Autoridades de la Cámara Argentina de Exhibidores Multipantallas (CAEM) y de la Federación Argentina de Exhibidores Cinematográficos (Fadec) ultiman detalles de un protocolo sanitario para la futura reapertura de las salas, aunque resta que el Gobierno nacional autorice los lineamientos, habilite la actividad y defina la fecha, dependiendo del ritmo de contagios de Covid-19.
Como en otros países del mundo que volvieron a la actividad, la propuesta local precisa que las salas trabajen con al menos un 50% de su capacidad con un esquema de distanciamiento entre butacas similar a un tablero de ajedrez. Es decir, quedarán una butaca vacía adelante, una atrás y una a cada costado de cada persona, salvo que sean del mismo grupo familiar (podrán reunirse en butacas consecutivas).
Respecto a la venta, se impulsará un sistema 100% online tanto de entradas como de pochoclos y otros alimentos. La idea es reducir el contacto directo entre empleados y clientes.
En diálogo con La Nación, Gabriel Feldman, directivo de Fadec y CEO de la cadena Multiplex, contó que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) dio una respuesta afirmativa a la eliminación del papel en las entradas.
“El ingreso a la sala será con un boleto cinematográfico digital o un código o algo que permita controlar el acceso, pero sin que haya contacto o se pase entre personas un elemento. Pero cada uno tiene sus sistemas de venta y no todos podremos adaptarnos rápidamente, si bien empezamos a trabajar en eso y en la instalación de estaciones de sanitización”, detalló.
No obstante, la falta de estrenos -estudios y distribuidoras no quieren arriesgarse a perder dinero y postergan lanzamientos- es un gran impedimento para atraer público. “El hecho de funcionar ya implica un costo importante y, sin estrenos y con un volumen de espectadores seguramente bajo, vas a tener los costos de siempre contra una facturación muy pequeña. Por eso, para poder abrir y empezar a operar, quizás habría que esperar a que los distribuidores se decidan a estrenar, aunque si no abrimos por ahí no sacan las películas. Es un círculo vicioso”, señaló Feldman.
Otros cambios apuntan a los intervalos entre funciones. Serán mayores para que se pueda sanitizar correctamente cada sala y así la gente no se acumula ni se cruza en los pasillos y en el hall de los complejos. Asimismo, también habrá estaciones de sanitización permanentes.
“Hasta ahora hemos tenido la ayuda del ATP y no mucho más. La actividad fue exceptuada del 95% del Sistema Integrado Previsional Argentino (Sipa) por ser de las más golpeadas, pero sin embargo la AFIP aún no nos incluyó para poder aplicar la reducción”, detalló Feldman, acerca de la situación económica de los trabajadores.
Francia, de larga tradición cinéfila, es uno de los pocos países que ha recuperado la actividad en las salas. Según informó el portal especializado Otroscines.com, desde la reapertura del 22 de junio pasado hasta el 14 de julio se vendieron unas 2.770.000 entradas.
En los últimos nueve días de junio se vendieron 998.203 localidades (casi 111.000 por día), mientras que en la primera quincena de julio, 1.780.000 (127.000 diarios), lo que refleja un lento crecimiento. Vale aclarar que en el país europeo el promedio de venta antes de la pandemia era de tres millones de entradas por semana.