Mendoza se queda sin otro gran exponente de las artes plásticas locales, con proyección nacional, Carlos Ercoli, quien falleció el pasado viernes a la edad de 82 años.
Muy bien considerado por la crítica de arte, Ercoli fue un artista de grandes proyecciones y amplia producción. Parte de su variadísima paleta está dispersa en museos provinciales, como el Emiliano Guiñazú-Casa de Fader o el Carlos Alonso, y en pinacotecas privadas repartidas en Brasil, Chile, Colombia, Egipto, Italia, Holanda, Israel, España, Japón, México, Perú y Estados Unidos.
Nació en Mendoza en febrero de 1940 y joven se volcó a la pintura estudiando primero en la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba y posteriormente en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Mendoza, donde posteriormente se desempeñó como profesor, junto con otros grandes colegas.
Viajó a México y a Italia, hizo capacitaciones en la Universidad de Florencia. Expuso en diversos espacios internacionales. En el ámbito nacional y provincial, sus cuadros se colgaron en muchas muestras repartidas en el territorio.
En más de una oportunidad se hicieron retrospectivas de su obra, la primera en la Casa de Fader, de Mayor Drummond, en 2001, y más recientemente otra en la Bolsa de Comercio. La última, “Ercoli por Ercoli”, en el Museo Carlos Alonso (Mansión Stoppel).
Ha obtenido premios en Mendoza, en Buenos Aires y en 1973, en el Concurso Internacional de Pintura “Italia 2000″.
Sus obras se repartieron entre óleos sobre tela y collages, todas de mediano formato. También incursionó en la escultura.
Para el crítico de arte Andrés Cáceres, el itinerario del creador que despedimos “revela una imponderable fidelidad a sí mismo. En poco más de tres décadas se convirtió casi en un autor de culto, que rehúye la publicidad, busca un perfil bajo y nos trae a la memoria a Xul Solar, por la vida austera y sencilla, por el amor al conocimiento y la dedicación completa al arte”.
En tanto, la gestora cultural y ex directora de Patrimonio de la Provincia, “Pupi” Agüero sostiene que Ercoli “es un pintor lleno de frescura, severidades dramáticas a veces, y por momentos alegre, que comunicaba (en sus realización) un encanto inexplicable. Sus imágenes son perfectas en su elaboración y simples, creadoras de un clima poético, candoroso, refinado y trascendente”.
Algunos han observado en su producción una cercanía con Paul Klee, Miró o Kandinsky, pero los conocedores de la disciplina lo consideran único, inigualable, con una producción que enriquece el panorama de las artes visuales de Mendoza.
Entre sus discípulos figuran, entre otros, Carlos Ojam, también fallecido en 2022, al igual que otros dos grandes de la plástica, Alfredo Severino y Luis Quesada.
Los restos del creador fueron despedidos en una sala velatoria de calle Perito Moreno de Godoy Cruz.