Llegar al Arena Maipú y sentir la sensación de volver a ver a Divididos era algo inigualable. La gente estaba ansiosa de disfrutar nuevamente de Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella, después de más de dos años.
La expectativas eran altas y el power trío se encargó de confirmarlas, ya que en las más de dos horas de show demostraron estar intactos a pesar de la maldita pandemia que nos prohibió verlos más seguido.
A eso hay que sumarle esa experiencia única que se vivió en un lugar como el Arena Maipú: sentir los tonos graves en el cuerpo.
El recital
La pandemia hizo que la mayoría de las bandas, entre ellas Divididos, trabajaran mucho en estudio y sacaron temas que fueron entrenados en plataformas digitales y este fin de semana llegó el momento de presentarlos en público.
Por eso el show arrancó con “Cabalgata Deportiva” y la primera parte sonaron algunos clásicos como “Nene de antes”, “Tengo” y “Salgan al sol”, donde tocó con una zapatilla que le tiraron desde el público. Hasta que llegó el momento de “relax” como lo dijo el mismo Mollo.
Ahí armaron un set acústico con los tres sentados en forma de zapada y donde Ricardo dejó uno de los mensajes más importantes de la noche cuando la gente comenzó a cantar “el agua de Mendoza no se negocia”. El líder de la banda, con una copa de vino en la mano, lanzó “por más viñas y menos minería. Salud”.
Ese acústico arrancó con “Hombres huecos” y se fueron fusionando con temazos como “Dame un limón”, “Vientito de Tucumán” y “Vida de topos”.
El final a pura adrenalina
La tercera parte del recital aceleró de 0 a 100 en 12 temas, ya que metieron una recta final que hizo que nadie se quedara en las sillas.
“Salir a comprar”, “Sábado”, “Perro funk”, “Salir a asustar”, Haciendo cosas raras”, Amapola del 66″, Sucio y desprolijo”, Paisano de Hurlingam”, “Rasputín”, “Paraguay” y cerraron con los himnos de la Aplanadora: “El 38″ y “Aladelta”… si leíste los temas y los cantaste, imagínate estar ahí y explotar junto a estos tipos que la dejaron chiquita.
Divididos volvió a demostrar que son una banda sólida hasta el la despedida, ya que tanto Mollo, como Arnedo y Catriel tuvieron su momento “en soledad” para que la gente los ovacione por una noche llena de rock.