Glamour, excesos, brillos, pizza y champagne. Si sabés que tienen en común esas palabras, este es el lugar indicado para vos. Ambientado en los lujosos años 90, The Rabbit Lounge, un bar ubicado en Belgrano al 607 de la Ciudad de Mendoza, ofrece una experiencia única que te va a volar la cabeza.
El concepto es que, al entrar, uno se sumerja en el fabuloso mundo de la última década del siglo XX y se deje llevar por la increíble gastronomía y coctelería del lugar. Cuenta con su propia cava de vinos y espumosos, por lo que es ideal para ir y compartir con amigos una noche mágica y diferente a cualquier otra.
El pasado 18 de mayo los chicos de The Rabbit montaron un evento para presentar las nuevas refacciones del lugar. El living interno se convirtió en una sala muy amplia y calefaccionada, pensada para disfrutar de una fabulosa cena a pesar el frío otoñal que viene llegando.
Con dj en vivo, cocteles, tapeo y una ambientación espectacular, se vivió una noche en donde todos los invitados bailaron con sus mejores looks noventosos, tomaron cientos de fotos y disfrutaron de la mejor pizza con champagne.
La gastronomía
La comida del evento constó de varios platos de tapeo que le dieron un toque divertido al menú y que combinó armoniosamente con todos los tragos de autor como sus propias versiones de sour y gin tónic.
Los mini taquitos fueron los destacados de la noche; pero la gran vedette fue la pizza de pistacho y mortadela que dejó a todo el mundo boquiabierto después de probarla de la mano de un buen champagne.
Otros grandes éxitos de la noche fueron los mini sandwiches y los shots, que terminaron siendo los más pedidos entre los invitados. Claramente, todos se deleitaron con estas delicias que le dieron un giro de rosca al típico tapeo tradicional.
La ambientación
Todo el bar estuvo ambientado en los lujosos y excesivos años 90; devolviéndole el glamour y la fiesta a las simples noches mendocinas. Pero hubo ciertos detalles en la decoración que fueron sumamente creativos y se convirtieron en la cereza del postre de la noche.
Uno de ellos fueron los posavasos con motivo de dólar. Algo tan simpe pero original que determinó la estética del evento. Todos los invitados fantasearon con que fueran reales; y además de ser simbólico de la época, lo relacionaron con un indicio de buena suerte.
Los habanos fueron otro rotundo sí de la noche. Los presentes fueron invitados a probar estos cigarros importados de Cuba que sumaron un montón a la estética muy bien lograda del lugar.
Y por último, lo que unificó todo para crear un universo paralelo en el cual uno se sumerge al entrar, fueron las luces rojas que ambientaron todo el bar y le dio ese toque sensual y glamoroso al evento.
Un lugar ideal para ir con amigos, incluso los perrunos
Este bar no se reserva el derecho de admisión para ningún familiar ni amigo, y menos si se trata de mascotas. Su política pet friendly es un gran paso para que más y más locales gastronómicos se unan al movimiento de inclusión para perros y gatos.
Y por último, en el evento se vieron muchos grupos de amigos riendo, bailando y celebrando al compás de deliciosos tragos y tapas.
Sin duda alguna, este es un bar que sí o sí tenés que visitar si querés darte un gusto y pasar una noche mágica.