Elvis vive, y llegó a Netflix para recordarnos que es “El rey del rock”

El documental que estrenó Netflix sobre su vida y obra el 1 de junio se ha convertido en tendencia; y tiene con qué porque es una aproximación estupenda a un hombre indispensable en la música del siglo XX.

Elvis vive, y llegó a Netflix para recordarnos que es “El rey del rock”
"Elvis Presley: el rey del rock and roll", el documental que acaba de estrenar Netflix es una joya que vuelve a este al presente.

Dos capítulos, nada más que dos capítulos, han sido necesarios para reactivar la memoria de los que sabíamos sobre él y poner al corriente a las nuevas generaciones sobre quién fue este artista, imprescindible para la historia de la música popular del siglo XX.

Así de contundente, bien trazado y poderoso es este documental que muestra a Elvis Presley desde sus más tiernos inicios hasta el mismo día de su muerte.

Thom Zimny es el director que capitanea este material biográfico con una destreza y respeto poco usual en términos de biopics. Zimny también ha sabido hacer maravillas con otros astros de la música como Bruce Springsteen o Johnny Cash.

Y aquí vuelve a darle en el clavo. Es que la historia de uno de los más grandes de la música estadounidense no tiene ni un milímetro de regodeo en las zonas oscuras de su vida pero tampoco las elude, sino que más bien las afronta con una comprensión y humanidad que se alejan de las fórmulas y nos lo traen vigorizado; como lo que fue y es: un mito, un único.

No es casual que Priscilla Presley, su única esposa (entre el ’67 y el ’73), sea la voz en off que comanda el relato y engarza el resto de las intervenciones de productores, músicos, managers y más. Porque sí: esta es una biografía “autorizada” por familiares y quienes cobran las regalías de Elvis, pero no es un paseo complaciente, edulcorado, ni simplemente correcto. Intenta ir un paso más allá de los hechos y darles contexto para que cobren su real dimensión. Una gigante, como la figura que van delineando.

El documental (que en su idioma original se llama “Elvis Presley: The Searcher” -el buscador-) está dividido en dos partes: la primera arranca en la infancia de Elvis y culmina con su partida al servicio militar; la segunda lo encuentra de vuelta en Estados Unidos, intentando recomponer la carrera que quedó trunca cuando se calzó el birrete y se rapó el jopo engominado para “servir a su país en otros frentes”. De ahí, hasta su muerte en Graceland.

No contaremos aquí la historia de este hombre para que puedas disfrutarla minuto a minuto en este apasionante registro audiovisual. Solo diremos que Presley inició su carrera apenas adolescente, en su Memphis de origen, y escaló a lo más alto de la música de su tiempo en muy pocos años.

Nunca compuso una nota, ni una letra. Y no le hizo falta: su genial conjunción de soul, gospel, country, rhythm and blues al momento de interpretar lo convirtió en la máxima figura del rock and roll de su tiempo. Una voz única, un instinto único, un modo de estar sobre el escenario y la pantalla inigualables son las bases del mito.

Su faceta como actor de cine, que en el propio documental se reconoce como apunte crítico, sus miles de conciertos, cantidad de discografía, sus vestuarios extravagantes, sus mohines de pibe guapo se vuelve aquí detalles que hacen de la sumatoria un titán.

Elvis y Priscilla Presley
Elvis y Priscilla Presley

Hay riqueza visual y sonora por toda la extensión de este documental: imágenes y apuntes curiosísimos y atractivos; como Howlin’ Wolf, The Prisonaires, fragmentos de su show legendario con Frank Sinatra, un instante sublime de su especial televisivo en los ’80, su dueto con Kitty White en la película “King Creole”. También, claro, la figura omnipresente de la madre, los temores y carencias de la infancia y la adultez, su relación con Priscilla, con su hija Lisa Marie, los cuartos inconmensurables de Graceland.

El tesoro de imágenes y videos de archivo, fragmentos de shows, polifonía de voces para ir engarzando las anécdotas y puntos centrales de la historia, no solo es valioso por la extraordinaria edición y montaje en que se dispone para la progresión narrativa, sino porque que se vuelve experiencia hipnótica por los años del rockabilly, el furor de las masas, los aires de época en que la gente se agitaba a modo colectivo (y no como ahora, a distancia de clics y de modo individual).

De fondo, en voz, la voz dulce de Priscilla; o la de sus amigos, músicos y más. Muy suavemente nos guían en ese recorrido donde él, y solo él: “El rey del rock” está en primer plano. No hay ni una sola escena donde aparezca alguien sentado en un sillón que nos cuente, a modo testimonio, anécdotas sobre Elvis. Es el propio y formidable guion Alan Light el que trenza música, voces, sonidos ambientes, de películas y más.

Pero no es que no haya celebridades. Las hay, y muchas, porque Elvis se codeó o rivalizó con todos: Steve Allen, Ann-Margret, Chet Atkins, Chuck Berry, James Cotton, Michael Curtiz, Bob Dylan, Aretha Franklin, George Harrison, Robert F. Kennedy, Martin Luther King, John Lennon, Jerry Lee Lewis, Little Richard, Dave Marsh, Tom Petty, Frank Sinatra, Bruce Springsteen, Rufus Thomas; y más, más, más.

Pero por sobre todas esas voces compañeras está la de él, la de Elvis, que se vuelve a alzar de las presuntas cenizas en que lo había enterrado el pulso frenético del siglo XXI, para decirnos que Elvis hay uno solo, y vivirá por siempre.

La ficha

Elvis Presley: El rey del rock and roll (Elvis Presley: The Searcher, EE.UU., 2018, 210 min.). Dirección: Thom Zimny. Guion: Alan Light. Música: Mike McCready. Con: Elvis Presley, Priscilla Presley, Chet Atkins, Chris Bearde, Chuck Berry, Cissy Houston, George McGovern, Tom Petty; entre más. Disponible en: Netflix. Nuestra calificación: Muy bueno.

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