El 25 de junio de 2009, fecha de la que se cumplen este viernes 12 años; Michael Jackson fallecía en lo que –probablemente- fue el peor momento de su cósmica y legendaria carrera. Lejos de sus años dorados, los que le valieron el mote de “El Rey del Pop”, Jackson murió sumido en todo tipo de padecimientos físicos y psicológicos, que se evidenciaron al final de sus días como consecuencia de las incontables cirugías a las que se sometió a lo largo de toda su vida.
A este deterioro se sumaban, además, las distintas causas judiciales por abusos sexuales a niños y niñas, que comenzaron en 1993 con las primeras denuncias del padre de uno de sus bailarines y que se mantuvieron incluso hasta después de la muerte del ícono del pop. De hecho, en estas acusaciones toma un rol protagónico la mansión de Jackson, Neverland, que el músico había soñado como un “paraíso para los niños”; y donde vivían –junto a él- muchas de las víctimas que, varios años después, lo denunciaron.
Jackson tenía 50 años cuando su cuerpo y su organismo tan maltratado –por las cirugías, pero también por las drogas que le prescribían para paliar los dolores- dijeron basta aquel jueves 25 de junio de 2009. La causa oficial del deceso fue una sobredosis del potente calmante Propofol; y su médico personal, Conrad Murray, fue condenado tiempo después de la muerte del Rey del Pop por homicidio involuntario. La Justicia de Estados Unidos determinó que el profesional le había administrado incorrectamente la mencionada droga, lo que derivó en su muerte.
Pero mucho antes de este ocaso descripto en la vida de Michael Jackson; el artista tuvo sus años dorados; su época de gloria. Aquella que comenzó junto a sus cuatro hermanos en la década del 70 –con la formación de The Jackson 5- cuando Michael era apenas un niño y con piel oscura, todavía. Ya en la década del 80, Michael descubrió que tenía vuelo propio, por lo que decidió levantarlo por su cuenta; alcanzando una altura que ni siquiera pareció marearlo (al menos al principio).
En 1982, Michael Jackson lanzó Thriller, su mayor éxito y un álbum que –por décadas y décadas- fue el disco más vendido de la historia de la música universal. Un año después, en 1983, fue presentado el videoclip del tema que le daba nombre al disco (precisamente Thriller). Para este icónico video, que nos muestra a Michael convertido en un zombie y rodeado de hombres lobos; Jackson se había propuesto una meta un tanto ambiciosa: que sea nominado a un premio Óscar y llegase a alzarse con una de las estatuillas. Y su estreno en Estados Unidos fue acorde a esas expectativas: en su primera semana, el videoclip de Thriller proyectaba en salas de cine de Estados Unidos, junto con los trailers previos de la película central.
Michael Jackson y Sonic, ¿la alianza imbatible?
En la década del 90, en el apogeo de su carrera, Michael Jackson era sinónimo de éxito (desde lo artístico y, por supuesto, desde lo económico). Su (sobre) exposición era por demás alta, su amistad con Macaulay Culkin –quien ya había protagonizado las dos películas de Mi Pobre Angelito y estaba en la cresta de la ola también- era noticia en todos los tabloides norteamericanos y, cual alquimista, todo lo que tocaba Jackson se convertía en oro.
También la década del 90 fue uno de los momentos dorados para la industria de los videojuegos (si te interesa el tema y no la has visto todavía, es súper recomendable la serie High Score –de Netflix-, estrenada el año pasado y que repasa la historia de los videojuegos desde sus inicios hasta el 2020). Para ese entonces, la competencia más fuerte y la rivalidad entre empresas encontraba a la japonesa Nintendo en una esquina y a la estadounidense Sega en la otra).
Cada empresa de videojuegos tenía entonces (y mantiene todavía) su personaje emblema, su ícono que termina por convertirse en sinónimo gráfico de la firma; o en su mascota, bien podríamos decir. Nintendo encontró en el simpático y querible Mario Bros su personaje insigne; mientras que Sega hizo lo propio con Sonic, aquel inquieto erizo azul y que alcanzaba una velocidad supersónica (de allí su nombre). De hecho, las plataformas de ambos videojuegos presentaba marcadas similitudes: un personaje central con su compañero (o sus compañeros) –Luigi en el caso de Mario, Tails en el caso de Sonic- y una historia en la que el personaje debía completar distintas misiones en escenarios distintos hasta llegar a la pantalla final, con un enemigo individualizado al que debía derrotar para cumplir su misión.
Como peso fuerte de Sega y como el principal “guerrero” de la batalla contra Nintendo, los responsables de la firma tenían en claro que debían apostar fuerte por Sonic. ¿Y cómo lo hicieron? ¡Pues reuniendo al videojuego del momento con el cantante del momento y Rey del Pop!.
Y, aunque oficialmente nunca hubo confirmación oficial sobre esta inteligente alianza; la teoría tomó fuerza desde el primer momento (y cada vez con más argumentos): Michael Jackson compuso la BSO original de Sonic The Hedgehog 3 (Sonic El Erizo 3, en español); lanzado en 1994.
Michael y su vínculo con Sega
Desde 1990, Jackson venía trabajando codo a codo con Sega, luego de que la empresa nacida en Hawái llevara al formato de videogame la película de Jackson, Moonwalker (1988). Incluso, la adaptación de Moonwalker al universo de “los jueguitos” cuenta entre sus créditos con la participación de Jackson –quien además era el protagonista principal en la plataforma- y de algunas de sus obras maestras, como Smooth Criminal, Beat it o Billie Jean; entre las canciones.
Antes del lanzamiento del juego basado en su película; Michael Jackson realizó un recorrido por las instalaciones de Sega como parte del trabajo para convertir en videojuego Moonwalker; y allí habría sido cuando –en base a la teoría no confirmada- le pidieron que compusiera y produjera la música para Sonic 3. De hecho, y por pedido de Jackson; su propio director musical, Brad Buxer (tecladista y compositor con quien dio vida a parte su álbum Dangerous, de 1991) colaboró en la realización de la música para la tercera entrega de Sonic.
En lo referido al erizo azul, tras el lanzamiento de la primera versión de Sonic (1991) para la consola Sega Genesis; su popularidad fue in crescendo, posicionándose como “el personaje” de la firma. En 1992 vio la luz Sonic 2 y la popularidad siguió creciendo, por lo que la tercera parte debía ser –por lejos- la mejor. Mejoraron los gráficos, la jugabilidad y los escenarios y –consideraron desde Sega- la música debía estar a la altura.
Sonic 3 terminaría por ser presentado en 1994, y entre los créditos reconocidos al final del videojuego al equipo musical; sobresalen el ya mencionado Buxer, junto a Jun Senoue, Cirocco Jones, Bobby Brooks, Darryl Ross, Geoff Grace y Doug Grigsby III. A excepción de Senoue y Jones, todos estos músicos participaron del disco doble History, publicado por Michael Jackson en 1995. ¿Coincidencia o algo más?.
Similitudes
Ante la falta de confirmaciones oficiales, no quedó otra que recurrir a similitudes evidentes entre la música de Jackson y la de los escenarios donde Sonic debía cumplir sus misiones en la tercera edición de su videojuego.
Así, por ejemplo, no faltaron quienes hicieran públicas las similitudes entre la música del escenario Carnival Night (nivel de Sonic 3) y fragmentos de Jam, una de las obras de Jackson en Dangerous.
En su álbum doble History, Jackson incluyó otra canción que fue vinculada directamente con la BSO de Sonic 3. Se trata de Stranger in Moscow.
¿Por qué no lo confirman?
Dentro de esta teoría que vincula a dos de los grandes símbolos e íconos de los ’90, hay una explicación al por qué desde Sega nunca confirmaron que fue Jackson quien compuso la banda sonora del juego: Sonic The Hedgehog 3 fue lanzado en 1994, mientras que la primera denuncia por abuso sexual contra Michael Jackson data de un año antes, 1993. Y aunque probablemente –en caso de haber existido tal acuerdo- ya haya estado todo culminado antes de que saliera a la luz la denuncia, la firma desarrolladora del videojuego no podía permitir que su “peso pesado” para los niños y adolescentes sea vinculado con un persona que tenía denuncias por abusos.
Claro que no es más una de las versiones sobre por qué se mantuvo en secreto –y se mantiene todavía, al menos oficialmente- la colaboración de Michael con el videojuego emblema de Sega (del cual, se dice, era fanático).