“Pronto tendré la oportunidad de revivir mis memorias. El 23 de febrero, mi historia será contada en un documental producido por Netflix. ¡Estoy entusiasmado por verlo!”, escribió Pelé en sus redes en enero, anunciando un proyecto que implantará su leyenda en las jóvenes generaciones.
Figura enorme del deporte, Edson Arantes do Nascimento (que tal es su nombre) es para muchos el mejor jugador de fútbol de la historia. Aunque la discusión no se pueda saldar entre sus seguidores y los que piensan que Maradona merece ese título, su nombre no deja de inspirar grandeza: 1283 goles, dicen, concretados en 1367 partidos.
“Pelé” fue dirigido por David Tryhorn Y Ben Nicholas, quienes ya se ilustraron en filmes como “Tudo ou Nada: Seleçao Brasileira”, que relata la conquista de la Copa América por la Canarinha en 2019. Pero en este caso, el desafío es mucho mayor: contar el vertiginoso ascenso de Pelé (quien se alzó con tres copas mundiales: Suecia 1958, Chile 1962, México1970) pero sin descontextualizar su figura. Es decir: relatar cómo su santidad se promulgó en una de las épocas más oscuras de su país, como fue la larga dictadura militar que duró de 1964 a 1985.
La película trae “algunas imágenes raras de archivo y declaraciones de legendarios excompañeros [de Pelé] en Santos y en la Seleçao, aparte de declaraciones inéditas de familiares, periodistas, artistas y otras personalidades de aquella época”, adelantó Netflix a la agencia AFP.
Y aunque el material de archivo es fabuloso e inédito (los futboleros estimarán todos estos hallazgos), también se establece el contraste entre el ídolo en su juventud y el Pelé actual, un hombre de 80 años que camina ayudado por un andador y que dificultosamente se sienta en una silla para responder las preguntas de los realizadores. Su voz inconfundible, pero envejecida, es de hecho la que va hilvanando de un lugar a otro este relato de casi dos horas.
Acusado por una parte de la crítica por ser un documental excesivamente laudatorio, puesto que no se ve la intención de demarcar luces y sombres del personaje, hay también un hecho innegable: Pelé es un ídolo al mismo nivel que Maradona, pero tiene menos claroscuros que él.
Su imagen carismática, simpática y bienhechora no se altera. Y a eso ayuda el hecho de que los directores hayan elegido una época muy precisa para retratar: desde sus inicios, con su padre también futbolista, pasando por su meteórico ascenso, su lesión y fracaso en Inglaterra 1966, hasta la recordada final contra Italia en el Estadio Azteca.
Maradona, en cambio, ha sido sujeto de muchos documentales, especialmente en nuestro país y en Italia: baste recordar el de Asif Kapadia (2019) y el de Emir Kusturica (2018). Cada cineasta quiso echar su luz sobre él.
Algunos críticos apuntan que lo de Pelé, en cambio, es un celebratorio homenaje en vida. “Espero que algún día podamos jugar juntos al fútbol en el cielo”, dijo el astro brasileño cuando El Diez falleció. Daba por terminadas así las viejas e infundadas rivalidades.