Ya hablábamos la semana pasada del valor que, de repente, pueden cobrar los registros en vivo para nuestros oídos: esos que nos remontan a la mística de un momento que, por la pandemia, quién sabe cuándo volveremos a tener.
Y si el registro es de algún show en el que quizás nosotros mismos participamos, más mística todavía. Es en parte por eso que nos seduce el EP que el saxofonista Emilio Spitz y el guitarrista Luciano Serpa grabaron en la edición de Jazz en el Lago del año pasado y que acaban de lanzar.
Distribuido por Fader Digital, con Mauricio Cavadore en la la edición y mastering, el disco recopila una variedad interesante de standards, en una seguidilla que abarca “Blue Monk”, “Equinox”, “Blue Bossa”, “La pomeña”, “My favorite things” y “Isn’t she lovely”.
En este material, que puede rastrearse fácilmente por Spotify, Spitz, integrante también de la banda de reggae Surco Pando, logra con un saxo una balanceada muestra de virtuosismo y expresividad.
Y otro virtuoso que nunca para de sorprendernos es el también mendocino Oscar Giunta, un baterista reconocido mucho más allá de nuestras fronteras, siempre inquieto y felizmente asiduo en la agenda local, que nunca desatiende pese a brillar en otros países. Tanto es así que ha sido uno de los afectados más inmediatos por la pandemia, puesto que suspendió el show que tenía con Oscar Giunta Supertrío el 3 de mayo en el Teatro Independencia.
Iba a ser la gran presentación en sociedad de “Apaláp!”, un disco que lanzó a finales del año pasado y que mostró a los melómanos locales solo con pequeños shows durante el verano. Con la fecha de momento caída, no queda más que acercarnos al material en plataformas como Spotify (en smarturl.it/apalap se pueden ver todas las opciones para escucharlo por streaming).
Hablamos del primer registro de la agrupación, diseñado con los más altos niveles de pericia técnica: grabado en Nueva York en abril del año pasado, fue posteriormente editado por el Club del Disco, por lo que el disco físico se puede adquirir vía Mercado Libre.
La formación, que completan Hernán Jacinto en teclados y Flavio Romero en contrabajo, se muestra en completa armonía musical, algo que se valora en un género como el jazz, que siempre impone instrumentistas de porte y firmeza interpretativa. Aun así, el devenir musical se construye desde el clima y la templanza.
Y aunque ninguno logra imponerse, pero sí lucirse con el habitual virtuosismo del trío, se percibe la personalidad de Giunta en el material, puesto que aquí debuta con cuatro piezas propias. Hay otra de Jacinto y dos standards más (“Sus ojos se cerraron”, de linaje gardeliano, y " Black Hole Sun”, de Soundgarden). Perfecto para sentirse acompañado después de una cena y evocar sonidos que alguna vez volveremos a escuchar en vivo.