Las tablas mendocinas se preparan para recibir el esperado regreso de Víctor Arrojo con una interesante y original propuesta.
El consagrado director y actor mendocino llega a la Sala Cajamarca con “¿Qué pasó, qué pasó!”, su nueva obra donde propone romper con la cuarta pared e invitar al público a sumergirse de lleno en la producción de una obra.
¿La clave de esta obra? “Básicamente es como comer la tortita y ver al maestro panadero haciéndola”, dice el director en resumidas palabras. Porque esta propuesta le revelará al público todo aquello que hay detrás de una obra, pero que permanece oculto.
“Lo que nosotros intentaremos hacer con esta obra es qué pasó, qué pasó: qué pasó en el proceso creativo, y qué pasó en la historia”, explica.
Partiendo de un hecho histórico ocurrido en la provincia de Mendoza, el director propone al público pasar por detrás de la obra, ver sus internas, conocer los detalles de cada paso del proceso creativo que lleva, finalmente, a una obra en sí.
“Antes, lo que era ese proceso, nunca debía verse reflejado en el espectáculo. El espectador veía el resultado sobre el escenario, pero no sabía cómo todo eso llegó ahí”, explica, y asegura que este aspecto es el más novedoso de la obra.
La obra, protagonizada por Agustín Díaz y Julieta Mancuso, se estrena hoy a las 21 en la sala Cajamarca. Las entradas pueden adquirirse por entradaweb.com y permanecerá en cartel durante los viernes de abril y mayo.
El público como protagonista
Uno de los factores más importantes de esta obra es la participación del público. Pero no desde un rol de protagonismo, sino que ellos serán testigos de todo aquel proceso que ocurre previamente a exponer una obra en el teatro.
Desde la idea disparadora, el proceso de recolección de datos, las escenas que finalmente serán montadas, la elección de vestuario, las actuaciones, escenografía y mucho más.
Porque, aunque el público no va a actuar, tendrá momentos en los que definirá el futuro de lo que ocurra. En ese sentido, Víctor resalta: “El espectáculo no se basa en la participación del público, sino que se va a dar una nueva forma de vincular la escena con los espectadores. Es una nueva manera de integrar al espectador en la obra, una manera diferente de compartir”.
Y según destaca, en el teatro contemporáneo de hoy, existen diferentes maneras de incluir al público. “Puede ser mediante la utilería, con el ritmo, con la decisión de lo que podría ser y no está, un clima sonoro, entre tantas otras”.
La convencionalidad no es un sinónimo de esta obra. Así es que el director asegura que la columna vertebral de esta obra, prácticamente se basa en entrar en “la cocina” de su producción.
“Estoy viendo montaje y, a la vez, el desmontaje. Sería una especie de backstage, donde verán cómo fuimos haciendo esta obra, qué descubrimos, qué probamos, qué desechamos, qué nos pasó mientras pasa. Nosotros compartimos con el público la cocina de un proceso creativo”.
La historia como punto de partida
Claro que como toda obra artística, existe un punto de partida para iniciar lo que más tarde será presentado al público. Y en este caso, Víctor decidió poner a la historia mendocina como puntapié.
Sin embargo, se trata de un hecho insólito que involucró al peronismo y a la esencia mendocina allá por el año 1946.
“Descubrí toda una investigación sobre el peronismo, donde la investigadora cuenta detalles de peronismo en el interior. Y uno de los acontecimientos que me interesó fue la Vendimia Peronista. A mí me seducía ese disparador y es un acontecimiento histórico al que hace tiempo le doy vueltas”, explica al medio.
Esa edición de la Fiesta contó con cualidades únicas e irrepetibles. La organización anunció ‘La verdadera reina de la vendimia está ya elegida por propia gravitación y genuina voluntad popular’. Sin embargo, Eva no aceptó y se realizó la elección.
Lo interesante también, resalta el director, es partir de una literatura poco convencional en el teatro. “Ésta es una experiencia teatral porque el arranque no parte de este texto tradicional, no hay una fábula base. Por eso lo novedoso es que tomamos un texto que viene de otro paradigma, concretamente de la historia”.
- ¿Cómo abordarán la Vendimia Peronista para darle forma a la obra?
Nos encontramos con este texto y nos pareció un disparador, entonces vamos a encarar una crónica histórica de ese fin de semana donde revelamos cosas interesantes, formatos de la Vendimia que ya no existen y demás. Y después, nos fuimos dando cuenta que más allá de la Vendimia o el peronismo, a nosotros nos interesaba la creación.
- ¿Cuál fue el desafío más grande?
El desafío más grande fue seleccionar y ordenar todo el material, ir seleccionando de todo ese proceso que pasamos, qué era lo más ficcional o espectacular para contar. No todo lo que pasa en ese proceso creativo es de alguna manera es potencial escénico.
Algunas escenas están ficcionalizadas y otras están representadas tal cual. Vos vas a estar escuchando el texto y nosotros vamos a ir representando las ideas de lo que iban surgiendo y vamos armando la obra tal y como quedaría finalizada.
- Los actores se representan a sí mismos, por lo que, ¿cómo se presentarán sobre el escenario?
No hay un concepto de personajes, por lo que lo más difícil fue ser genuinos, ser lúdicos, tener una energía que se transformara en un compartir. Más que actuar en lo que trabajamos, es habitar la escena. Queremos que sea genuino, que los chicos sean ellos y cuenten esta historia, y que cuando les toque ser personajes lo sean.