Si hay un tema que ha sido muy recurrente en estos meses de aislamiento, ha sido la importancia de los espacios culturales en la vida cotidiana y lo fundamental que resulta para quienes forman parte del ámbito poder llevar adelante sus actividades.
Pero Mariano se adelantó a la pandemia. En 2019 llevó adelante su primer trabajo documental, luego de sus cortos de ficción Giros y Ellos, donde abordó un tema que, si no fuese por la situación actual, muchos lo tendrían en el olvido.
“Es un viaje que nos lleva por el pasado, el presente e invita a reflexionar sobre el futuro. En ese sentido, nosotros tratamos de rescatar lo que esos espacios pudieron ser, con sus habitantes antiguos, y cómo esos habitantes fueron mutando. Tratamos de volver y conectar con esa esencia, que justamente nacen como espacios culturales y después ver cómo por muchas cosas han mutado a espacios híbridos particulares”, explica el cineasta.
“Patrimonio” es un corto documental que realizó el artista en una co-producción con Chile. Este trabajo forma parte de la Competencia Oficial del Festival DOCS Valparaíso 2020, que tendrá lugar este sábado a través de la página del evento.
“Es un proyecto muy particular para nosotros porque es el primer documental y además lo hicimos hace un tiempo. Lo loco es que no era el mundo que es ahora, sobre todo con el tema de la pandemia, es muy extraño entenderlo.”
Este trabajo busca generar una reflexión sobre la importancia de los espacios culturales, aquellos que están escondidos en cada rincón del mundo y que poco a poco quedan en el olvido.
“La idea del proyecto es generar una reflexión acerca de la situación de los espacios culturales para en el futuro mejorar esta situación. Ahora ha tomado más relevancia, ese objetivo que tenía el proyecto quizás ahora es hasta más importante”, expresa.
“En los otros trabajos uno contaba una historia y lo iba perfeccionando, pero en este caso, partió de una necesidad que nos generaba el espacio físico. Fue más una cuestión emocional y orgánica del estado que generan muchas salas de teatro y espacios culturales de América Latina.”
Basado en Valparaíso, pero alcanzando al mundo
Si bien es un corto que se realizó en Chile y sus imágenes predominan en ese lugar, Mariano asegura que este problema persigue a cada espacio del mundo, siendo testigo de que ya sea en Mendoza, Valparaíso o incluso en algunas partes de España, el descuido de los espacios culturales está presente.
“A veces las razones por las que pasa varían, pero lo que sucede es lo mismo. Hoy en distintos lugares puede pasar por entender la importancia de la cultura en la vida de las personas, verlo como parte y desarrollo de un país, tiene que ver con la economía, el turismo, la educación. Pero en algunas encuestas sostienen que algunos espacios no se pueden mantener y que la cultura no es una prioridad por lo que es más redituable tener una playa de estacionamiento que un cine”, explica.
“En Mendoza hay salas de teatro que hoy son playas de estacionamiento, supermercados, entonces la idea es plantear desde ese lugar qué está pasando con las salas y también con la cultura en general.”
La verdad es que este tema ha tomado un poco más de difusión e importancia en medio del aislamiento, pero es algo que viene hace tiempo donde la tecnología, de a poco, le ha ido ganando terreno a las clásicas exposiciones artísticas.
“Justamente ahora al tener que estar aislados y no participar de hechos culturales colectivos, nos hace valorarlos y entenderlos desde esa nostalgia de haberlos tenido. Nosotros con el proyecto pretendemos ir más atrás en el tiempo y apelar a la nostalgia de entender cómo esos lugares se construían o cómo espacios creados para la cultura ya no son utilizados para eso.”
Y agrega: “No solo hablamos del espacio como lo que era antes sino ver a la estructura como la piel de esa persona o animal que es el teatro, conectarnos y ponerlo frente al espectador para que el espacio se comunique y diga <miren, este es el estado en el que estoy>”.
Hablando de cultura y recurriendo a una de sus herramientas, será como siempre a través de su lenguaje que el artista plasmará todas sus ideas y postura respecto a esta decadencia. “Creemos que el cine es un excelente vehículo para exponer temas y dar visibilidad, en algunos casos no para dar una respuesta sino para exponer algo y ver qué se hace.”
El dilema del streaming
Lógicamente, la modalidad virtual no es algo que Mariano considera favorable, y que paradójicamente lo sorprende presentando su trabajo de esta forma.
Lejos de eso, y si bien acepta que el tema tiene sus matices, sostiene que le preocupa cómo esto aleja aún más a los públicos de estos espacios tan ricos en historia y energía.
“Me inquieta mucho lo que está pasando con la pandemia, porque esta generando que muchos festivales se trasladen al online y en algunos casos se toma como positivo, pero se están olvidando el rol que tenía el festival en el territorio, el rol del festival en la comunidad, porque si pasas un festival online, el teatro se queda vacío y la gente que trabajaba ahí pierde su trabajo, la comunidad se queda sin la posibilidad de interactuar con los artistas.”
Opuesto a como muchos lo consideran, el streaming es una salida fácil que nos llevará a una decadencia mayor en la esfera cultural. “Estamos básicamente tapando huecos, no pensando qué hacer. Velozmente lo llevan online, pero hay que tener cuidado de no cambiar la naturaleza del festival por esta situación puntual. Muchos festivales se empiezan a concentrar en lo nacional y se olvidan de su público y un trabajo que les llevo mucho tiempo para construir una audiencia.”
Aferrado a esta idea de que la solución no es llevar a la virtualidad los trabajos tanto de teatro, musicales, cinematográficos, etc., insiste en que la solución está puesta en otro lugar.
“Siento que es muy peligroso esto que pasa con las plataformas, lo entiendo porque es una cuestión de salud y hay que sobrevivir, pero me parece muy peligroso que se pase todo a estas plataformas porque tienen una mecánica diferente, es un número que dice que a la gente le gusta esto, entonces vamos con eso y ya está. Entonces, llevar una película a un pueblo tiene otra importancia que no tiene que ver con los números”, cerró.