El pianista y compositor Manolo Juárez, de 83 años, un imprescindible de la música popular argentina lleva casi 20 días internado en la Fundación Favaloro por una descompensación, pero a su delicado cuadro se le agregó coronavirus detectado el 3 de julio, por lo que su familia decidió comunicar la situación y pedir “luz para su recuperación”.
"Luego de haberle realizado diversos estudios se constató que tenía una dificultad severa cardíaca y se lo intervino para colocarle un cardiodesfibrilador. A los 8 días, tras un hisopado, se lo diagnosticó como positivo asintomático de coronavirus y cumple aislamiento preventivo", informó un comunicado de prensa conocido ayer por la tarde.
En el texto sobre la salud de Juárez se detalló que "como consecuencia de sus arritmias, ha sido trasladado varias veces de terapia intensiva a habitación común. Pese a mostrar leves mejorías, su estado sigue siendo delicado debido a sus antecedentes de salud. Continúa completamente aislado y con una infección".
En la comunicación su hija Mora expresó: "Son tremendas las complicaciones que trae el aislamiento producto de una pandemia. Para cualquier persona, y más en edad avanzada, como es el caso de mi padre, quien tiene 83 años, estar desconectado de la familia, dejar de ver a sus seres queridos, empeora la situación".
"Como familia -agregó- sabemos lo importante que es y ha sido Manolo para la cultura y la música argentina, es por ello que decidimos contar lo que está atravesando. Sabemos el respeto y el amor que ha sabido construir, y que mucha gente lo quiere, por eso lo hacemos público. Pedimos luz para su recuperación".
La familia de Manolo agradeció además el compromiso y el acompañamiento de los miembros del directorio y del personal de Sadaic y a los médicos de la Favaloro que participan en su recuperación, en especial a los doctores Facundo Manes, Raúl Merbilhaá y Enrique Baldasari.
Juárez, un pianista y un creador impetuoso y genial, abrió sendas para el abordaje del folclore como autor, intérprete y docente; tareas que resumió al ser uno de los fundadores de la Escuela de Música Popular de Avellaneda.
En octubre de 2016 y en el marco de un tributo a su obra en el Centro Cultural Kirchner, el músico expresó: “Esto no es un homenaje hacia mí, es un homenaje al logro máximo de mi vida que es el Conservatorio de Música Popular”. Y recordó el “estado de marginalidad” al que fue históricamente confinado ese tipo de músicas y la ponderó como “una respuesta a esas culturas dominantes decadentes”.