Cuando Candela manifestó sus primeras pulsiones creativas desde la música era una adolescente, bastante solitaria, que veía muy lejana la posibilidad de desarrollarse profesionalmente en el rubro. Sin embargo con algo de tiempo, formación y dedicación, sus proyecciones cambiaron y hoy es una DJ y Productora destacada de la escena mendocina.
La música siempre fue para ella un entorno de compañía e introspección. Dio sus primeros pasos a los dieciséis años, tomando clases de guitarra y bajo. Después vino la curiosidad desde el espacio digital con aplicaciones y programas. De modo autodidacta a través de tutoriales y, posteriormente, con cursos para comprender el proceso técnico desde la ingeniería del sonido, se capacitó y comenzó a estar cada vez más inmersa en el entorno musical.
Del concepto a la idea
Al mismo tiempo que estudiaba Diseño Industrial comenzó a frecuentar el ambiente artístico mendocino y a conocer gente. Su atención estaba fija en lo que sucedía en la cabina, apreciando, observando y estudiando lo que sonaba y como lo gestionaban los Dj’s y músicos presentes. Pasó de practicar con equipos de amigos a tener los propios y armar su “templo” en su cuarto, de explorar artistas y géneros a grabar un EP de tres temas con dos amigos, de no imaginarse tocando a que le lleguen propuestas para hacerlo.
En 2018 le proponen ser DJ Residente en un conocido espacio de la provincia y desde entonces la dinámica cambió. Tras dejar la carrera universitaria que cursó hasta el quinto año se focalizó plenamente en la música, actividad que le provoca sin dudas la mayor satisfacción y desde la que, en definitiva, también puede abordar de alguna forma el diseño. Su trabajo musical cambia continuamente, en sus procesos creativos absorbe recursos de muchos géneros y el resultado final no se encierra en ningún estilo fijo. Entre lo melódico y lo “chill”, temas ciento por ciento propios y remixes; su interés radica en crear música que invite a procesar pensamientos y “sume algo nuevo”, tanto a ella como a quien la escucha.
Con el tiempo sigue manejando su agenda entre las presentaciones en vivo y la producción, pero siendo cada vez que puede más selectiva para lo primero y más dedicada para lo segundo. La noche es un escenario laboral recurrente, del que disfruta y se inspira, pero es también un “espacio de exposición y choque energético que a veces consume demasiado”. De cualquier manera es un ritual que le gusta compartir con amigos y colegas para aprender del arte de otros y para hacer una suerte de “catarsis”.
Candela, como la mayoría de los artistas de su entorno, intenta expresarse fuera de lo convencional para no “guardarse” parte de su arte. Si bien la escena alternativa en Mendoza es poco común, pudo encontrar ese espacio de la mano de compañeros que también trabajan desde el aporte de algo nuevo. Como DJ hoy incorpora instrumentos como batería eléctrica o teclado, además de la consola. Como productora está trabajando en la creación y venta de producciones musicales junto a su amigo y colega Lvmbda. Su ser artista aspira a ampliar horizontes viajando, para compartir su trabajo y para recibir nuevos estímulos creativos.
Su presente la encuentra en pleno proceso de transición a una nueva etapa experimental fuera de Mendoza, en Buenos Aires. De la misma manera que la música se presentó ante ella como un universo de aporte que le permitió salir de su zona de confort y ganar confianza, hoy busca nuevas propuestas y complementos para solidificarse y aportar algo nuevo a la escena. Para Cande la música siempre fue una invitación y un desafío a sentir, pensar y vibrar; y vive su profesión desde un lugar muy personal y conceptual, porque es la forma que encontró para superarse y creer en sí misma.