El cine español nos gusta. Existe una relación de enamoramiento mutuo entre la filmografía argentina y la hispánica, y no es para menos. Su estilo ha ido conquistando otros corazones como el de los gigantes mundiales del streaming. Y allí es donde aparece Netflix como un enamorado más, dando lugar a todo tipo de producciones oriundas de la península ibérica.
“Hogar” podría haber sido un buen fruto de ese romance, sin embargo y pese a los esfuerzos de los hermanos David y Álex Pastor a cargo del guión y la dirección, termina quedando rezagada entre los inmemorables títulos de la plataforma.
Siendo justos, cabe decir que tiene sus buenos momentos, gracias a la enormidad actoral de Javier Gutiérrez -en el papel de Javier Muñoz- cuya capacidad de sostener primerísimos planos, convence e introduce al espectador en el giro emocional del personaje con un leve cambio de brillo en su mirada.
No menos importantes son los roles de Mario Casas, -como Matías-; Ruth Díaz, -como Marga-; y Bruna Cusí, -como Lara-, quienes secundan al personaje principal de manera brillante.
Además, la fotografía de Pau Castejón y la musicalización a cargo de Lucas Vidal están muy bien logradas, acompañan y ayudan a sostener un guión que de todos modos insiste en venirse abajo.
La historia comienza como el retrato de un hombre de mediana edad, ex ejecutivo de agencia de publicidad, despedido, y en busca de trabajo. Su extensa trayectoria y fama en materia de campañas publicitarias le precede, pero no alcanza para garantizarle un puesto en el mundo de las nuevas ideas y conceptos del marketing actual. La falta de trabajo y dinero hace que él y su familia deban abandonar el lujoso piso donde viven, en la zona más elegante de Barcelona, para mudarse a los suburbios, en un pequeño departamento, propiedad del matrimonio y que había estado alquilado durante algún tiempo a unos inquilinos chinos.
Los roces con la esposa y el hijo comienzan a estar a la orden del día.
Y hasta aquí es una historia, que podría haber seguido ese camino y mostrar el derrotero de un hombre intentando recuperar su dignidad y el bienestar para su familia, al estilo de “En busca de la felicidad” (Will Smith).
Sin embargo rápidamente comienza a tomar otro rumbo, cuando el protagonista encuentra un juego de llaves de su antiguo hogar y comienza a visitarlo en ausencia de sus nuevos inquilinos.
Por algún motivo se obsesiona con el padre de esa familia, un joven ejecutivo vicepresidente de una gran empresa europea de transporte de carga.
Así, logra introducirse en la vida del joven empresario y su familia, al mejor estilo Parásitos, pero con una motivación interior que, lejos de vivir a costas de ellos -como en film coreano ganador del Oscar-, prefiere tomar medidas más drásticas, decidiendo quién tiene derecho a quedarse o irse en esa familia, que no es la suya.
La película tiene varios giros forzados, que obligan a la historia a tomar un curso previsible pero con pretensión de sorprender al espectador.
Lo que realmente sorprende es que con ese elenco, la historia no termine de llegar a destino.
La recomendación es prepararse para verla un sábado por la noche, siempre que el espectador tenga un buen plan paralelo (como una rica cena y un buen vino) que la acompañe.
Hogar. 2020. España. Dirigida por: David y Álex Pastor. Protagonizada por: Javier Gutiérrez, Mario Casas, Ruth Díaz y Bruna Cusí. Género: Thriller psicológico. Drama. Intriga. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: Entre buena y regular.