El mendocino Fabricio Capelli, ganó el primer premio del Fondo Nacional de las Artes

Este año, por primera vez el organismo lanzó una convocatoria para géneros específicos de Ciencia Ficción, Fantástico y Terror, en el que el escritor sanrafaelino se llevó la importante premiación con su cuento “El múltiple Tubalcaín”.

 El mendocino Fabricio Capelli, ganó el primer premio del Fondo Nacional de las Artes
El escritor Fabricio Capelli, ganó el primer premio de la FNA.

El escritor mendocino Fabricio Capelli -actualmente radicado en Campana, Buenos Aires-, ganó el concurso literario del Fondo Nacional de las Artes, con su libro El múltiple Tubalcaín. Este año y por primera vez, el organismo del Ministerio de Cultura de la nación, dirigido por la escritora Mariana Enriquez, orientó el certamen hacia los géneros de Ciencia Ficción, Fantástico y Terror como protagonistas, además se dividir las entregas por regiones. En ese contexto, Capelli obtuvo el primer premio de la región 2, en el que participaban escritores de la provincia de Buenos Aires, ya que la convocatoria determinaba la pertenencia a cada región por el lugar de residencia, no de orígen.

Fabricio Capelli nació en San Rafael, en 1972. Estudió Ingeniería Electromecánica y es egresado de la UTN (Universidad Tecnológica Nacional). Es autor de La belleza del mal, libro publicado en 2005; Manifiesto de la Neovendimia, en coautoría con Paco Sabio y Melchor Montoya, del 2010 y Los perros mecánicos, publicado en 2013. Formó parte de Promiscuos & Promisorios, la antología de la poesía en Mendoza para el siglo XXI, compilada por Dionisio Salas Astorga. Integró la dirección de las revistas literarias Mariposas Negras (San Rafael, Mendoza) y Álgebra y Fuego (Campana, Buenos Aires). Escribió el guión original del corto cinematográfico La era de los milagros (2011), en el que también participó como codirector. Su último libro publicado es Cuentos artificiales, de 2018. Sus trabajos pueden consultarse en fcapelli.com.ar

- ¿Cómo fue recibir la noticia del premio?

- El premio fue otorgado este viernes. Yo estaba trabajando, con la cabeza en cualquier lado, me sonó el teléfono con un número desconocido y cuando me dijeron que me estaban llamando de Fondo Nacional de las Artes pensé “si me están llamando debe ser por algo”. Y bueno, saqué el primer premio para la región 2.

- ¿Este año la convocatoria se diferenció de años anteriores?

- Todos los años el Fondo Nacional de las artes otorga premios no sólo en Letras sino también en Música, Escultura, Plástica, con el objetivo de fomentar las artes en general en toda Argentina. No solamente hace concursos sino que también otorga subsidios a artistas en este contexto de pandemia, dio ayudas a la creación artística, incentiva económicamente la preparación de obras, en general es bastante bueno.

Años anteriores el llamado a concurso era abierto, se recibían todo tipo de obras de cualquier género. Este año en particular el concurso de Letras estuvo enfocado específicamente en obras de Ciencia Ficción, de Terror y de la Literatura Fantástica, dándole oportunidad y preferencia a estos géneros que de por sí son más subterráneos. Esta premiación trae visibilidad lo cual está buenísimo.

Otro aspecto también inédito para este tipo de concursos fue que hizo una convocatoria separada por regiones. En años anteriores se entregaba un primer, segundo y tercer premio general. Este año se hizo por regiones: se dividió en cinco regiones separadas por una cuestión demográfica y estadística en función de participaciones anteriores. La región 1 fue CABA; la 2: provincia de Buenos Aires; la 3: Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos; la 4: Jujuy, Salta, Misiones, Formosa, Corrientes, Chaco, Tucumán, La Rioja, Catamarca y Santiago del Estero y la 5: La Pampa, Tierra del Fuego, Chubut, Santa Cruz, Neuquén, Río Negro, San Luis, San Juan y Mendoza.

- ¿Cuál fue el trabajo con el que participaste?

- En realidad no se premian cuentos individuales sino que hay que mandar un libro y en la convocatoria marca la cantidad mínima y máxima de páginas que debe tener la obra. En mi caso es un libro de cuentos que se llama “El múltiple Tubalcaín” con cuentos del género fantástico que vengo trabajando desde mi libro anterior. En este en particular, dentro del fantástico también hay un cuento que se mete un poquito en el terror. Son géneros en los cuales me interesa trabajar. Como lector siempre fui muy voraz desde chico, con lo cual tengo toda esa formación de escritores canonizados del fantástico como Borges, Bioy, Silvina Ocampo, Cortázar, Onetti.

- Sos egresado de la UTN, ¿Cómo vinculás tu formación con la literatura?

- Sí, soy ingeniero electromecánico. El primer fin de semana que llegue a Campana para trabajar fui a un bar, un viernes por la noche, y en un Pilar del bar había un cartel que anunciaba el inicio de un taller literario. Yo ya venía escribiendo algunas cosas en San Rafael, había publicado en algunas revistas algo muy disperso y muy autodidacta, todo muy de lector voraz. Cuando vi el cartel inmediatamente me inscribí y ahí empezó mi formación. Una particularidad fue que muchos de los que participabamos éramos ingenieros, así que ahí parece haber algún tipo de conexión entre las ciencias más duras y la parte más humanística de la literatura. Incluso tengo varios amigos que son escritores e ingenieros.

- Los ingenieros tienen habilidades blandas que a veces no tienen otros profesionales de carreras duras

- Con los años fui encontrando que este tipo de habilidades blandas, o por lo menos en la literatura que a mí me interesa. En el entretejido podés descubrir algún tipo de formación dura como una estructura, por ejemplo en el primer libro que publiqué un cuento, que se llama “Cuentos artificiales” lo que se resalta más allá de la historia son las estructuras, porque yo para empezar a escribir un cuento primero visualizo la estructura, como un andamio, y sobre eso voy completando los personajes, el paisaje, el conflicto. Siempre primero debo visualizar una estructura sobre la cual montar la historia y ahí es donde yo identificó esta cuestión de una formación ingenieril.

Hay una relación súper interesante en eso y particularmente en el cruce que para mí es súper rico de formaciones o de campos de saber que hoy se están trabajando mucho en la poesía, dónde encontrás lenguajes típicos de la biología, de la física, que son lenguajes de mucha especificidad. Encontrar elementos que pueden ser usados y manipulados en la parte poética a mí eso me interesa muchísimo y me parece que tiene gran potencial.

El escandido de poesía tiene una rigurosidad que solamente se encuentra en los grandes escritores

- Hay una rama de la poesía que trabaja el número exacto y que no se aparta de eso. Es interesante como ese corset es un campo propicio para la creación, siendo tan restringido. A veces da resultados sorprendentes y eso está muy bueno.

- ¿Cómo fueron tus inicios?

- Empecé a escribir en San Rafael junto con personas que estaban en la misma, aunque la escritura y la literatura son actividades un poco solitarias, así que cuando encontrás un buey perdido que está un poco la tuya, eso te hermana al instante.

En algún momento se formó un grupo de escritura que se llamó “La secta literaria”, que lo fundó el escritor y artista plástico Melchor Montoya, y la genialidad que tuvo fue la de juntar a todos estos bueyes perdidos que andaban pululando por la ciudad para que nos conociéramos entre nosotros, para, a partir ahí, empezar lo que es la publicación que es la parte más difícil cuando uno recién arranca. Comenzaron las publicaciones colectivas, que permite dos cuestiones: Una es animarse a mostrar lo que uno está haciendo en esos escritos de soledad.

Y lo segundo, lo monetario, es decir solventar un libro único es muy distinto cuando somos ocho o más personas pudiendo aportar a un único libro. Por lo tanto La secta literaria trabajó de esa manera durante varios años pudiendo publicar varios libros colectivos, generando entre el grupo esto de cruzar influencias, de ver qué estaba haciendo uno, qué hacía el otro, todo un campo creativo que para mí fue genial y que le reconozco una formación muy grande.

El primer libro que yo publico que fue un libro de poemas y de cuentos cortos que se llama “La belleza del mal” tomó parte de todos esos escritos que habían ido apareciendo en estos escritos colectivos de La secta literaria. Después de ahí por cuestiones de trabajo me fui a Brasil, donde estuve viviendo casi 5 años. Allí escribí el segundo libro de poemas exclusivamente que se llama “Perros Mecánicos”.

Fue entonces cuando me empezó a parecer el interés un poco más profundo en la formación de la escritura de cuentos, así que en este período brasilero, en San Pablo, empecé a estudiar en la “Escuela de escritores”, que es una escuela virtual de España. De ahí salieron un montón de cuentos que conformaron el libro posterior, “Cuento artificiales” y un poco la matriz para este libro que ahora salió premiado “El múltiple Tubalcaín”.

- Hace unos meses Los Andes publicó un cuento tuyo inédito

- La blanca sonrisa del patrón, en ese cuento hay que prestarle atención a esto de las estructuras, cómo trabajar con formas de narrar que se apartan de las convenciones y cómo uno puede contar historias trastocando, como en el caso de este cuento, la estructura y la gramática o el lenguaje.

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