Beethoven quería ser recordado por las generaciones futuras. Quería cumplir una gran obra que “no me hunda en el polvo, inactivo y sin gloria”, tal cual rezan los famosos versos de Héctor en “La Ilíada” que él copió en su diario. Sentir la pujanza del destino, y batallar contra él, es el tema por excelencia del romanticismo, el movimiento que él inauguró en la música.
“¡Así llama el destino a la puerta!”, se cree que dijo una vez escuchando los primeros compases de su Quinta Sinfonía, imponente lucha orquestal que hoy es poco menos que la obra por antonomasia de la música clásica. Nadie en el mundo no sabe que el “pa-ra-pa-pá” lo compuso Beethoven, un desdichado alemán del siglo XIX que murió sordo.
Y el destino nada menos es el que ahora fracasa gran parte de los homenajes pensados para los 250 años de su nacimiento, ocurrido un 16 de diciembre en Bonn. Lo que iba a ser una de las celebraciones más importantes de las que se tenga memoria en el mundo académico resultó truncado a causa de las circunstancias sabidas.
Beethoven, quien murió en Viena en 1827, iba a ser el centro de una larguísima lista de actividades homenajes, como muestras, happenings y cientos y cientos de conciertos conmemorativos. Y aunque de acá a diciembre nos separen varios meses, nada nos lleva a pensar que los teatros puedan abrirse para ese día (algunos funcionan ya, pero con serios protocolos que disminuyen considerablemente el público). A falta de eso, veremos un rediseño en muchas actividades.
La pionera en este tema en Mendoza fue la Orquesta Sinfónica de la UNCuyo, que en los primeros días de la cuarentena lanzó un juego a través de Instagram, que consistía en que los músicos tocaran libremente fragmentos de las obras de Beethoven y el público adivinase a qué obra pertenecían. Los premios del llamado “Desafío Beethoven 250” eran entradas para los conciertos una vez que se reanudaran.
A continuación proponemos algunas formas de homenajear a este compositor excepcional desde la casa de uno. Solo hace falta una computadora, una Tablet o un celular.
El ciclo de la Goethe
La Sociedad Goetheana Argentina enfocará el homenaje de forma virtual desde hoy, con una serie de videos y presentaciones online de libre acceso que se irán lanzando hasta el mes de agosto.
En ellos participarán el Coro Universitario, reconocido en todo el mundo por su fineza en el sonido, y la pianista y actriz mendocina Cecilia Pillado, radicada en Berlín.
La primera transmisión será hoy a las 19, en las redes de Pillado (su Instagram es @actresspillado). En directo desde la capital alemana, dará una introducción y explicará en detalle la propuesta. En tanto que mañana, a las 18, se podrá disfrutar de la célebre Novena Sinfonía de Beethoven, con la participación del CUM, que dirige Silvana Vallesi, junto a la Orquesta Filarmónica de Mendoza bajo la conducción general de Gustavo Fontana, versión de diciembre de 2017, realizada en las escalinatas de la Casa de Gobierno” (en Instagram: @corouniversitariodemendoza). A continuación, se publicarán 6 videos más, preparados profesionalmente por Cecilia Pillado desde Berlin, que iremos anunciando oportunamente.
La propuesta quiere acercar la obra del genio de Bonn a las casas mendocinas, dándole el protagonismo a artistas mendocinos.
En realidad aumentada
El gobierno de Alemania creó “Bthvn2020-Bethoven in Bonn”, una app para Android e iOS que nos permite conocer de una forma inmersiva cómo fue la vida de Beethoven. Siguiendo a un joven Ludwig de 22 años, podemos hacer un tour por su ciudad natal, conociendo los lugares que fueron decisivos para él, como su casa, la cantina donde se juntaba con sus amigos y la iglesia donde tocaba el órgano.
El diseño en 3D de las imágenes nos transporta inmediatamente, apuntaladas con una banda sonora interpretada magistralmente. La única limitación para el hispanohablante es el idioma, puesto que la narración, si bien es en alemán, solo dispone de subtítulos en inglés. Para muchos eso no será un impedimento para probar esta curiosa experiencia.
Una miniserie
La BBC nos tiene acostumbrados a documentales extraordinarios. En 2013 hizo uno dedicado a Beethoven, para el que se basó en escritos que sobrevivieron de él y otros de sus contemporáneos. Intercalado con secuencias biográficas dramatizadas, ofrece un acercamiento novedoso a su vida a través de tres capítulos, que bien resumen su curso vital: “El rebelde”, “Amor y pérdida” y “Fe y furia”.
Beethoven fue también quien inauguró la idea de que la vida y la obra del artista se corresponden y son inseparables, y que las desdichas son el motor de las grandes gestas artísticas. Por eso, especialmente con él, el sufrimiento cobra un sentido heroico, por lo que hay que conocer su biografía. Está disponible con subtítulos en español en YouTube.
Proyecto colectivo en Facebook
El proyecto BTHVN2020 es uno de los más interesantes que se están desarrollando este año en la web. Promovido por la pianista Susanne Kessel, tiene la idea de conectar a los músicos contemporáneos con Beethoven, dejando en primer plano la importancia de su música aun hoy.
Invitó a 250 compositores de todo el mundo a escribir nuevas piezas en su honor. Piezas que se referencien en él y recojan explícitamente la herencia. Cada día, Kessel presenta en su Facebook una obra, que se puede descargar por un monto cercano a los dos dólares.
Su música
Es una cuestión obvia: la mejor presentación de Beethoven es su propia música, y así a él le gustaría también que lo recordáramos. Y aunque su genio fue vasto y marcó el rumbo en cuanta forma probó, como sus sonatas o sus cuartetos de cuerda, sus sinfonías son la médula y la expresión más cabal de su genio.
Son en total cerca de seis horas de música, entre la primera y la novena. Seis horas de música que pueden cambiar una vida, y el lector que todavía no las haya escuchado a todas puede solucionarlo en solo una tarde. Algunos fragmentos de ellas fueron soundtrack de películas y otros hasta se enviaron al espacio en las sondas Voyager. A veces incluso le dieron forma al mundo que conocemos, como es el caso del CD, que dura 74 minutos de música porque ese era el tiempo en el que se podía registrar completa la Novena.
En YouTube y Spotify hay decenas y decenas de integrales, fácilmente localizables (no como en otra época). Por eso quizás la mayor complicación sea decidirse por dónde empezar, puesto que hay tantas versiones como enfoques. Estas sinfonías, que marcan la línea del tiempo desde el clasicismo al romanticismo, también son un mapa de los grandes directores de orquesta de nuestro tiempo, que le imprimieron su sello a veces con bastante libertad interpretativa. Algunas recomendaciones: si se quiere robustez y sonido espectacular, buscar las clásicas de Karajan; si se quiere rigor, buscar a Barenboim; si se quiere fidelidad histórica, a Harnoncourt o a Brüggen; si se quiere vigor y una interpretación tempestuosa, netamente romántica, habrá que escuchar a Mravinsky con la Filarmónica de Leningrado, que alguna vez fue la mejor del mundo.