La Orquesta Sinfónica de la UNCuyo se prepara para comenzar un año bisagra en su trayectoria. Una temporada que pondrá en práctica, sí, enseñanzas del período en el que estuvo al frente del organismo el venezolano Rodolfo Saglimbeni y que girará, a su vez, hacia nuevos espacios y nuevas formas de trabajar: mayor extensión universitaria, más versatilidad en el repertorio, posibilidad de que el público también participe de la selección de programas. Y todo sin un director, por lo que el rol de la Comisión Artística, en representación de todos los músicos, fue fundamental para definir las actividades.
Explicamos: Saglimbeni, quien dejó un enorme legado en la orquesta, se volcará de lleno a una nueva etapa profesional en Santiago de Chile, donde ya dirige la Orquesta Sinfónica Nacional. La OSUNCuyo, por otra parte, buscará este año definir quién lo sucederá en el cargo.
Lo hará de una forma interesante, haciendo desfilar en el podio a lo largo del año a los siete candidatos, y una candidata, que fueron preseleccionados en virtud de su preparación y perfil: Luis Gorelik, Ezequiel Silbersten, Roberto Buffo, Tobías Volkmann, Natalie Marin, Javier Más, Walter Hilgers y José López Antón.
Algunos son muy conocidos por los mendocinos, como Gorelik, pero otras son batutas nuevas. ¿Lo inusual? Que el público también podrá conocer a cada candidato y conocer sus enfoques con la partitura y sus perfiles en relación con la audiencia. También llegarán directores en calidad de invitados, como Ligia Amadio, David del Pino Klinge y Nicolas Rauss.
De cara al concierto inaugural de la temporada, que será el próximo viernes en la Nave Universitaria (en el recuadro hay más detalles), charlamos con el coordinador general del organismo, José Loyero. Nos anticipó diferentes aspectos de la temporada y de la forma en que se elegirá al sucesor del destacado director venezolano, a quien deseamos desde este espacio los mejores deseos de éxito y crecimiento profesional.
En busca de un nuevo director
“Saglimbeni estuvo a cargo de la dirección artística de la orquesta durante siete años. Claramente es uno de esos directores que dejan huella, y una huella muy profunda por la labor desempeñada”, comienza diciendo.
“Puntualmente, es alguien que entendió mejor que nadie el rol de ser una orquesta universitaria. Una orquesta que tiene el rol no solo de hacer conciertos, sino que somos parte de la extensión y de la educación, un ámbito que otras orquestas no tienen la obligación de tener. Creo que todas nos preocupamos por eso, pero él entendió muy bien su importancia en la Orquesta Sinfónica de la UNCuyo”, destaca.
-¿Cómo evaluás su paso por la orquesta?
-Como balance general te puedo decir que lo que más destacamos, no solo yo, sino la orquesta y las autoridades universitarias, es ese rol de haber transformado cada actividad de la orquesta en un concierto didáctico. Puede ser una obviedad, pero no lo es. En alguna época hubo un público que sabía mucho de lo que se tocaba y esto se ha ido perdiendo, ya sea por la formación en las escuelas y porque aparecen otras formas musicales que van captando la atención de la gente y no se profundiza tanto en la música clásica. Ese modo tan particular que él tenía de escribir las obras, de enseñar cómo era la conformación de una orquestación, de una forma musical o lo que fuere, es único.
-Un perfil particular de director...
-Sin dudas que es el perfil que siempre buscamos como orquesta universitaria, pero no siempre se logra como lo logró él. Me atrevo a decir que es uno de los mejores en Latinoamérica desempeñando ese rol. Por supuesto que tiene que ver con su formación en el sistema de orquestas venezolanas, para quienes esto es medular. Ellos saben que desde la formación es donde ellos van a sostener la calidad y la permanencia de las orquestas. Ni qué hablar de su calidad artística, porque es un director de primera línea, que podía dirigir desde un programa de fusión popular con un grupo folclórico o de rock, dirigir una ópera, acompañar un ballet, haber dirigido un concierto electrosinfónico con un DJ, y con la misma calidad con la que después encaraba una sinfonía de Mahler, “Los planetas” de Holst o cualquier repertorio, del más difícil que uno pueda imaginarse en lo que es la música sinfónica.
-Una pérdida, pero también una posibilidad de enriquecer la OSUNCuyo con nuevos proyectos.
-Claramente que hemos lamentado que Saglimbeni tuviera que dejar el puesto, porque él ya tenía otros compromisos laborales. Nos había anunciado con tiempo que él no iba a poder seguir. La pandemia y todo lo que pasó fue dilatando esos tiempos. En función de eso nosotros hicimos una convocatoria de directores por el mes de noviembre del año pasado, a partir de la cual seleccionamos a los maestros que se consideran mejor preparados o que reúnen más el perfil para lo que la orquesta está buscando, con la esperanza de designarlos a partir del año 2023.
-¿Pero cómo será la selección?
-Para eso se les va a dar dos o tres semanas a cada uno con programas variados: uno tradicional, uno fusión, uno de extensión... Hemos tratado de que entre todos haya cierto balance para poder tener un criterio de evaluación similar. A quienes han quedado los iremos conociendo a lo largo del año e iremos viendo quién reúne mejor ese perfil, un perfil tan complejo. Hace muchos años elegir un director era algo más lineal: alguien que manejara el grupo y alguien que conociera su profesión a la perfección. Hoy es algo mucho más complejo, como a su vez es compleja la vida de las orquestas, porque estamos en permanente transformación.
-¿Cómo es eso?
-Las orquestas nos estamos reinventando todo el tiempo en cuanto repertorio y los formatos. Recuerdo que hace muchos años, cuando me tocó comenzar en esta función, hablar de un concierto al aire libre era algo muy resistido. No era algo que acostumbraran las orquestas. Se consideraba que el sonido sinfónico se distorsionaba, que no se cumplía bien, que las condiciones acústicas nunca estaban a la altura. Y hoy es algo absolutamente común y se realizan cada vez que se puede. Claro que el único impedimento que hay a veces son las cuestiones climáticas, y es muy difícil porque el clima de Mendoza está cambiando y es muy difícil atreverse a planificar actividades al aire libre con la continuidad que uno quisiera, porque te encontrás con fenómenos como la tormenta de esta semana. Antes era más previsible. Y también hay una gran inversión técnica (luces, sonido, escenario, etcétera...), lo que hace que el riesgo sea aún mayor. Por esa razón es que este primer concierto lo vamos a hacer en la sala de la Nave Universitaria.
Cómo será la temporada
-¿Qué novedades trae este 2022?
-Estamos haciendo hincapié en espacios no convencionales y en actuaciones no convencionales. Decir ‘no convencionales’ hoy es un tanto delicado, porque deberíamos hablar un rato largo sobre lo que es ‘convencional’ en la vida de una orquesta, que no es lo mismo que hace cuarenta años y mucho menos hace cien años. Hoy todos vamos confluyendo en que la música es una y se toca desde los lugares que a cada uno le corresponden. Entonces, hoy una orquesta no debe tener problema en saltar de un repertorio de fusión con rock a hacer un repertorio de música de películas, o un programa mozartiano o sinfónico tradicional, y después estar tocando al aire libre con un conjunto de música popular de lo que fuere. Este es el elemento que va a atravesar la vida de no solo nuestra orquesta, sino de todas hoy en día.
“Con esa premisa hay tres eventos que destacan particularmente en esta temporada: por un lado, un concierto dedicado al rock sinfónico, que estamos armando con una excelente banda de músicos locales y donde rendiremos tributo a todas esas bandas que dieron inicio al rock sinfónico (Led Zeppelin, Génesis, Queen, etcétera). Habrá tres grandes funciones en la Nave Universitaria, con proyecciones también”, adelanta.
Sigue: “Luego tenemos un concierto muy lindo, que será tributo a Coldplay. Lo vamos a hacer junto al Coro de Niños y Jóvenes y el Coro de Cámara de la UNCuyo. Lo bueno es que en ambos conciertos los arreglos van a estar a cargo de músicos locales, Leandro Riolobo y Martín Vicente. Esto es muy bueno porque es algo que no sucedía en otras épocas: tener en Mendoza arregladores sinfónicos de calidad. Después, con Música Para Volar, conjunto que ha visitado Mendoza muchas veces, vamos a encarar un tributo sinfónico a Gustavo Cerati y Charly García. Dos funciones que serán en el Teatro Mendoza allá por el mes de abril”.
Otra de las novedades que trae consigo esta temporada es que el público tendrá la posibilidad de participar en la elección de la programación de algunos conciertos. En este tipo de repertorios de modalidad playlist el público podrá seleccionar sus obras preferidas y votarlas a través de las redes sociales y poder disfrutarla así en vivo.
Los ciclos temáticos, heredados de la dirección de Saglimbeni, convocarán a grandes solistas: los violinistas Xavier Inchausti (Concierto para Violín de Sibelius) y Freddy Varela (Concierto para Violín de Beethoven), además de los pianistas Alexander Panizza (Concierto para piano N°2 de Rachmaninoff), Emilio Peroni (“Rhapsody in Blue” de Gershwin) y Marcelo Balat (Concierto para Piano de Grieg).
Al margen de ellos, se cuentan la tradicional participación en Música Clásica por los Caminos del Vino y el aniversario de la UNCuyo, que este año coincidirá con la asunción de las nuevas autoridades.
El Opera Studio preparará la opereta “El murciélago” de Johann Strauss II en versión concierto y, a final de año, una producción escenificada que todavía están definiendo. También habrá un ballet en vivo: “Pulcinella” de Stravinsky, ocasión en la que se abrirá el foso orquestal de la sala, “que pocas veces hemos podido usar”, acota Loyero.
“Y finalmente, pero no menos importante, porque para nosotros lo es cada vez más, es el ciclo de extensión. Esta labor que la Universidad realiza en tantas áreas de ir a aquellos lugares donde es difícil que lleguen actividades culturales, como a su vez también es difícil llevar a ciertos sectores a los teatros”, define Loyero. “Este año nos hemos propuesto hacerlo de manera más sistemática y comprometida. Iremos a barrios, comunidades, localidades donde hay pequeños emprendimientos musicales. Lugares donde sabemos que hay apetito particular por la música, u otros donde sabemos que no hay y queremos sembrarlo. Estamos armando pequeños grupos para estas actividades”, cierra.
El concierto del viernes 4 de marzo
Orquesta Sinfónica de la UNCuyo
Abre su temporada 2022
Concierto: “Clásicos del cine”
Dirige: Ezequiel Silberstein
Fecha y hora: Viernes 4 de marzo, a las 20.30.
Lugar: Sala Chalo Tulián de la Nave UNCuyo (España y Maza)
Entradas: $400 general y $300 para estudiantes, docentes, personal no docente y jubilados/as. También se pueden adquirir en boletería de la Nave UNCuyo de martes a domingo de 18 a 21.
Programa:
-Alfred Newman: 20th Century Fox Song
-Lalo Schiffrin: Tema de Misión Imposible (ARR. Calvin Custer)
-Howard Shore: Suite Sinfónica de “El señor de los anillos” (arr. John Whitney)
-Klaus Badelt: “Piratas del Caribe” (arr. Ted Ricketts)
-Nino Rota: Suite de “El Padrino” (arr. Fabrizio Francia)
-Pietro Mascagni: Intermezzo de “Cavalleria Rusticana”
-Ennio Morricone: “Cinema Paradiso” (arr. Bob Krogstad)
-Howard Shore: “Titanic”
-Bernstein: Suite de “West Side Story Suite” (arr. Jack Mason)
-Hans Zimmer: El Rey León (arr. Ted Parson)