“La puerta de oro”, la ambiciosa obra teatral sobre la migración

Protagonizada por Guillermo Troncoso y Rubén González Mayo, la obra relata la historia de dos migrantes que intentarán entrar a un “nuevo mundo”.

“La puerta de oro”, la ambiciosa obra teatral sobre la migración
Inspirada en el poema “El Nuevo Coloso”, la nueva obra que traen Arístides Vargas y Charo Francés propone una mirada onírica de la migración.

“Todos hemos migrado de alguna forma. Hemos migrado de nuestra infancia y estamos separados de cosas que hemos vivido en un momento dado. Todos nos hemos sentido de pronto, por alguna circunstancia, no pertenecientes. Nos hemos sentido solos, o incluso en la transición de quien soy y a donde quiero ir.”

Charo Francés, teatrista española del grupo ecuatoriano Malayerba, explica así el tema principal de la nueva obra que llega al Teatro Independencia.

Todos hemos migrado de alguna forma: de un situación emocional, etaria, temporal; todos hemos migrado alguna vez. Esto propone la nueva obra que llega a Mendoza de la mano de Charo y Arístides Vargas.

“La puerta de oro” cuenta la historia de dos hermanos migrantes que están varados frente a un puerto que se erige como la esperanza de entrar a un nuevo mundo. Un mundo lleno de oportunidades, de grandeza y de la promesa de una vida mejor.

Guillermo Troncoso y Rubén González Mayo interpretan a Ilo y Teo, dos hermanos migrantes.
Guillermo Troncoso y Rubén González Mayo interpretan a Ilo y Teo, dos hermanos migrantes.

Protagonizada por Guillermo Troncoso y Rubén González Mayo, la obra propone esta utópica idea de que existe esa “puerta de oro”, ese cumplir del sueño americano. Situaciones realistas, absurdas o atemporales se desarrollarán en esa especie de limbo en donde nadie pertenece a ningún lugar, mientras que se develará que dicta su destino.

La obra que escribió Arístides Vargas hace casi una década propone una idea que nace en torno a un poema. Emma Lazarus es la autora del poema “El Nuevo Coloso”, el disparador de esta obra y el cual está escrito en el pedestal de la Estatua de la Libertad.

“Dice algo como ‘vengan a mí todos los pobres del mundo, los hambrientos, los desplazados’. Es una invitación a formar parte. Y esto apareció como una contradicción para él con lo que pasó, pasa y seguirá pasando en todas las fronteras del mundo”, explica Charo en conversación con Los Andes.

Inspirado en la propia experiencia de él ser un exiliado y ella una migrante, se propone esta idea de que existe “la Puerta de Oro, una metáfora a un mundo supuestamente mejor”, explica Charo.

“Atravesar esta puerta de oro supone que ‘el sueño americano’ se hará realidad, algo problemático y que se pone en duda. Representa esta barrera que la simboliza en una puerta de oro.”

Dos personas con un mismo sueño: el de una vida digna. Dos hombres con una misma soledad y un mismo destino: el fracaso frente a un sistema inhumano.

“La puerta de oro” estrena el próximo jueves 19 de agosto a las 20:30 en el Teatro Independencia. Además, repetirá funciones el 20, 21 y 22 de agosto.

La propia experiencia, fuente de inspiración

La asistente de dirección y directora de actores profundizaba durante la nota, haciendo énfasis en las propias vivencias de ella y Arístides, y de la identificación que logra sentir el espectador, aún sin ser experimentado en el tema.

“Yo he sido una emigrante. Fui una emigrante en algunos sentidos se lujo, no fue por problemas políticos o económicos, sino que fue una decisión. Aprendí y viví lo difícil que es emigra”, relata Charo.

“Viví el no tener país, el no pisar un territorio propio, vivir rodeada de personas que se mueven de una manera distinta a las que se mueven en el lugar en que tu naciste, aprendí a ser extranjera y la soledad que ello conlleva, el ser distinto a todos los demás.”

La Puerta de Oro es una metáfora a un mundo supuestamente mejor.
La Puerta de Oro es una metáfora a un mundo supuestamente mejor.

Como una historia en primera persona, Charo admite que emigrar fue “una especie de retroceso como ser humano”. Sin experiencia, sin contactos, sin un suelo que sintiera suyo, asegura que “la no-pertenencia es una situación de soledad y dureza.”

Aunque admite que el espectador sentirá esto a través del relato. Como decía en principio, todos emigramos alguna vez de algo. Sin embargo, asegura que con eso no basta, sino que también tuvo algo que ver la dirección mágica de su creador.

“La virtud o una de las virtudes de Arístides es, como escritor y dramaturgo, hablar desde el fondo de sí. Es el no guardarse, el no ocultar, el no disfrazar. Cuando un ser humano te habla desde la profundidad de su ser, es imposible no sentirse identificado.”

Las ideas que atraviesan la obra

En “La puerta de oro” confluyen dos fuerzas, dos personajes en tránsito, que intentan encontrarse en sus recuerdos, vivencias, deseos, miedos, alegrías y tristezas. Dos personajes en donde la memoria juega un papel fundamental.

- ¿Qué papel juega la memoria en la obra?

La memoria es la única herramienta que tiene el que migra para ser alguien, es lo que recuerdo, es lo que me constituye cuando llego a un país o a una edad, a un momento de la vida, en que la pregunta fundamental de ¿quién soy? ¿por qué? y ¿para qué?

El recuerdo y la memoria es tu caudal, tu tesoro. Y Arístides siempre empuña la memoria como la única posibilidad de ser consciente de tu propia realidad, de la realidad de tu país, de la historia. La memoria es la historia

- Se trata de una obra inédita, ¿Por qué traerla a Mendoza por primera vez?

La vida es tan sorprendente que a veces uno no puede dar razón de ciertos por qué. Es un momento decisivo en la vida de Arístides y la mía, hemos vivido durante 44 años en el Ecuador y de pronto nos dimos cuenta de que nos hicimos mayores, y lo digo sin melancolía. Nos dimos cuenta que estábamos en el último tramo de la vida y que queríamos estar cerca de nuestras respectivas familias y tomamos la decisión de vivir entre Mendoza y España, vivir esta última etapa de la vida cerca de la familia, los paisajes en los que nacimos, es por tanto un momento muy especial para nosotros. Ya hemos trabajado en otras ocasiones en Mendoza y con motivo de este regreso más definitivo, era el momento de hacer un trabajo aquí.

- Anteriormente habían trabajado con Rubén González Mayo y Guillermo Troncoso…

Rubén y Guillermo son dos amigos, además de estupendos actores, con los que ya hemos trabajado. Por ello decidimos venir, empezar a vivir en Mendoza y qué mejor que empezar a vivir con un trabajo teatral nuestro, que forma parte fundamental de nuestra manera de vivir. Entre ellos dos y nosotros dos, establecimos hacer este trabajo.

- ¿Por qué los mendocinos deberían ver La puerta de oro?

Porque van a alegrarlos, mezcla el drama y la comedia con total desenfado, pasa de uno a otro como lo hacemos en la vida. Si tienes sensibilidad y vas a ver la obra, va a ser un encuentro contigo mismo y con los demás. Diría a los espectadores que vayan a ver esta historia de dos seres imaginarios que van a estremecerlos.

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