La llegada del calor extremo nos sorprendió anticipadamente, ya que solemos padecerlo en enero o febrero y tener que salir de casa, ya sea a trabajar o hacer tramites, nos genera la duda de qué poder usar para estar confortables y acordes a cada ocasión.
Las altas temperaturas, además, pueden causar entre otras cosas sarpullidos en la piel, por lo que el tema ropa es de suma importancia a la hora de prevenir estas consecuencias así como los golpes de calor, por eso les dejo mis premisas para elegir mis imprescindibles veraniegos.
Looks con colores claros es la clave
Los colores oscuros absorben más calor porque absorben más energía de luz, por eso cuanto más se acerque un color al negro, más calor absorberá de la fuente de radiación. En cambio los colores claros solo la reflejan y eso hace que estemos más frescas.
Escotes y breteles finos para estar más frescas
El hecho de tener la piel descubierta nos permite mantenernos frescas, por eso los escotes y los breteles finos son los aliados perfectos.
Telas livianas y prendas holgadas
El calor del verano nos lleva a transpirar más de costumbre, por lo que buscar telas que sean transpirables y dejen pasar el calor que transmite el cuerpo de la mejor manera posible, es una premisa necesaria.
Para ello nada mejor que los tejidos de fibras naturales, ya que los sintéticos son enemigos del calor. Entre ellos podemos destacar:
- Algodón: es ideal para todo tipo de prendas, además, si es de buena calidad (100% algodón), absorbe la humedad y expulsa el calor corporal.
- Lino: es el tejido clásico del verano. Ideal para camisas y vestidos. Es una fibra de origen natural, utilizada desde el antiguo Egipto. Se destaca por aislar el calor y absorber la humedad, aunque se arruga mucho, es por eso que se suele usar en eventos informales.
- Seda: tejido natural producido por las larvas de las mariposas. Absorbe la humedad y regula la temperatura corporal, es decir, en verano aporta frío y en invierno calor. Tacto suave, buena caída y un acabado semi brillante, es el tejido más elegante por excelencia. Eso sí, se arruga mucho también, aunque no tanto como el lino.