¿Dónde va a parar las obras de los artistas que ya no están? Resguardar el legado cultural de los artistas plásticos no es tarea sencilla. Algunas con más riesgo que otras, pero todas igual de importantes, el acervo artístico configura el patrimonio cultural de una sociedad y la forma en que el hombre trasciende a través de su arte.
Y Eliana Molinelli es una de las escultoras más importantes que tuvo Mendoza y dejó un sentir y compromiso en cada hierro que torcía, en cada pedacito de metal que conforman su patrimonio. Algunas las podemos encontrar en espacios públicos de Mendoza, como el mural sobre la fuente de la plaza Independencia. Una obra magnífica que realizó en 1995 junto a Eneida Rosso y Laura Valdivieso. O la obra “Desarme” que se encuentra en el hall de entrada del auditorio Ángel Bustelo.
En retrospectiva, Eliana Molinelli fue una artista de avanzada para la época. No solo por el oficio de escultora el cual era reconocida por los críticos como una eximia artista, sino también por su compromiso social y político en cada una de sus creaciones. A través del hierro y utilizando la dureza del metal, propone un mensaje que va más allá de la obra.
Uno de sus proyectos más imponentes nació del plan de desarme que la O.N.U, que organizó conjuntamente con la provincia de Mendoza, siendo esta la primera comunidad en el mundo en organizar dicho plan sin haber estado en un conflicto bélico previamente. El plan consistía en recibir donaciones de armas de fuego y municiones, para luego transformarlas en esculturas de hierro.
Su historia y su legado como artista y docente serán parte de este nuevo episodio de Los Mapas del Arte, serie dedicada a la vida y obra de algunos indispensables del arte mendocino, con la dirección de Federico Cardone. El capítulo de 30 minutos estrena hoy a través de la plataforma Mendozaencasa.com y de la pantalla de canal Acequia.
Que hable el metal
En noviembre de 2019, el Espacio Contemporáneo de Arte reabrió sus puertas bajo el nombre ECA Eliana Molinelli, en homenaje a la escultora y docente mendocina que falleció en 2004.
En marzo de este año la obra que habitaba su taller en Godoy Cruz fue expuesta en el espacio de 9 de Julio y Gutiérrez, siendo la última muestra del lugar. Natasha y Tania Driban Molinelli, hijas de la artista son las encargadas de sostener y resguardar su obra y legado.
“El taller estuvo muchos años con las esculturas de ella, hasta marzo que se llevaron al ECA para la última exposición que se hizo, cuando se inauguró con su nombre. Todas sus esculturas quedaron allí, es algo bastante simbólico. Y el taller quedó vacío después de 16 años. Ese lugar yo lo habité, es mi lugar en el mundo y ahora está en venta, porque no lo puedo sostener. Hay una sensación muy extraña que se mantiene. Esa sensación de atelier y creación del artista se percibe en los muros”, cuenta la actriz y directora Natasha Driban quien es una de las custodias del trabajo de su madre y aprovechó el espacio para montar su obra de teatro.
Alrededor de treinta obras son las que conforman el acervo que Molinelli dejó en su taller. Obras inmensas, no solo por la técnica y el tamaño, sino por el símbolo que se resalta en cada una de ellas.
El anhelo de sus hijas es que cada pieza habite un espacio propio y trascienden más allá de los muros. Para que la gente conozca su legado y la obra viva en la cotidianidad del lugar.
“Las obras quedarán ahí hasta marzo aproximadamente. Pero lo que queremos es ubicarlas en espacios públicos relevantes, que se hagan cargo de su cuidado, para que habiten varios lugares de Mendoza y la gente las pueda ver. Porque que queden adentro de un taller es algo que sucedió, con la ilusión de convertir ese espacio en un museo, en un teatro o espacio cultural, pero no lo pude lograr. Y la obra la tiene que ver la gente, porque cuando nosotros no estemos esas obras no pueden quedar guardadas”.
La mujer, la justicia, la desigualdad y la condición humana son los tópicos que atraviesan su obra, que hoy cobran un valor simbólico diferente. Hoy, Molinelli es vista como una artista de avanzada por la potencia de sus esculturas, tanto en lo técnico como simbólico.
El autorretrato que forma parte de la exposición en la Legislatura Provincial, una obra en honor a las Madres de Plaza de Mayo, la Difunta Correa, una escultura de María Soledad Morales, la impunidad representada con una mujer crucificada es parte del legado contundente que moldearon las manos de la artista.
“Era muy eximia en su oficio, los críticos decían eso. Además del oficio transmitía con sus obras algo que no era narrativo, sino una sensación, algo metafísico, algo que subyace, va más allá de esa chapa. Es un estado del corazón y de la condición humana. Ella estuvo muy abocada a los derechos humanos y para ella fue la única manera de expresar su preocupación y compromiso”, detalla Natasha Driban.
Hasta que el cuerpo se lo permitió, Molinelli continuó creando y hay vestigios de su última etapa, donde explora otros materiales.
La donación de la obra “La manos anónimas” quedó en la entrada del ECA y es una de sus últimas creaciones. Fue la última etapa donde estaba indagando en otros elementos, materiales y refleja lo último”.
El anhelo de quienes resguardan su legado es darle a cada obra un lugar, un espacio donde cobren vida y configuren un mapa patrimonial necesario para los artistas plásticos de Mendoza.
“La idea de soltar las esculturas y que las espere ese lugar. Poder encontrar esos lugares. Es la manera de que siga presente. Es un anhelo que sea un circuito de obras, desde municipios, espacios públicos, bodegas. Deseo que esas obras no vuelvan al taller, si no que se repartan y encuentren su espacio”.
Vida y obra de Eliana Molinelli
Hoy, a las 20 estrena “Eliana Molinelli. Viaje al interior de los metales”. El tercer episodio de la serie Los Mapas del Arte.
El capítulo dirigido por Federico Cardone recorre la vida y obra de la escultora y docente mendocina. Se podrá ver en la plataforma www.mendozaencasa.com y Canal Acequia.