A los 15 años empezó a trabajar y ya no paró más. Llegó a actuar en los más grandes espectáculos de la calle Corrientes de Buenos Aires y en su carrera se codeó con todos: desde Susana Giménez a Cacho Castaña. Pero sus actuaciones como invitada junto a Pimpinela y Flavio Mendoza, quien le dio una participación especial en su mítico show “Stravaganza”, fueron un antes y un después para ella.
Giannina Giunta tiene, a sus 42 años, todavía muchos sueños por cumplir. Mendocina de nacimiento, se crio en Buenos Aires y desde allí desarrolló su carrera, cuyos pilares hoy por hoy son su productora de eventos y su Academia de Artistas (Instagram: @academiadeartistas), donde entrena a artistas de forma integral, en varias disciplinas. Un entrenamiento que ella misma tiene, puesto que es, como sintetiza su perfil de esa red social: “Cantante. Actriz. Bailarina.” “Soy multifacética”, nos dice ahora a nosotros.
Pero su incansable carrera ahora la lleva a hacer temporada veraniega en “La Cena Secreta”, un show multisensorial que revolucionó la noche porteña y que no para de cautivar al público miércoles tras miércoles, en Gorriti Art Center. Allí Giannina baila, canta, da prueba de su singular forma de interpretar el tango, que la llevó a ser nominada a un Gardel por su disco, en un show que ofrece alta gastronomía gourmet, diversión y mucho condimento “picante” para las parejas, pues incluye desde comida afrodisíaca a respuestas en vivo con el famoso sexólogo Patricio Gómez.
-Este espectáculo inclasificable surgió en pandemia y es todo un éxito por su particular concepto, ¿de qué se trata esta experiencia?
-”La cena secreta” tiene un concepto teatral musical, dentro de un café concert con cena show, ideado para parejas y amigos. La idea es salir de la rutina: a las parejas se les muestran diferentes formas de incursionar en el área sexual a través de juegos sexuales, fantasías eróticas, se les muestran sex toys. Las parejas mismas suben al escenario a hacer escenas también sexuales divertidas, con premios. La gente aparte puede ver un show de tres horas desde el arranque hasta el final, sin interrupción. Hay un mago que se llama Ulises Magic, que hace magia de alto impacto, con magia e ilusionismo, y aparte conduce el evento. Está también el sexólogo Patricio Gómez (Instagram: @respuestasexual), que da tips sexuales y a la gente le gusta mucho, y además les hacen preguntas sobre qué tipo de cosas le gusta a la pareja o qué les gustaría sumar en su intimidad. Es como una especie de entrevista con el público, donde también la gente participa. También hay un cierre con música de fiesta y un animador. La noche termina con fiesta.
-¿Cómo es tu intervención?
-Luego de eso también está el show donde yo incursiono, de tango erótico, “Erotic tango show”. Cantamos pero salimos también con ropa sensual. Somos dos cantantes, Martín Andrada y yo, y una pareja de tango que son campeones mundiales. Hacemos un show muy sensorial, muy sensual, con tangos clásicos y tangos alternativos, tango electrónico. Hacemos una apertura con el tema “Roxanne” de la película “Moulin Rouge”. Es muy fuerte porque hay interacción entre todos y se rompen también los moldes: el hombre puede interactuar con el hombre y la mujer con la mujer. Hay pasión, hay mucho misterio. También canto “Se dice de mí”, que es un tema clásico de mi repertorio. Aparte de meter una milonga tradicional, yo bailo, bajo al público, interactúo con los hombres, con las parejas. Y nos vestimos también con un vestuario distinto, porque no es un vestuario tanguero sino es un vestuario sensual.
-Tu disco “Tango Energy” tuvo en 2016 buena repercusión e incluso fue nominado al Premio Gardel al año siguiente...
-Sí, fue un disco realmente de mucha calidad artística, un disco para el que contraté a los mejores músicos del país, con una estética de tango bien tradicional pero a su vez moderna, incursionando con algunos tintes de jazz, medio tirando a lo piazzollesco. Un disco que fue nominado a los Premios Gardel y que me trajo mucho reconocimiento como cantante ya del tango, pero con mucha impronta mía. El que me conoce sabe que todo lo que yo hago está volcado también ahí.
-¿Has sacado algo nuevo?
-Grabé un tercer disco, que fue ya un disco digital que está subido Spotify, con inclusión de algunos cantantes como Adrián Barilari de Rata Blanca, que también se puso a cantar tango y cantó un tema conmigo, “Garganta con arena”. También invité al diseñador Roberto Piazza, quien cantó conmigo el tango “Uno” de Mariano Mores. Tengo planeado hacer un cuarto disco con artistas invitados y sumarle otro tinte nuevo también musical.
- El año pasado tuviste una incursión en los shows por streaming como invitada especial de los Pimpinela. ¿Cómo fue esa experiencia, teniendo en cuenta la magnitud del show?
-El show con el dúo Pimpinela fue increíble, porque fue algo que no me esperaba en medio de la pandemia. Se volvieron a acordar de mí después de tantos años, porque yo había trabajado con ellos desde el año 2009 al año 2012 haciendo muchísimos recitales en el Luna Park aquí en Buenos Aires. Había recorrido el país con todos sus recitales haciendo la obra de teatro “Pimpinela la familia”...
-¿Cómo se vivió el show detrás de escena (o de cámaras)?
-Me llamó Joaquín por teléfono directamente, como es de costumbre, y me preguntó si estaba disponible, porque se había acordado de mí porque había sido de mucha repercusión el show que hicimos en el 2009, con el personaje de Clorinda. Vio vídeos en internet y se acordó de este personaje, una mujer cubana que era una mucama, y me dijo que le parecía que estaría buenísimo sumarlo a la idea de Covid, haciendo el mismo personaje pero como jefa de protocolo de coronavirus. Me pusieron toda de blanco y yo era la que marcaba la distancia entre los músicos, les ponía alcohol en gel... Un personaje muy divertido. Fui la actriz invitada dentro de ese gran show. Gran, gran producción. Se filmó en el Teatro Ópera con un staff técnico gigante de cámaras, drones, sonido digital, etcétera... Para ellos también era nuevo hacer esto, estaban acostumbrados a recibir el aplauso después de cada canción. Pero salió muy bueno y llegó a todos los países del mundo. Realmente amo al dúo Pimpinela, para mí son mis padrinos artistas, me han dado mucho lugar en sus shows. Siempre muy generosos y les voy a estar siempre agradecida por tenerme en cuenta.
-El año pasado, e incluso este, ha sido un tiempo que ha influido profundamente en los artistas. ¿Cómo fue tu caso?
-Hubo un cambio radical para todos y sobre todo para los artistas, que fuimos los más afectados, los últimos que pudimos volver a nuestras actividades. Esto me puso aún más creativa y al principio un poco alerta, al pensar de qué iba a vivir. Pero rápidamente empecé a meterme en esta nueva tendencia de lo digital. Arranqué con mis clases online como todo el mundo, clases de canto online, y gracias a Dios tuve muchísimos alumnos. Daba clases grupales, clases individuales... Bueno, fue imparable la cantidad de alumnos que tuve. Pero también tomé otro emprendimiento, que fue armar un showroom en casa. Yo tenía mucha ropa y muchos zapatos de años de trabajo que ya no estaba usando, así que publiqué todo como un showroom artístico y empecé a vender para todo el país y al día de hoy ya se vendió casi todo.
-Fue un tiempo para desprenderse de cosas...
-Vestuario, calzados, pelucas, cosas que ya no usaba... Fue como liberarme de un montón de cosas y hacer una limpieza, que fue física y espiritual. Pero a su vez también de mi hogar, porque me puse a pintar toda la casa, arreglar todo lo que estaba roto para arreglar y poner todo nuevo. Fue por suerte positivo el resultado, porque pude trabajar de lo mío, pero también sumar un nuevo emprendimiento.
- Sos una artista que ya se ha ganado un lugar en la escena de espectáculos musicales y teatrales de Buenos Aires, ¿pero cómo es tu relación con Mendoza hoy por hoy?
-Sí, nací en Mendoza, en mi familia todos somos de allá. A los cinco meses de edad me vine a vivir a Buenos Aires, me trajeron mis padres luego de que mi papá Óscar Giunta, contrabajista, saliera ganador de un concurso para ser parte de la Sinfónica Nacional. Ellos eran famosos en Mendoza como dúo, mi papá en el piano y mi mamá, Liliana Parafioriti, cantando. Habían recorrido el país pero anhelaban venir a Buenos Aires, así que desde chiquita vivo en un ambiente de música, de shows, de teatro. A Mendoza siempre estoy yendo porque tengo familia, primos, abuelos que ahora ya no están, pero también me encanta recorrerla, encontrarme con ese aroma tan particular que hay y con la gente tan cálida. Cada vez que voy me siento como en casa.
La última vez que actuó en Mendoza fue en las escalinatas del mismo Cerro de la Gloria, en el marco de un desfile organizado por Gabriel Canci, en 2018. Pero tiene todavía un sueño grande por cumplir: actuar junto a Fernando Giunta, su tío, quien es violista de la Filarmónica provincial, en un gran concierto que una la gran orquesta y el tango.