Cuando hablamos de cosmética natural nos referimos a aquellos productos creados con ingredientes ecológicos y que, por tanto, no contienen ningún agente químico o tóxico. Este tipo de productos debe cumplir una serie de normas específicas para que sea considerado “cosmética natural”, las cuáles son certificadas por los organismos de cada país, que se dedican a velar por que el uso de esta denominación sea manera real.
Se considera cosmética natural aquella que incluye en su formulación un 90% de materias primas naturales de origen vegetal o animal. Aquí es importante hacer la aclaración de que no siempre lo natural es vegano. El 10% restante lo conforman conservantes y algunas sustancias químicas que buscan complementar la composición.
Por otro lado encontramos la cosmética ecológica, que es aquella que, además de utilizar materias primas de origen vegetal o animal, demuestra que un mínimo de su formulación proviene de la agricultura ecológica.
En Mendoza cada vez más personas se dedican a fabricar este tipo de productos, a partir de aceites esenciales de plantas extraídas de la precordillera, de la uva y todos sus derivados, olivas, arcilla, cera de abejas, miel y distintas materias primas autóctonas que facilitan su accesibilidad y garantizan resultados positivos gracias a la calidad y el procesamiento natural.
Los productos se pueden adquirir en ferias de artesanos, y ferias itinerantes del estilo Flor de Feria o Plaza de Chacras. También a través de instagram, bajo la denominación “cosmética natural”, también en algunas dietéticas y tiendas orgánicas.
Consumir cosmética natural además ayuda a promover el comercio justo con los trabajadores, que a su vez, se ocupan de cuidar el medioambiente. Casi todos los comercios, cooperativas o mercaditos ecológicos siguen unas pautas de producción muy concretas con las que están comprometidos:
-Favorecer el mercado de cercanía, evitando el envenenamiento del planeta a través del transporte innecesario de productos originarios de zonas lejanas.
-Utilizar tratamientos agrícolas y pesticidas naturales que no contaminen el suelo ni el organismo de quienes vayan a consumir los productos.
-Tratar de evitar intermediarios innecesarios.
-Potenciar el pequeño comercio frente a las grandes corporaciones.
-Establecer un sistema de precios justos, tanto para quien compra como para quien produce o fabrica el producto, de manera que sea sostenible y sustentable, con materias primas de calidad.
Por qué conviene usarla
La principal motivación para comenzar a utilizar esta cosmética es la enorme cantidad de ventajas que tiene para nuestro organismo, para los recursos del planeta y para las personas que los producen, en su mayoría, de manera artesanal.
Para empezar, son productos sin parabenos, sulfatos, siliconas, parafinas u otro tipo de químicos que puedan dañar nuestro organismo. Tampoco contienen fragancias artificiales que pueden provocar irritación, alergias y efectos tóxicos.
Son aptos para todo tipo de pieles, incluso para personas con problemas dermatológicos porque contienen ácidos grasos muy similares a los de la piel, por lo que la regeneran, cuidan y protegen de una forma más eficaz.
No son testados con animales, como sí ocurre en muchas empresas de cosmética tradicional. Además, mantiene el respeto al medio ambiente. Los envases son biodegradables o reciclados, lo cual también respeta el medio ambiente.
Por último, incluyen mayor cantidad de principios activos, a diferencia de los productos tradicionales que por lo general utilizan ingredientes de relleno que no cumplen ninguna función beneficiosa para la piel. Los cosméticos naturales están compuestos por ingredientes 100% dedicados a la función para la cual fueron incluidos, por eso sus resultados suelen ser más eficaces a largo plazo.
Cómo saber cuál sí y cuál no
Con la creciente producción de las grandes marcas y la mira puesta en “limpiar su imagen” a través de la venta de productos “naturales”, “veganos”, “orgánicos” o “cruelty free”, puede ser que algunas no cumplan con los requisitos necesarios para ser consideradas de esta forma. Es importante leer el listado de ingredientes que tiene el producto y que debe aparecer detallado en el envase. De esta manera se puede saber si todos los ingredientes utilizados son naturales o no. Básicamente hay que tener en cuenta las siguientes pautas:
-Que todos los ingredientes provengan de la naturaleza.
-Que sean inherentes al producto, o no adquiridos en el circuito comercial tradicional
- Que no sean producidos o cambiados artificialmente.
- Que no sean alterados o “disfrazados” para que parezan naturales.
Así, algunas marcas industriales pueden promocionar sus productos como naturales cuando no lo son. Por ejemplo, mencionando que contiene dos ingredientes no sintéticos, pero el resto sí lo son; o que en su línea de productos sólo un ingrediente provenga de una materia prima natural y el resto no lo sean, o que digan “no testeados en animales” pero todos sus ingredientes son sintéticos.
Eficacia a largo plazo
Si bien es cierto que los productos industriales tienen un efecto inmediato, sobre todo cuando los utilizamos sobre la piel -como cremas, fluidos, aceites, ácidos- con resultados a la vista, es probable que la etiqueta mencione varias sustancias que nos harán replantear las ventajas que puede tener ese parche momentáneo comparadas con los efectos que puede provocar en nuestro organismo a largo plazo.
Cuando utilizamos ingredientes naturales, la respuesta ante determinadas afecciones puede no ser tan rápida a corto plazo, pero nos estamos asegurando de introducir en nuestro organismo elementos similares a nuestra composición celular.
Los motivos económicos
En comparación con las cremas y los productos de belleza de marcas prestigiosas, la alternativa de la cosmética natural resulta más económica, sobre todo teniendo en cuenta las cantidades de materias primas presentes en cada producto y la fecha de caducidad. Las de cosmética tradicional duran más tiempo, justamente, por la cantidad de productos no naturales que les son agregados para prolongar su vida útil, contrariamente a las naturales que se vencen pronto y, por lo tanto, tienen que ser vendidas con celeridad. Eso abarata el costo.
Cuáles son las materias primas naturales más utilizadas
-Aloe Vera
Es una de las plantas más valiosas, cuenta con más de un 95 % de agua y contiene más de 200 nutrientes esenciales para el organismo.
-Aceite de chía
Es una fuente vegetal de grasas omega 3, 6 y 9. Aumenta la producción de colágeno, regular el estrés hormonal, lucha contra las arrugas, el acné, las imperfecciones y deja la piel con un aspecto más suave y joven. El aceite se extrae mediante presión en frío de estas semillas.
-Aceite de macadamia
Este aceite contiene ácidos oleicos, linoléicos, esteroles y antioxidantes que calman y nutren en profundidad la piel. Además es un aceite súper potente para el cabello, hidrata y fortalece el cabello evitando su caída.
-Manteca de karité
Es un gran hidratante y posee vitaminas A, D, E y F. Se obtiene de la grasa extraída de la nueces del árbol de karité, procedente de África.
-Rosa mosqueta
Mejora los procesos de cicatrización porque es un poderoso regenerador de la piel, gracias a que mejora la hidratación. También es un gran aliado contra el acné y las estrías.
-Aceite de argán
Con un alto porcentaje de ácidos grasos esenciales (80%) y tocoferoles antioxidantes (vitamina E), es de los más solicitados para cuidar la piel, el cabello, uñas y para combatir los radicales libres responsables del envejecimiento prematuro.
-Arcilla
La arcilla se usa muy frecuentemente para mascarillas, cremas naturales y baños. Es una sustancia rica en multitud de minerales que ejerce un efecto calmante, regenera la piel y estimula el sistema circulatorio.
-Extracto de romero
Es un potente antioxidante, y su extracto protege la piel contra los radicales libres.
-Aceite de palta
Este aceite vegetal se obtiene por presión en frío del hueso y la pulpa de la palta. Rico en antioxidantes, ácidos grasos, proteínas y minerales. Contiene vitaminas E, A, B2, B3. También actúa como emulsionante.
-Extracto de manzanilla
Extraído de las flores de manzanilla, se ha utilizado durante miles de años para diversos fines medicinales por sus propiedades antiinflamatorias y calmantes, especialmente adecuadas para pieles sensibles o irritadas.