Alessio Rigo de Righi y Matteo Zoppis son parte de una nueva generación de cineasta que encuentra su propio lenguaje en la industria. La dupla ya tiene tres producciones en conjunto y “La Leyenda del Rey Cangrejo”, la última cinta escrita y dirigida por ambos, que se acaba de estrenar en las multisalas del país (en Mendoza en Cinemark) refuerza su búsqueda por traer al presente esos relatos perdidos en el tiempo, narraciones orales que se transformaron en leyendas y que a través del cine toman otra dimensión.
La producción fue filmada en Italia y Tierra del Fuego, como parte de los dos escenarios que imaginaron ambos para esta historia de aventura y emoción.
La cinta reconstruye la historia de Luciano: loco, justiciero, bastardo y sobre todo una leyenda. El contexto es la Italia a fines del siglo XIX. Luciano es un borracho que, como todo loco de pueblo, sacude las estructuras de su comunidad al no querer encajar en ninguna de ellas. La rebelión ante la autoridad y un amor prohibido desencadenan una tragedia.
Convertido en un desafortunado criminal, Luciano es exiliado a la lejana Tierra del Fuego donde, con la ayuda de despiadados buscadores de oro, se embarca en la búsqueda de un mítico tesoro, trazando el camino de su redención. Sin embargo, en estas tierras estériles, sólo la locura y la codicia pueden triunfar.
Protagonizada por un elenco de actores italianos y argentinos como Gabriele Silli, María Alexandra Lungu y Mariano Arce, el filme contó con la participación del mendocino Alejandro Fadel que se unió a la dupla de directores en la escritura del guión.
“Hay muchos amigos mendocinos que colaboraron con la película, en especial Alejandro Fadel con el que escribimos el segundo capítulo de la película. Y uno de los actores que participó en un comienzo fue Víctor López (”Muere monstruo muere”), pero luego no pudo continuar con el proyecto”, cuenta el director Alessio Rigo de Righi quien hace más de una década está radicado en la Argentina.
Con un excelente paso por festivales internacionales incluido el Festival Internacional de Mar del Plata, la película une con belleza audiovisual una historia real, pero con la magia propia de la ficción.
“Queríamos construir una historia en la que la frontera entre la realidad y la ficción fuera permeable, en la que un recuerdo se transformara y se entrelaza con diferentes historias para crear otras nuevas. Intentamos desarrollar un nuevo mecanismo que hiciera estallar una historia oral en una ficción de género. Nos gustaba la idea de hacer un western marítimo que empezará mostrando el drama que lleva al protagonista a acabar en el western, en este caso el Sur. Ese es el poder de las historias. “La leyenda del Rey Cangrejo” parte de un lugar muy pequeño, una casita donde se reúnen los cazadores; pero para llegar al final de la historia hay que ir al fin del mundo, a Tierra del Fuego”.
-Este es su tercer largometraje juntos como directores ¿qué los une el poder trabajar en una dirección compartida?
-Es diferente trabajar solo, pero ser dos en un rol de dirección que tiene que cumplir con un montón de trabajo con otras personas, al ser dos uno puede ir más rápido y tener dos miradas. Y esto de las dos miradas es lo más importante, porque nos confrontamos y discutimos todo el tiempo lo que vamos a hacer, y eso hace que el discurso de la película tenga un flujo de discusión. Que cuando uno está solo es más difícil mantenerlo. Y nosotros siempre nos cuestionamos un poco y redescubrimos la película. Además que aliviana el ego de cada uno.
-¿Por qué buscan estos relatos orales perdidos en el tiempo y los llevan al cine?
-Nos interesa investigar en cómo las historias se modifican pasando de boca en boca, como se transforman en algo dinámico. Pero en el fondo hay un deseo de escuchar a estas personas, a estos cazadores que nos fascinan por la forma que tienen de contar.
-Es una película que tuvo un proceso más largo que las anteriores.
-La película se desarrolló durante varios años y la idea de filmar en Tierra del Fuego estuvo desde el comienzo, porque cuando comenzamos a discutir la idea del personaje de Luciano, casualmente hicimos un viaje a Tierra del Fuego y mientras dábamos vueltas por esos paisajes maravillosos, nos encontramos hablando del personaje e imaginarnos ese lugar. Y luego nos pusimos a investigar sobre algunas leyendas del lugar y nos enteramos que antiguamente había una fiebre por el oro y también era un lugar donde la gente se escondía. Y nos parecía que esa ambientación era ideal, aunque nosotros hicimos una puesta más fabulesca. Y daba justo para la historia.
La película fue filmada durante toda la pandemia, desde septiembre de 2020 en Italia y en febrero del año pasado filmamos en Tierra del Fuego. Justo fue entre la primera y segunda ola, y fue un riesgo para los productores, pero finalmente salió todo bien. Uno de los impedimentos fue que comenzamos a trabajar con el actor mendocino Víctor López, pero por un problema de salud no pudo estar en la película y tuvimos que replantear el personaje sobre la marcha.
-Tienen una forma de hacer y ver el cine, ¿sienten que son parte de esa nueva generación que tiene su voz en la industria?
-En general uno se confronta con los colegas y ves las nuevas búsquedas en el cine. A veces los elementos se unen y van en una dirección, que ojalá genere una nueva ola o generación en el cine, con características propias de los directores y la búsqueda de esas historias para llevarlas a la pantalla.
-La cinta después de transitar los festivales primero llegó a las salas de cine, ¿crees que los estrenos en el cine son necesarios para la industria con las plataformas de streaming en expansión?
-Desde mi punto de vista las películas deberían siempre pasar por el cine, porque es un lugar distinto donde el espectador lo percibe de otra manera. Y sostengo que eso no va a dejar de existir, porque la experiencia de ver una película en el cine es buscada. Personalmente me gusta que las películas pasen por las salas, es muy diferente el impacto en el espectador. Aunque después de este estreno planeamos llevarla a las plataformas defendemos las salas de cine como las conocemos.