Desde el momento en que Hernán Casciari comenzó a leer cuentos propios y ajenos en radio, -reeditando una vieja y olvidada pero encantadora práctica- y dándole vuelo a una revista anche editorial -Orsai- gracias al aporte solidario de sus suscriptores, le mostró al mundo que cualquier sueño puede lograrse. No conforme con ello, decidió meterse en el viscoso mundo audiovisual para, bajo la misma premisa de la gráfica, iniciar el proyecto de una película.
Así fue que se hizo con los derechos de “La Uruguaya”, una novela del escritor argentino Pedro Mairal, que fue editada en 2016 en nuestro país y luego replicada hasta diez veces en España. Una vez obtenidos los derechos de la historia, Hernaán Casciari comenzó un incierto derrotero para conseguir el dinero necesario para la filmación, tarea que le consumió mucho menos tiempo del esperado, gracias al aporte solidario de los suscriptores de la revista, devenidos hoy en productores asociados al proyecto.
En esta charla con Los Andes, cuenta cómo fue parte de ese proceso, en qué situación se encuentra la película y anticipó -en forma exclusiva- una nueva realización que será posterior a la filmación de “La Uruguaya”.
-¿Cuál es la relación de Orsai con “La Uruguaya”?
-En realidad está bastante ligado porque “La Uruguaya” es un proyecto que se llama Orsai Audiovisuales, y que tiene como principal característica emular el sistema de Orsai Editorial, en el que no se utilizan los recursos tradicionales para hacer presentaciones gráficas, pero llevado a lo audiovisual. Por ejemplo, en las revistas nunca hemos tenido publicidad ni aceptamos subsidios de privados ni estatales. Así que en nuestra cinematografía no vamos al INCAA a pedir dinero, ni permitimos que empresas privadas o estatales se metan en nuestro proyecto. Entonces, tiene como principal característica que la financiación es de los propios lectores de la revista o de los propios usuarios de la comunidad Orsai. Así que puse 6000 bonos o acciones, de 100 dolares cada, una para completar el presupuesto de 600 mil dólares. Muy rápidamente los productores asociados compraron esos bonos -se podía comprar desde 1 a 200 bonos como máximo-.
Esto empezó el 1 de enero y yo prometí que el 28 de diciembre iba a estar lista la película. Ya estamos en la mitad de ese proceso y el sábado pasado se hizo el casting final para encontrar a los protagonistas. Los 2000 socios productores (quienes compraron los bonos) votaron mediante una aplicación muy parecida a la que tienen los diputados en el Congreso, en donde tiene que tener el 51% de quórum y también tienen incidencia en el guión, en el vestuario, en las locaciones, es como una especie de músculo productivo de 2000 personas que están trabajando con nosotros diariamente. Hay un blog secreto, que es una aplicación web con contraseña, en donde todos conversan, hacemos podcast semanales, participan en las reuniones con Netflix, Disney, HBO, toman decisiones respecto a si quieren que la película tenga un recorrido por festivales primero y después por plataformas y todo lo que tiene que ver con la construcción de un proyecto audiovisual. Es casi una escuela de cine que en lugar de ser teórica es absolutamente práctica.
-¿No es caótico con tanta gente?
-No hay posibilidad de caos. En todo caso hay conversaciones, pero en las votaciones que son vinculantes tenés 45 minutos para votar tres opciones que dicen A) B) C), no hay mucho para debatir. Pero antes de eso hay muchísimo debate interno del núcleo duro que somos 17, entre los que están el director de fotografía, de casting, de la película, jefe de proyecto, de guión, vestuarista, toda esa gente todo el tiempo está trabajando por Zoom y los 2000 productores asociados pueden espiar pero no participan hablando, están muteados. Pueden hacer preguntas por el chat y hay un moderador que va respondiendo a los que están participando activamente, así todos saben lo que se está debatiendo y cuando sale la encuesta no vinculante saben perfectamente de qué estamos hablando. Generalmente estamos hablando de dinero, como cualquier productor habla de su película.
-Es tan interesante esta parte que se podría hacer un spin off de este momento
-Obviamente se está firmando todo, además de la construcción de la película estamos haciendo el documental de cómo se hizo la película.
-Además de que te gustó la historia de “La Uruguaya” Cómo nació el proyecto
-No. El proyecto de cine es anterior a encontrar con qué película íbamos a empezar. Cuando empezó a crecer el sistema autogestivo de la Revista Orsai y empezó a ser rentable y después empezó a ser muy rentable, dijimos “qué cosa increíble que un proyecto cultural sea rentable”. Probablemente sea el único de cultura gráfica rentable.
-¿A qué crees que se debe de eso?
-A que lo hacemos sin pensar en el dinero, justamente: No hay un medio gráfico que tenga un dueño que no esté pensando en su dinero, no existe. Por eso fracasan, porque son negocios. Nadie está enamorado del periodismo. El dueño de las radios, de los diarios no están enamorados del periodismo sino del dinero y por eso no funcionan, pero imagínate un medio en el que todos están enamorados de lo que hacen, ¿cómo no va a funcionar? Porque le pones todas las fichas en hacer algo que no es el dinero sino el producto y encima si tenés una enorme comunidad que respalda eso y que terminan siendo los verdaderos jefes del asunto, no puede fallar. La revista tiene esa característica desde hace muchos años, así que me parece que meter un pie en lo audiovisual es bastante más complejo que lo editorial, porque había que tener muchas espaldas y recién tomamos la decisión de dar ese saltito cuando vimos que teníamos un resto económico suficiente para poder responder si no funcionaba. Por suerte no pasó nada malo, el dinero se consiguió rápidamente, pero no puede salir de la nada a hacer algo así sin tener un resto por las dudas. Me parece que es porque tiene las mismas características de esperanza, de emoción y de pasión que le proyecto gráfico.
-¿Qué le queda por hacer al proyecto?
-Desde el momento en que hicimos el casting, las los productores y la directora están trabajando en la película que se va a rodar a finales de septiembre y principios de octubre en Montevideo y en Buenos Aires. Tuvimos reuniones con las grandes plataformas que se están sorteando a ver quién se la queda, y es un hecho que los que invirtieron van a recuperar esa inversión, así que es un proyecto que ya camina solo. Y en dos semanas empezamos a lanzar otro proyecto que es una serie.
-¿Costó convencer a los accionistas que son a la vez productores asociados?
-No porque convencer una comunidad con la que ya tenés 10 ó 15 años de relación es muy sencillo, sobre todo si nunca los cagaste. Lo que es complicado es lo tecnológico. Cómo haces para que todo funcione bien y para que no se rompan las máquinas, el costo económico de tiempo para generar estas aplicaciones, que se hizo de enero a julio, fue un trabajo muy divertido. Por eso, generar ahora un segundo proyecto (la serie) no tiene costo, ya tenemos toda la parte técnica amortizada y funcionando, entonces es todo mucho más fácil.
-Te imagino mirando el mapa de todo esto y cómo va creciendo
-En realidad miro mucho la esquina en la que estoy parado, no el mapa completo porque perdería espontaneidad. En este momento estoy armando el sistema de la serie de televisión porque la película ya camina sola y sé que va a salir muy bien porque hay gente talentosísima trabajando.
-¿Quiénes fueron los actores seleccionados?
-En una primera encuesta que hicimos, con los productores asociados fue si querían que la película tuviera actores célebres o una búsqueda intensiva de actores desconocidos. Fue muy reñida la decisión, así que hicimos un casting abierto para actores célebres y desconocidos y que compitieran entre ellos. Se presentaron todos fueron 770 inicialmente y hubo un sistema de preselección de tres rondas de las que quedaron 10 (4 chicas y 6 varones), de los que se generaron nueve duplas, donde la gente eligió parejas por la química. Después de 2 horas de votación, que fue muy divertido y se hizo por streaming como una especie de final del mundo dentro de nuestro pequeño círculo fue muy intenso, ganaron Sebastián Arzeno, como protagonista masculino, que va a hacer de Lucas Vega, un argentino que cruza a uruguay, y una actriz actriz montevideana Fiorella Bottaioli, que va a hacer de Magalí Guerra, la uruguaya.
-¿Que manifestaron los actores durante todo este proceso?
-La directora del casting, María Laura Berch, que es posiblemente la mejor del cine argentino, se encargó de contenerlos y de hacer un casting cuidadoso, muy privado dentro de estas características inusuales. Yo no tuve ninguna relación con los actores, ni siquiera hablé todavía con los ganadores, no participo de la película, porque tiene un montón de gente que entiende de cine, yo no entiendo y no quiero meterme como el dueño de la estancia que sabe de todo. Yo entiendo de algunas cosas que tienen que ver con la comunicación del proyecto, pero la parte específicamente audiovisual tiene su directora que es Ana García Blaya que es la que conversa con todo el mundo y la parte de Orsai que pone su gente, pero el equipo técnico de la película es independiente y son los que hablan con los actores.
-¿Cuándo es el estreno?
-El 28 de diciembre, a las 19, en un cine de Montevideo y en un cine de mi ciudad natal, Mercedes. En las plataformas vamos a esperar porque queremos estar antes en todos los festivales internacionales. Después estará en la plataforma que gane y ponga más dinero e inmediatamente después vamos a hacer presentaciones en grandes salas de teatro en diferentes ciudades de habla hispana, en las que vamos a estar nosotros presentes. No queremos que sea solo el enlatado. También va a tener finales alternativos para el que esté ahí, o sea que aunque la hayas visto en plataformas, va a ser algo nuevo.
-Hablemos de la serie, ¿de qué se trata?
-De la serie no puedo decir nada porque no lo anuncie todavía lo único que dije durante el streaming fue que el proyecto se va a iniciar el 19 de agosto y están todos como desesperados para poner plata porque el tema de poner dinero fue tan veloz para la película que quedó muchísima gente en lista de espera. Lo nuevo que va a pasar con esta, supongo, es que se va a duplicar o triplicar lo que conseguimos con “La Uruguaya” por el boca a boca que se generó con eso.
-¿Estás también con la obra “Quedate conmigo Lucas”?
-En realidad no estoy yo, están Luciano Mellera y Lucas Lauriente que son dos genios del nuevo stand up , aunque los convoqué para hacer algo dialogado: una obra mía en la que son dos chicos de 5 años que hablan con lenguaje adulto pero de sus problemas de la infancia. Por ejemplo, el chupete es una adicción que tiene uno de ellos y lo esconde. Es muy divertida pero es muy oscurita y tiene cosas muy psicológicas de la infancia. Los chicos la hacen tremendamente divertida y emotiva. La estrenamos antes de la pandemia y empezó a tener mucho éxito, pero la pandemia la cortó y ahora de a poquito estamos empezando de nuevo con su recorrido que seguramente va a ser muy exitoso, lo digo como espectador.
-¿Además de todo esto estás con tus trabajos normales?
-No tengo ningún trabajo normal, te lo juro por Dios. Ni uno. A la radio voy cada vez que puedo a charlar a contar un cuento como quien va a tomar mates a la casa de un amigo pero no estoy en la radio, no tengo ninguna obligación, voy cuando puedo.