Como cualquier otro ser humano, también he pasado por pruebas, traumas y situaciones negativas que causaron daño en mí. ¿Quién no? Si son parte de la gran película. Una vez leí un texto que decía: “el proceso de la vida no es lineal, vamos navegando a través de curvas”. Si bien todos añoramos una realidad llena de felicidad absoluta, en este plano dual tanto las subidas como las bajadas tienen un porqué, un propósito en nosotros.
No les voy a negar, me costó tiempo llegar a pensar así y aceptar esa realidad, ha sido todo un proceso de construcción, donde hoy en día puedo decir con un corazón lleno de gratitud ante Dios y una sonrisa en el rostro que me siento una mujer totalmente renovada y absolutamente distinta a lo que era antes.
La Majo del pasado fácilmente podía pasar todo el día pensando y dándole vuelta a los asuntos negativos, creando historias en la mente que aún no había sucedido y la mayoría con finales nada positivos. Era tanto dicha situación que mi cuerpo empezó a manifestarse y hacerme entender que algo mal estaba haciendo, desde muy pequeña empezaron aparecer contracciones musculares que duraron años y dolores de cabeza que me acompañaban día a día. No solo mi salud se veía afectada, sino también mi entorno social, perjudicaba a las personas que me rodeaban porque me había vuelto inconforme, pesimista, desconfiada y todo eso lo reflejaba en mi exterior.
Pero como les mencione en la nota anterior, la cuarentena fue una situación que me ayudo a replantearme varias cosas, especialmente la manera en que actuaba y pensaba. En esa época empecé a atender puntos de mi vida que nunca había atendido, sentí un llamado muy fuerte en mi espíritu y comencé a experimentar una incesante necesidad de conocer el camino, la verdad y la vida.
Precisamente esta última semana una seguidora de Instagram y una clienta del estudio me preguntaron sobre mi visión y percepción de la vida, como he hecho para superar las dificultades manteniéndome positiva y resiliente. Y es por eso que decidí escribir en esta oportunidad sobre uno de los ingredientes secretos de mi camino espiritual.
La gratitud y la espiritualidad:
Hay personas que les gusta ver la gratitud como un sentimiento, una emoción, una actitud o una fortaleza, en mi caso me gusta verlo como un estilo de vida, un hábito y una especie de súper poder. Es un principio fundamental e infaltable en el despertar y el camino espiritual. Es la herramienta que trasforma el orgullo en humildad y nos protege de aquellos egos que nos hace pensar que merecemos un trato especial o que somos más que alguien, cuida nuestro espíritu de sentir envida o resentimiento.
La gratitud es realmente importante porque principalmente nos hace ser conscientes del amor infinito de Dios hacia nosotros, nos permite ver sus bendiciones y milagros en todos lados. En mi perspectiva, la magia y la gratitud van de la mano, están estrechamente relacionados y una existe por la otra.
En nuestra niñez experimentamos un sentimiento exquisito de que todo está bien y de que todos los días prometen más emoción y aventura, la magia de niños era sorprendernos por cualquier cosa y para Dios era más fácil poder manifestarse a través del aleteo de una mariposa, del cielo estrellado, o de las formas de las nubes porque sencillamente nuestra imaginación no tenía límites. Pero cuando nos convertimos en adultos, los problemas nos van desilusionando y la magia va desapareciendo poco a poco. Pero no te preocupes, precisamente la gratitud es la llave que nos permite volver a ese estado que habitábamos en la niñez, aquella que abre la puerta a una vida mucho más plena y feliz.
Es una especie de imán, cuanta más gratitud sientes, más abundancia magnetizas. Actúa a través de una ley Universal que gobierna y rige la energía de nuestra vida, la famosa “ley de la atracción”, aquella que nos dice que “lo semejante atrae a lo semejante” y actúa a través de los pensamientos y los sentimientos que también son energía y por lo tanto da como resultado la atracción de lo que se piensa y de lo que se siente.
Es por eso que si piensas “no me gusta mi trabajo”, “no tengo suficiente dinero”, “no puedo encontrar mi alma gemela”, “no me llevo bien con mis padres”, “tengo un hijo problemático” o “tengo problemas en mi matrimonio”, entonces atraerás más experiencias similares.
Pero si piensas en cosas por las que puedes estar agradecido cómo “gracias a Dios tengo salud”, “gracias a Dios tengo un trabajo”, “hoy me siento de maravilla”, “tengo una pareja que me ama y me respeta”, “mi familia me apoya”, si lo haces con toda la sinceridad de tu corazón desarrollaras el verdadero sentimiento de gratitud, y ahí es donde la ley de atracción entra en acción y empezarás a atraer más de esas cosas en tu vida.
La gratitud y la salud:
La neurociencia confirma a través de los estudios que a lo largo de la historia se ha implementado en la mente humana un aspecto llamado “efecto negativista” también conocido como “sesgo de negatividad”, dicho efecto permite que las cosas negativas (pensamientos, emociones, experiencias, etc..) tengan un mayor impacto psicológico que las cosas positivas. Al hacer esta investigación y darse cuentas de los resultados, surgieron muchas dudas como: ¿podemos vencer ese sesgo de negatividad? ¿Se puede trasmutar de alguna manera? Y así nacieron muchísimos estudios psicológicos en distintas partes del mundo que comprobaron los infinitos beneficios que tiene la Gratitud en diferentes ámbitos del Ser humano (espiritual, emocional, psicológico y físico)
La gratitud transforma la estructura molecular de nuestro cerebro, tiene el poder de crear estados mentales más elevados y positivos, disminuye la presión arterial y fortalece el sistema inmunológico, impacta directamente en nuestro sistema nervioso, disminuye notoriamente la ansiedad, la depresión y el cortisol (la hormona del estrés). Si, lo sé, pareciera que estuviese hablando de alguna medicina o vacuna milagrosa, si quieres verlo de esa manera también sería muy válido y certero.
¿Cómo ser más agradecido?
Mi historia sirve de ejemplo de cómo puede llegar a ser la vida de una persona que desconoce de la gratitud, y de lo puede llegar a suceder cuando la incorpora. Si hace un par de años me hubiesen preguntado si era agradecida, seguramente hubiese dicho que sí, pues daba las gracias cuando alguna persona me atendía, o me daba algún tipo de regalo. Pero lo cierto es que no conocía realmente el significado de la gratitud, y el decir de vez en cuando “gracias” no me hacia una persona verdaderamente agradecida.
La idea es que la palabra “gracias” se vuelva una de las palabras que más dices pero también una de las que más sientes, la fuerza de tu sentimiento es lo que va a acelerar la magia en tu vida. Es fundamental que dicho sentimiento sea sincero y del alma, sin un interés de por medio.
Para sentir el verdadero poder mágico de la gratitud debes dirigirlo siempre al Ser Superior, conectar tu corazón con Dios y manifestarle lo agradecido que estas. Agradece por lo bueno y por lo malo también, uno de los poderosos efectos de la gratitud es la sabiduría que obtienes para ver bendiciones en medio de crisis. Empiezas a entender que nunca se cierra una puerta, sin que se abra otra y que todo tiene un propósito.
Implementa el hábito de escribir todos los días 10 cosas por la cual te sientas agradecido, esto te ayudará a desarrollar y sentir cada vez más este maravilloso sentimiento. Agradece por todo y a todos, a las personas que limpian la calle, a los que te atienden, a tus familiares, a tus amigos, a tu pareja, a absolutamente todas las personas que pasen por tu vida, y veras como recibirás una energía preciosa por parte de los demás, como leí una vez: “Piensa en agradecer. En estas tres palabras esta la fórmula del matrimonio feliz, de la amistad duradera y de la felicidad personal”.