Ninguna de las tres películas que te acercamos hoy son aptas para menores. Pero todas tienen otra cosa más interesante en común: el amor y el deseo como elementos que desencadan el drama e incluso la muerte.
No te las recomendamos por esto sino por la particularísima manera en que cada uno de estos directores aborda el asunto.
“Retablo”, por Netflix
¿Cuánto cine has visto de Perú? ¿Poco, no? Esas son las deformidades de la industria cinematográfica ultra concentrada que nos priva de apuntes valiosos.
Ahora con las plataformas ávidas de subir material a granel para saciar nuestras ansias en pandemia, permiten que algunas joyas que no hubiera llegado de otra manera se sumen a la lista de opciones. Es el caso de “Retablo”, un filme peruano que acaba de estrenar el streaming de la N.
La historia es un cuento simple. Segundo es un chico de 14 años que aprende con su papá el arte retablista Ayacuchano y, de este modo, continúa con el legado familiar. Acompaña a su padre en las diligencias, en la búsqueda de los materiales, en la venta y también en la elaboración minuciosa de la artesanía.
Un día, camino a una fiesta patronal, Segundo ve por accidente a su papá en una situación que hará que toda su vida se desmorone. Y, en silencio, intentará eludir el dolor y el desastre que lo acechan luego del suceso.
De Alvaro Delgado Aparicios es esta película que fue precandidata por Perú al Oscar, y muy bien tratada en los festivales internacionales europeos. Y lo merece.
Sensible, inmersiva, es la experiencia que nos propone “Retablo, al tiempo que construye un delicado retrato de un amor filial que puede contra todo. Pero también de la vida campesina en el alto de Los Andes peruanos. Te vas a conmover y fascinar con el universo al que te invita esta película.
“El amante doble”, por Amazon Prime Video
François Ozon es uno de los directores franceses más interesantes del cine contemporáneo, y tiene una versatilidad aún dentro de su propia estética que es prodigiosa.
La prueba de estas afirmaciones es este filme que te recomendamos, que se llama El amante doble; muy distinto a “Frantz”, por ejemplo, que ofrece la misma plataforma y que también es extraordinario. Dos películas de este realizador que, en la misma plataforma, están las antípodas; diríamos.
En “El amante doble” la historia hace foco en Chloé (Marine Vatch), una joven preciosa y bastante conflictuada emocionalmente que se enamora de su psicólogo, Paul (Jéremie Renier); asunto bastante normal al que los terapeutas llaman “transferencia”.
El caso es que Paul también se enamora de ella y terminan su relación paciente-médico para comenzar una como pareja. Unos meses más tarde, cuando se van a vivir juntos, Chloé descubre que su novio le ha ocultado una parte de su identidad con la que ella se va a obsesionar hasta límites impensados.
La divina Marine Vatch y el poderoso intérprete que es Renier -el actor fetiche de los hermanos Dardenne- le otorgan su fuerza interpretativa a esta inquietante y retorcida película; que indaga en el deseo y el amor de un modo desconcertante.
“El imperio de los sentidos”, por Mubi
Sí, tiene varios años, pero su poder narrativo, su erotismo y su capacidad de perturbarnos no ha disminuído ni un día.
“El imperio de los sentidos” está basada en un hecho real que aconteció en Japón en 1936.
Con esa historia el director Nagisa Oshima construyó esta obra maestra que abrió la Quincena de los Realizadores en el Cannes de 1976, que fue censurada y causó escándalo al momento de su estreno.
La historia es la de una pareja que, atravesada por un deseo sexual insaciable, se vuelve en un amor destructivo y enfermo entre un hombre y una mujer.
Oshima aporta no solo un filme de alto voltaje visual, sensorial y sonoro sino una agudísima crítica a la sociedad japonesa de los ‘70 y ‘80.
Una perturbadora narración que desató la controversia en su momento y que es tan oscura e impactante como el libro “Plataforma” de Michel Houllebecq. Claro que aquí el sexo cobra un cariz erótico de alto voltaje. Preparate para el shock.