El de Elisa Lam es uno de los videos más populares de la historia reciente de la web. A la joven canadiense se la ve en el ascensor del hotel Cecil, famoso en Los Ángeles por su largo historial de tragedias, realizando movimientos bastante llamativos. Fue lo último que se supo de ella: días después, la hallaron sin vida en el tanque de agua del edificio, sin motivo razonable aún descubierto.
Como pasó con casos conocidos como Ted Bundy o el crimen de la argentina María Marta García Belsunce (”Carmel”), Netflix ha sacado jugo de la historia y la ha convertido en una docuserie. El tráiler, que fue lanzado en las últimas horas, anticipa horas y horas de más hipótesis (y memes, seguramente) en las redes sociales.
¿Quién era Elisa Lam?
Nacida en Vancouver, Canadá, también era conocida por su nombre en cantonés Lam Ho Yi. Elisa Lam era hija de emigrantes de Hong Kong y estudiaba en la Universidad de Columbia Británica.
En enero de 2013, la joven de 21 años viajó sola al estado de California (Estados Unidos). El 28 de enero se registró en el hotel Cecil. Al principio estuvo en una habitación compartida, pero después se cambió porque las compañeras la acusaron de tener “comportamientos extraños”. Lo que ellas no sabían es que Elisa Lam sufría trastorno bipolar y depresión. Para su tratamiento, la muchacha tenía recetados Wellbutrin, Lamotrigina, Quetiapina y Venlafaxina.
Elisa era muy activa en redes sociales. Durante un tiempo fue bloguera de Ether Fields (Campos de éter) y hasta publicó fotos suyas con frecuencia, relacionadas con temática de moda.
El video de Elisa Lam: ¿posesión, acoso o enfermedad?
El 31 de enero de 2013, el día en que tenía previsto salir del hotel Cecil e irse a Santa Cruz, los familiares no tuvieron noticias de Elisa y llamaron a la policía de Los Ángeles. Durante los días posteriores, la investigación se intensificó, aunque sin resultados: Elisa Lam se había esfumado sin dejar rastros.
Una vendedora dio su testimonio a los investigadores. Contó que la había visto bien: “Extrovertida, amable y alegre”, y que solo estaba preocupada por el peso de los libros y sobre cómo incidiría eso en su equipaje de viajera.
En tanto que la Policía registró el hotel en la medida en que legalmente podría hacerlo. Revisó la habitación de Lam y usó hasta perros que atravesaron el edificio, incluida la azotea, pero los canes no detectaron su olor.
El 14 de febrero, el caso estalló mediáticamente como ningún otro. La Policía de Los Ángeles compartió un video de la última aparición de Elisa Lam en uno de los ascensores del hotel Cecil. La joven tenía un rarísimo comportamiento: movía sus manos como si fuera un ritual -así todavía aseguran muchos-, entra y sale de la cabina, presiona los botones y el ascensor no se mueve.
El momento de mayor perturbación se da cuando ella se inclina hacia adelante para que su cabeza atraviese la puerta, mira en ambas direcciones y luego rápidamente vuelve a entrar al ascensor, retrocede hasta la pared y luego a la esquina cerca del panel de control. La puerta permaneció abierta.
Para gran parte de la opinión pública, Elisa Lam era perseguida por un hombre y ella trataba de huir, pero nunca se estableció un vínculo certero.
Más allá de su trastorno mental, otros acusaron que la mujer estaba bajo efectos de la droga, pero lo más razonable apuntaba a un episodio psicótico.
El agua turbia: el triste desenlace de Elisa Lam
El cuerpo de Elisa fue encontrado el 19 de febrero de 2013. Hasta ese entonces, las hipótesis en torno a lo ocurrido comenzaron a masificarse.
El descubrimiento se dio por los huéspedes del hotel, quienes notaron baja presión de agua, color oscuro y hasta un sabor horrible.
¿El motivo? En uno de cuatro tanques de 4 mil litros, que proveían agua a las habitaciones de huéspedes, una cocina y una cafetería, yacía el cuerpo de Elisa Lam.
El informe forense completo, publicado en junio, indicó que el cuerpo de Lam había sido encontrado desnudo; flotaba en el agua ropa similar a la que llevaba en el video del ascensor, cubierta con “partículas de arena”. También se encontraron con ella su reloj y la llave de la habitación.
La autopsia no encontró señales de agresión sexual ni de violencia física. En las pruebas toxicológicas tampoco hallaron demasiado: restos de un medicamento que Elisa consumía en forma habitual y un poco de alcohol.
El estremecedor hotel Cecil
Funciona de los años 20 en la ciudad de Los Ángeles. Y tras la depresión y crisis del 30, se pobló de personas que tenían bajas pretensiones (y ahorros). Entonces el hotel se convirtió en un antro de prostitución y drogas. Los asesinatos se volvieron frecuentes intramuros y empezaron a construir su imagen de hotel maldito.
La próxima docuserie de Netflix, titulada “Crime Scene: The Vanishing at the Cecil Hotel”, recuperará esas historia. Cuenta con la dirección de Joe Belinger, quien también dirigió la cinta sobre Ted Bundy protagonizada por Zac Efron.
El hotel Cecil fue la residencia de dos asesinos en serie -Richard Ramirez, también conocido como “Night Stalker”, y Jack Unterweger- y ocurrieron al menos 16 muertes. ¿Qué le sucedió a Elisa Lam? Quizá la producción de Netflix vuelva a agitar las teorías como nunca antes y encontrar la revelación.