Chandon Artground es un evento artístico y cultural absolutamente disruptivo e innovador, organizado por esa empresa, cuya característica es poner de relieve el trabajo de distintos creativos noveles, en varias ramas del arte. El evento se lleva a cabo en Buenos Aires. La primera edición se realizó en 2019, con exposiciones de más de 30 artistas locales. Esta vez, con la curaduría de Maricel Álvarez y Emilio García Wehbi, diferentes disciplinas artísticas tuvieron lugar en las instalaciones del ex Tiro Federal Argentino, -cuyo edificio tiene características de arquitectura racionalista-, con la idea de generar un vínculo sensorial entre el visitante y la obra.
La primera parte de la cita fue los días 26 y 27 y 28 de noviembre, y se renueva el 2, 3 y 4 de diciembre. La propuesta es interactuar, experimentar y compartir espacios creativos con teatro, música, intervenciones, danza, puestas audiovisuales, degustación y gastronomía.
Los curadores -Álvarez y García Wehbi- son una dupla creativa que viene desarrollando hace más de 20 años una labor conjunta que no reconoce límites dentro de las prácticas artísticas. Sus actividades han transitado tanto el teatro como la danza, la ópera, la performance, la instalación, la intervención urbana, la curaduría y la docencia. Su estética busca disolver los límites de los diferentes géneros y expandir el concepto de performatividad, produciendo así provocadores formatos híbridos contaminados por procedimientos que no se ajustan a los cánones.
Ellos fueron los encargados de invitar a los artistas que intervinieron los diez espacios experimentales de esta edición, con acciones participativas, relacionadas con el humor, la celebración con la naturaleza, y la reflexión acerca de la ecología y el medio ambiente.
En este sentido, los curadores consideraron que “A nadie se le escapa que los períodos críticos son momentos en los que el terreno es fértil para ensayar e imaginar escenarios para un otro mundo. Los artistas, por su capacidad de resistencia y de activación, piensan y ponen en funcionamiento nuevas líneas de acción sensibles que contribuyen a que los individuos que conforman el tejido social puedan pensar una realidad más amigable y empática”.
Considerando la expresión artística como un todo, Álvarez y García Wehbi, tuvieron en cuenta las transiciones que la sociedad ha atravesado en los últimos tiempos y cómo los cambios estructurales afectan -de manera positiva- los sentidos: “El espíritu de cuerpo que la comunidad artística articula en cada tiempo que le toca vivir es una de sus mayores potencias. Allí el desafío de la imaginación construye una trama común entre el acto creativo y el cuerpo social”, agregan.
En cuanto a la selección de los artistas, Emilio García Wehbe explico que tuvo que ver con el criterio general de la marca “entendiendo el contexto real en el que nos encontramos y que es volver a cierta normalidad. Entonces el reencuentro de los cuerpos en la presencialidad era un recorte importante para nosotros y ese fue el concepto para la selección de las obras”.
En relación al edificio elegido y a los espacios específicos dentro, el curador explicó que hicieron “una selección teniendo en cuenta que el espacio también genera una especie de dramaturgia que le aporta a la obra de arte enclavada en ese lugar, cierta reflexión, en una arquitectura es racionalista y tradicional”.
García Wehbe reflexionó además, que la diferencia entre lo que se puede considerar arte o no -en términos generales- está dada por dos perspectivas: “una es la del artista, que determina que algo puede llegar a ser una experiencia artística o no, y la del espectador”, que puede decidirlo de igual manera. “Yo diría que la voluntad artística y el contexto generan la obra de arte”, concluyó.
Por su parte, la directora de marketing de Chandon Argentina, Soledad Azarloza, se mostró muy entusiasmada con esta nueva edición, coincidente con el lanzamiento de la nueva identidad visual de la marca, que se propaga por la región con probables acciones en nuestra provincia para el año próximo.
“Con la reciente apertura, estamos pudiendo hacer algo más cercano a la gente. Pese a que había pocas probabilidades de hacerlo, lo planteamos a principios de año y en junio, cuando estaba todo cerrado, nosotros igual apostamos a que se iba a poder hacer el evento”, explicó Azarloza.
Consultada acerca de la posibilidad de hacer una puesta de estas características en Mendoza, teniendo en cuenta la fuerte presencia de Chandon en la provincia, Soledad Azarloza explicó que “estamos armando con el equipo de Mendoza todo lo que es el calendario del año que viene”, y aunque aclaró que no está previsto realizar un Chandon Art Ground, sí está contemplado realizar distintos eventos culturales: “la idea es hacerlo cada vez más grande y con artistas importantes”.
Entre los visitantes que recorrieron los distintos espacios se encontraban Benjamín Vincuña, Brenda Asnicar, Violeta Urtizberea, Gastón Dalmau, El Bahiano, Lizardo Ponce, Flor de la V, Mónica Antonópulos, Santiago Artemis y más de 1000 personas que se acercaron a vivir esta nueva experiencia cultural de Chandon.
Los artistas que participaron en esta edición fueron Aymará Abramovich, Manuel Ameztoy, Mayra Bonard, Victoria Boulay, Ayelén Clavin, Carla Di Grazia, DJ Maus / Carla Crespo, Leandro Ibarra, Agnese Lozupone, Romina Orazi, Belén Parra, Carla Rímola, Martín Ron, Agustina Sario y Celina Saubidet.
Cada uno, con una propuesta diferente, llevaron a los visitantes de viaje por las instalaciones del edificio, donde se encontraban con temáticas que iban desde lo histórico hasta lo ecológico.
La artista Romina Orazi, presentó la obra “Alud” en la planta baja del edificio, con una instalación de grandes proporciones de materia orgánica (literalmente, una montaña de tierra con pasto nacido y crecido en ese lugar) invadiendo la arquitectura hasta el techo.
Manuel Ameztoy explora la posibilidad de la tela calada como medio para la realización de una pieza a gran escala que a su vez interactúa con la arquitectura. “Palmar” es un enorme paisaje extendido por más de 40 metros, hecho de infinitas piezas, reproduce a través del tránsito inmersivo de los espectadores la impresión de visitar un Palmar que evoca su magnificencia a través de movimiento, luz y sonido.
Victoria Boulay, propuso una obra participativa llamada “Poema sin título” en la que cada persona podía escribir sobre un panel de 9 metros de largo. Leandro Ibarra, a partir de dos proyecciones simultáneas en forma de loop, propone “Atlas” con un archivo de la memoria visual del mundo, narrando caóticamente. Sin dudas, una de las muestras más interesantes.
Aymará Abramovich, desarrolló una obra de teatro en un antiguo bowling, ubicado dentro del edificio, donde se desarrolla el concurso de dobles de Elvis Presley. “Elvis en loop” es una obra de 15 minutos donde participan un Elvis mayor, dos Elvis mujeres, un Elvis burócrata y un Elvis clown. Muy divertido.
Belén Parra sorprendió con una propuesta interactiva en la que seis jóvenes enmascarados recorrieron el predio exhibiendo particulares atuendos y coloridas cabelleras compuestas de material lanudo multicolor, que también forma parte de la máscara. La performance se llama “El pelo al huevo” y sorprendieron al público con su actitud social y simpática.
Agnese Lozupone expuso una obra llamada “Variaciones lumínicas mutantes” sobre un damero de claraboyas translúcidas. El muralista Martín Ron intervino en vivo un mural, posibilitando a los presentes participar con aerosoles y dejar su marca en la obra, que luego será parte de la arquitectura del lugar. Por último, Celina Saubidet con su obra “Crisálidas” como organismos vivos que crecen fusionados formando parte de un ecosistema, las crisálidas invitan a quién se aventura en su interior a hacer parte de la metamorfosis.