Juana Molina: “Yo no busco ni tener éxito ni trascender”

La música acaba de editar bajo su sello discográfico el mítico disco de música uruguaya “Musicación 4 ½”. En una charla exclusiva habla de este trabajo, de su proceso de creación, de las etiquetas en la música y la posibilidad de volver a la actuación.

Juana Molina: “Yo no busco ni tener éxito ni trascender”
Auténtica y sin vueltas, la cantautora reeditó un álbum inédito para la música rioplatense.

Al margen de las convenciones, Juana Molina nunca estuvo del lado de la moda, del éxito y la búsqueda de la popularidad.

Su paso por la televisión le dio ese empuje con el ciclo de humor “Juana y sus hermanas” en plena década del ‘90 le dieron ese empuje necesario, para aprovechar el momento, divertirse y definitivamente dedicarse a la música. Aunque hoy sus videos y el humor de los personajes no dejan de tener vigencia.

Y en ese camino sinuoso del arte como ella lo concibe se presentó la posibilidad de editar un disco que marcó la música uruguaya de los ‘70 y que la marcó a ella. Se trata de la reedición en vinilo de “Musicasión 4 ½”, mítico disco colectivo que revolucionó la música popular uruguaya. Para muchos, un material desconocido, aunque para los melómanos y amantes de la música rioplatense marcó un antes y después.

Este trabajo, Juana Molina lo reeditó junto a su productor asociado, Mario Agustín González y su manager, Federico Mayol, bajo su propio sello discográfico Sonamos.

El presente lanzamiento contiene el álbum original de 1971 sin censura (nunca reeditado hasta hoy), restaurado y remasterizado por el técnico especialista en procesos analógicos Daniel Osorio. Al LP original se le suma un disco extra, producido por Juana Molina y Mario Agustín González, con diecisiete grabaciones, inéditas en su gran mayoría,compiladas con el estilo “entreverado” de Musicasión 4 ½; catorce surcos corresponden a El Kinto, Horama, Diane Denoir y Ruben Rada en vivo en el Teatro Solís en 1966, ambos acompañados por el trío que armó por entonces Eduardo Mateo, y cuatro provienen del inconcluso LP debut de Urbano Moraes, grabado en Argentina en 1972, y que nunca antes habían visto la luz.

“Todo salió a partir del encuentro con Mario González, que sabe de reediciones y vinilos. Y se dio la casualidad que se encontraran estas cintas que estaban perdidas en un altillo, con canciones inéditas del disco que fue tan importante para mí. Y ahí surgió la idea de armar un sello, y reeditamos primero “Segundo” que es mi segundo disco, que cumplía 20 años. Justo un año antes de que “Musicación” cumpla 50 años. Para mí es un orgullo enorme que esas cintas hayan caído en mis manos y hacer esa reedición tan linda”, comenta Juana Molina sobre el reciente material lanzado en vinilo acompañado con un libro bilingüe de veinte páginas, con nuevos textos de Píriz, Rada, Urbano, Juana, así como una profunda investigación de Guilherme de Alencar Pinto.

-¿En qué te influenció ese disco?

-Uno crece y lo alimentan con distintas cosas y las influencias no es algo que se elige. Es algo que tenés adentro y algunas te tocan y otras no. Me parece que escuché mucha música diferente y no me parezco a toda la música que escuché. Por eso deduzco que las influencias son como despertadores que uno tiene adentro. Y fue un disco que sin pensar escuché mucho desde los 9 años y toda la adolescencia. Era un disco que lo tenía como en un cofre, de mis cosas más queridas y de lo desconocido que había.

Lejos de lo convencional, Juana Molina forjó su camino en la música a fuerza de convicción y una búsqueda propia, que se traduce en nueve discos y un sonido propio, que no busca clasificación, pero sí logró captar públicos disímiles como el europeo, en Japón y Estados Unidos.

-En tu proceso de creación te apartas de lo racional y vas por lo intuitivo, ¿cómo lo logras?

-Creo que cuando uno está concentrado haciendo algo, no puede estar pensando en lo que está haciendo. Creo que tiene que haber una entrega y una dedicación, que el pensamiento tiene que desaparecer forzosamente. No pueden convivir el raciocinio y la creatividad, porque cuando te salís de vos aparece el juicio. Y el juicio arruina todo lo que pudiera ser, lo que te sale y en lo que te transformas en ese momento. Siento que cuando estoy en ese estado de creatividad, no me doy cuenta que estoy en ese estado. Lo puedo analizar después. Es una rueda que va girando y va por un camino, que no sabes a dónde te lleva.

-En general el artista busca el cariño o la aprobación del público, ¿eso te preocupa o no fue tu propósito con la música?

-Uno no puede hacer nada para gustarle a los demás. A menos que con suerte si tenés el talento para usar todas las fórmulas del éxito, y tener una libertad y desparpajo, o falta de autocrítica, con solo las ganas de tener éxito. Tal vez lo logras, pero no sé qué pasa con la trascendencia. Yo no busco ni tener éxito, ni trascender. Yo busco que lo que hago me llene de satisfacción y esté segura de lo que hice está bien. No son tantas las cosas que haría de otro modo en la música. La gracia está en estar convencido de lo que hace y no tener un propósito. Creo que tener un propósito es nefasto. No quiere decir que uno no lo tenga presente, pero eso es previo a la creación. En el momento de la creación todo eso necesariamente tiene que desaparecer, para que lo pase sea genuino. Porque si no todo es muy calculado y se nota. Y pasa lo que ahora, que hay músicos y cantantes que no los podés reconocer. Si no te dicen quien es, lo confundís con el resto. Porque todos suenan igual.

La música que realmente me gusta necesito varias escuchas para que me vuelva fanática, porque al proponer algo distinto, te exige un poco de trabajo. Además todos estos sistemas de algoritmos y esa continuidad que te proponen las plataformas de una canción detrás de la otra, también aturde. No podes escuchar música de fondo todo el día, termina siendo un ruido. En cambio, cuando pones el disco que querés escuchar, eso se termina en un momento y ahí elegís seguir escuchando.

Juana Molina junto a Mario Agustín González reeditaron el disco "Musicasión 4 ½".
Juana Molina junto a Mario Agustín González reeditaron el disco "Musicasión 4 ½".

-Sos de una generación de mujeres que impusiste tu pensamiento y te la jugaste seguir en la música, logrando atraer públicos tan distintos.

-No es algo que me haya propuesto. Se fue dando y el público que tengo es muy fiel, y es de boca en boca que se va agrandando matemáticamente. Igual de manera independiente no hay otra manera de lograrlo. Tampoco me gustaría ponerme de moda, que no sea el título de la nota (ríe). Te ponen etiquetas muy arbitrarias, porque si fueran etiquetas que te describen, como una vez que me pusieron en una revista en Japón como “Un río que fluye”. ¡Buenísimo! Porque no dice nada, no te imaginas que tipo de música es la de un río que fluye. Pero algo que fluya ya está bien, lo que tienen las etiquetas es que pueden atraer a la gente equivocada y repeler a la gente correcta.

Por ejemplo, a comienzos de los 2000 como canto en castellano me ponían en Latin. Entonces en Francia, en una batea estaban Ricky Martín, Shakira y yo. En lo único que nos parecemos es que cantamos en castellano, es una injusticia total. Porque en esa etiqueta es un estilo de música, porque la gente que me escuchaba tampoco me iba a buscar en esa categoría. Es como poner una comida vegana en una carnicería. Pero lo lindo y desafiante era que no sabían dónde meterme. En Japón mis discos los pusieron en ocho bateas distintas. Yo a los discos los tengo ordenados por orden alfabético, al menos que sean de un género.

-¿Volverías a actuar?

-Yo me divertía muchísimo haciendo mis personajes. No sé si lo haría, tendría que probar, actualizarme. Sigo haciendo personajes de vez en cuando, pero no con esa fuerza. No es algo que se deja a propósito, si no me bancaría hacer un programa de televisión. Si algún día se me ocurre algo, lo haré.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA