Gaspar Noé es un director provocador. Lo era en los ’90, cuando en el mediometraje “Carne” (1991) y en el largo “Solo contra todos” (1998) nos mostraba seres psicóticos, ultraviolentos, incestuosos, drogadictos y autodestructivos. Lo era incluso a principio del 00′, cuando “Irreversible” (2002) se ganó la fama de tener una de las escenas más crudas jamás filmadas. Lamentablemente, parece que Noé se enamoró de su propio estereotipo.
Al contrario que por ejemplo Xavier Dolan (quien supo correrse a tiempo de su propia caricatura y así creció como director), Noé siguió pegado a una estética perimida, con una idea de la provocación un tanto avejentada. ¿A alguien le escandaliza hoy la droga, el sexo explícito o las mil formas de la violencia física? Noé cree que sí, y en 2018 dio “Climax", una película que hace un popurrí de todo eso y mucho más.
Da la sensación de que ésta es la película que siempre quiso hacer: un grupo de jóvenes bailarines se juntan a ensayar en un salón apartado de la ciudad, y en medio de un frío hostil. Sin embargo, lo que iba a ser el festejo de lo bien que les sale la coreografía se convierte en una pesadilla psicodélica, pues alguien pone LSD en la sangría que compartían.
La premisa inicial del filme, que se basa en hechos reales que sucedieron en los ’90, le da total licencia a Noé para volver hurgar en todos sus temas fetiche. Solo que, esta vez, todo se decanta en una banalidad insoportable, pues no hay muchas interpretaciones que se puedan extraer de ese infierno visual, aparte de la evidente moraleja: “¡Cuidado con la droga!”.
El director franco-argentino intenta compensar ese delirio gratuito con toda su (ya sabida) destreza técnica y visual: esa inercia por llevar a la cámara a la ingravidez absoluta, donde no existe ni arriba ni abajo, complotada con su devoción por los largos planos secuencia y a los planos fijos. Sobre esas técnicas, y la provocación, ha fundado su estilo.
La escena del baile, con todo su vuelo coreográfico, es sin dudas lo mejor de “Climax”. Incluso nos animamos a decir que todos los actores de esa tropilla, que también son maravillosos bailarines de street dance en la vida real, son la única razón para volver a ver esta película.
La ficha
“Climax”. Bélgica / Francia. 2018. 96′. Dirige Gaspar Noé. Actúan: Sofia Boutella, Romain Guillermic, Souheila Yacoub, Kiddy Smile, Claude-Emmanuelle Gajan-Maull, Giselle Palmer, Taylor Kastle, Thea Carla Schott, Sharleen Temple. Disponible en Netflix. Nuestra opinión: Regular.