El dominio propio es la capacidad que nos permite dominar nuestros pensamientos y emociones, y por lo tanto nuestras acciones. Es decir, la facultad de volverse actor y hacedor de nuestra vida y no dejarse dominar por los pensamientos, emociones o situaciones externas. Es importante aclarar que dominar y controlar son cosas totalmente distintas. Controlar es tratar de cambiar o erradicar algo, mientras que dominar es conocer, entender y manejarse bien en algo obteniendo como resultado el poder ante el mismo.
Cuando empiezas a crecer espiritualmente, lo primero que te das cuenta es del poder que tienen los pensamientos y como pueden llegar a influenciar y crear el panorama de nuestra realidad. La meditación o el mindfulness es una herramienta también muy poderosa que nos ayuda a entender un poco más todo lo que sucede dentro de nuestra cabeza, la regla de oro al momento de meditar es volverse modo observador, es decir, no relacionarse con ningún pensamiento que aparezca. De esta regla se deriva el ejemplo de la autopista: Imagina que estas parado frente a una autopista transitada por muchos autos, unos que van a la derecha y otros a la izquierda. La idea es que siempre te mantengas observando a los autos, no persiguiéndolos y queriendo montarte encima de ellos. Los autos son los pensamientos que rondan constantemente en tu cabeza, y tu debes ser el observador que esta parado en el borde de la calle simplemente observándolos y no relacionándote con ellos.
No hablamos de un ejercicio sencillo de la noche a la mañana, mucho menos en un mundo que está lleno de conflictos y pruebas. Pues, ¿Quién no ha vivido alguna situación negativa o problema? Es obvio que la respuesta será todos. Los conflictos son algo del día a día en mayor o menor medida, pero siempre están. De hecho, el primer conflicto que vivimos en nuestra vida es cuando estamos en el vientre de nuestra madre, en un lugar super cómodo y seguro, y nos toca vivir el proceso natural de salir sin saber que hay ahí afuera.
Pero que no sea sencillo, no significa que es imposible. El dominio propio es una habilidad, un habito, una virtud y una disciplina que está al alcance de todos. La misma, está estrecha y únicamente relacionada con la sabiduría divina, es decir con la sabiduría que solo Dios nos puede dar. Es por eso que el único secreto que he encontrado en mi experiencia de vida y lo mejor que pueda hacer una persona al momento de atravesar una situación, conflicto o prueba es mirar al Ser Superior y pedirle sabiduría y dominio propio de sus pensamientos y sus acciones.
Una vez escuche una frase maravillosa que describe lo antes mencionado: “No puedo impedir que los pájaros vuelen sobre mí, pero si puedo evitar que se posen en mí”. Así mismo pasa dentro de nosotros, no puedes evitar que los malos pensamientos surjan, pero si puedes evitar que se alojen en tu mente. Si estas ocupado todos los días en hacer el bien, las sugerencias del mal suelen irse. Si centras tu foco de atención en la luz, en lo positivo, en Dios, sencillamente las cosas negativas empiezan a estar en un segundo plano y empiezan a perder poder dentro de nosotros
Mi invitación de hoy es que empieces a querer tener el dominio de tu vida, este maravilloso regalo que te ha dado el Creador, empieces a cocrear esa realidad mágica que tanto sueñas y que en el camino ayudes a cuantas mas almas puedas.