mensaje de la película es que a veces uno está buscando un amor que no es el que tenés al lado, que podés sentirte solo y triste, pero que al final, te tenés a vos mismo y si no estás bien con vos, no podés estar bien con nadie”, expresa Miranda de la Serna en nota con medios de Argentina.
La joven, quien da vida a Laila, ahonda en los matices del filme que expone un mensaje mucho más allá del amor hacia el otro, sino más bien, ahonda en el amor propio y la necesidad de aceptarse a uno mismo.
Con un drama que nos llevará por una montaña rusa de emociones, Leo y Miranda se exponen a dos personajes cargados de matices, rasgos, facetas y sentimientos. Con dotes actorales que se colocan a la altura de la situación, esta dupla se roba por completo la pantalla en una historia que llega en el momento justo.
Errante Corazón…
La película sigue la historia de Santiago, un padre soltero y quebrado emocionalmente que está totalmente a la deriva en su vida personal luego de una ruptura. Santiago deposita sus miedos y se refugia en la relación estrecha y emotiva que mantiene con Laila, su hija adolescente.
Lo que parece ser un verano caótico en Argentina y en Brasil, termina siendo un punto de inflexión en sus vidas y su vínculo. Un viaje lleno de contrastes, contradicciones y pasiones donde Santiago recorre su propio camino en búsqueda de la felicidad.
El personaje de Sbaraglia pasa por un sinfín de etapas y facetas, al igual que el de Miranda. Su relación resulta ser el punto de inflexión en ambas vidas, la emancipación de ella de su padre y de él de su hija resultará en el punto culmine.
“Al principio se ve como una relación súper tóxica, pelean como si no hubiese un mañana y después juegan como si nada. Es una relación medio tóxica que a la vez comparte una complicidad, un amor y un entendimiento que hace que se tengan el uno al otro”, explica Miranda durante la nota respecto a la relación padre-hija.
Laila es una adolescente en formación que se ocupa de una gran cantidad de conflictos que no son principales en su vida. Una madre ausente, un padre desequilibrado y un entorno que no termina por completar a la joven.
Efusiva, inquieta e intensa son algunas de las palabras que describen al personaje de Miranda. “Tener una madre ausente es lo que más le afecta en su personalidad, una madre que está y no está, ese juego en la relación le afecta mucho”, explica la actriz con respecto a los matices de su personaje.
Y continúa: “El hecho de tener un padre inestable y en donde ella tiene que hacerse cargo también. Me compadezco de ella y en cierto punto la entiendo, creo que esas son las razones por las que el personaje es así.”
Así como el personaje de Leo encuentra en las fiestas, el alcohol y las orgías su punto de expresión y silencio mental, el personaje de Miranda lo encuentra en el arte y la danza, algo que resultará fundamental para la construcción de su personaje.
“Creo que, a la hora de hablar de cualquier artista, el arte es la expresión de su ser, intensidad y ganas. Creo que, para mi personaje, el baile es una salida sana, lo más sano que tiene en su vida. Es una forma de canalizar esa vida intensa que tiene y convertirla en arte. Es una forma delicada y tierna que ella tiene de canalizarlo”, explica.
Miranda de la Serna, una nueva promesa del cine
No es la primera vez que la hija de Érica Rivas y Rodrigo de la Serna nos demuestra que lleva el don en sus venas. La joven participó del filme Bruja, el cual protagoniza junto a su madre, y demostró su valía para la actuación.
“Mis padres siempre me dejaron ser y trataron de no influenciarme en ningún sentido”, dice segura durante la nota.
“Me acompañan y me apoyan en lo que yo pido, en este personaje si les pedí ayuda. Ellos me aconsejan, me apoyan y dentro de todo lo que yo digo ellos casi siempre están de acuerdo, pero por ahí porque me criaron ellos, tengo una mirada crítica y evalúo diferentes puntos de vista.”
Errante Corazón viene a ser una confirmación de lo que Miranda tiene para ofrecer, a muy poco de haber comenzado con su carrera actoral. La joven de 21 años se muestra efusiva, segura de sí, algo que se puede reflejar en el resultado del filme.
Con grandes dotes actorales que la posicionan como una de las promesas del cine argentino de esta generación, Miranda admite que su papel en Errante Corazón le dio la posibilidad de explorar horizontes hasta ahora desconocidos.
“Obviamente el director me ayudó mucho, Leo mismo también, de cómo hacer para llegar a ese punto de intensidad y no salir lastimado después. Uno tiene las emociones muy a flor de piel y hay que cuidarse al momento de encarar estos personajes. Me encanto llegar a esas emociones que no sabía que tenía, es un trabajo que haría de nuevo.
Con una personalidad muy fuerte, que se asemeja a la de su personaje, Miranda admite que hubo una de las situaciones que el personaje transitó que le llegaron hasta lo más íntimo de su vida.
“Hay una escena en donde ella habla de que su novio quiere salir con otras chicas, y en ese momento yo estaba pasando por algo parecido. Me ayudó mucho ver qué le pasaba a Laila y saber que como reaccionaba ella, no es como yo quería reaccionar.”
Llevándose siempre algunos aspectos de sus papeles y formando su perfil actoral, Miranda emprende camino en una carrera que le depara un futuro prometedor, así como les ocurrió a sus progenitores.